El hecho delictivo cometido el pasado jueves en un establecimiento bancario al interior del centro comercial más importante de la capital caucana, deja entrever el grave problema de seguridad ciudadana por el que atraviesa nuestra urbe.
Como se recordará, en horas de la mañana de jueves, un individuo que ingresó armado al establecimiento comercial, intimidó al cliente de un banco que había hecho una millonaria transacción. Según se dice, fueron más de 190 millones de pesos los que se llevó el sujeto, quien se valió del arma de fuego para intimidar tanto a la víctima del hurto como a los demás ciudadanos que, asustados y sorprendidos, vieron como el maleante escapaba por los pasillos corriendo y gritando que nadie intentara detenerlo.
Las autoridades policiales en reacción a este delicado golpe a la seguridad ciudadana de Popayán atinaron a informar que adelantan las pesquisas necesarias para dar con el paradero del o de los delincuentes. En tal sentido creemos que el ‘golpe’ tuvo que haberlo propinado un grupo delincuencial organizado, toda vez que, actuar tan temerariamente dentro de un centro comercial, debió de haber sido fruto de un plan bien estructurado por parte de varios individuos.
Es una lástima que la confianza ciudadana se vea golpeada por un hecho de esta naturaleza, acaecido en plena jornada diurna, donde se expusoj la seguridad de muchos ciudadanos que transitan por los pasillos del reconocido centro comercial. Menos mal no se presentaron hechos lamentables contra la humanidad de alguno de los cientos de clientes de este punto de comercio.
Este hecho delictivo sin duda alguna debe generar una reacción inmediata de parte de los directivos del centro comercial y de la empresa que presta el servicio de vigilancia privada al interior del mismo. En tal sentido, es inconcebible que un sujeto se pasee por los pasillos tranquilamente con su rostro casi cubierto en su totalidad sin que despierte ninguna sospecha de parte del equipo de seguridad privado. Es de todos conocido que este centro comercial cuenta con un amplio número de cámaras de seguridad, desde las cuales, quien o quienes las monitoreaban, no pudieron evaluar previamente, la potencial situación de inseguridad que iba a producirse en una zona de la edificación que por su naturaleza bancaria debería ser sensible a ser más analizada y vigilada que las demás.
En cuanto a las autoridades policiales de la ciudad, este ‘fleteo’ también debe despertar reacciones rápidas del orden preventivo, donde los patrullajes de sus unidades, tanto motorizadas como a pie sean constantes en los alrededores, no solo del centro comercial en mención sino de las demás áreas de comercio de toda la ciudad, las cuales vienen sufriendo por el accionar de la delincuencia desde ya hace varios meses, en reiterados hechos que al no ser tan mediáticos pasan desapercibidos para la opinión pública payanesa.
En cuanto a la ciudadanía, en especial a la que debe hacer uso de los servicios bancarios para mover grades cantidades de dinero, debemos recordarle que son muchas las medidas de seguridad que se pueden tomar cuando se va a realizar una diligencia de este tipo. Una de ellas es la solicitud de escoltas de la misma policía, la cual es advertida por los empleados bancarios y es el cliente el que decide usarla. Para el caso de este reciente ‘fleteo’, las autoridades policiales dejaron en claro que la víctima del hurto no quiso ser escoltada.
Ojalá se tomen las medidas necesarias, desde todas las partes, para que un hecho de este tipo no vuelva a ocurrir. Este asalto en un punto incrustado dentro de un amplio, cómodo y limpio espacio netamente comercial del ámbito privado, considerado seguro y tranquilo por el ciudadano de ‘a pie’, sin duda alguna se pisotea la confianza en los estamentos de seguridad tanto pública como privada y sobre todo, eleva la percepción de inseguridad que ya nos ahoga a todos cuando transitamos por cualquier calle pública de nuestra hermosa Popayán.