En los últimos días, las redes sociales se han encargado de visibilizar la absurda ‘guerra del centavo’ que están librando las empresas encargadas de prestar el servicio de ambulancias en calles de nuestras ciudades.
El caso más grotesco lo conocimos hace un par de días en Pereira, cuando varios paramédicos de dos empresas se entrelazaron a puños luego que ambas ambulancias llegaran al mismo tiempo para atender a un paciente que había sido afectado en un accidente de tránsito.
Y aunque en Popayán no se ha llegado a esos extremos, si nos hemos encontrado con situaciones en las que una avanzada de paramédicos en motocicleta arriba raudamente al sitio del siniestro para ‘asegurar’ al paciente mientras llega la ambulancia de la misma empresa. En este caso, los dos hombres de la ‘motoambulancia’ le prestan al paciente -de forma ‘exprés’- los primeros auxilios y le ponen un cuello ortopédico para luego esperar atentos, cual escoltas de carro blindado protegiendo una valiosa mercancía, a que sus colegas arriben para trasladarlo a un centro asistencial.
Por su puesto que no estamos contra dicho proceso que por lo menos garantiza una atención rápida de quien la necesita en una calle o cualquier lugar de la ciudad. Lo que criticamos para este caso, es que los dos paramédicos motorizados con escasos recursos para cumplir con su labor de atención prehospitalaria, no permiten que el paciente sea trasladado en otra ambulancia diferente a la de su empresa. Ya hemos conocido varios casos en los cuales los heridos permanecen en el suelo sangrando y quejándose de sus dolencias, y aunque llega una ambulancia, simplemente los dos ‘guardianes’ no permiten el traslado del maltrecho ciudadano debido a que no es un vehículo de la empresa en la que trabajan.
Otra situación conocida recientemente tuvo lugar en la calle 5 cerca al cruce de la Variante en la que una ambulancia intentaba llegar primero a como diera lugar hasta el punto donde había un herido por accidente de tránsito. En su ‘carrera’ por superar a la competencia, este conductor no tuvo reparo en poner en riesgo la vida de pasajeros de un colectivo, al que incluso alcanzó a golpear, destruyendo uno de los espejos retrovisores.
Es lamentable que el trasfondo de toda esta problemática tenga como protagonista el cobro de unos recursos correspondientes al Seguro Obligatorio contra Accidentes (Soat) y no la integridad del ciudadano que necesita del servicio. Es tal el prejuicio que se tiene al respecto, que entre pasillos se dice que en el envío de ambulancias se priorizan los accidentes de tránsito sobre cualquier otra emergencia.
Recientemente, la Secretaría de Salud Departamental dio a conocer decisiones relacionadas con el control al servicio de ambulancia. En principio se instó a trabajar de manera articulada con las autoridades de tránsito y otras dependencias para garantizar un servicio adecuado y oportuno. Por esa fecha se mencionó que eran nueve las ambulancias en Popayán sancionadas por no cumplir con los requisitos legales para prestar su servicio. Sin embargo, todo parece indicar que estas medidas han sido insuficientes ya que la ‘guerra’ en las calles sigue su curso.
Conocedores del tema señalan que a esas medidas se le debe sumar organización, donde constantemente haya evaluación del sistema y de las empresas con un delegado de la Secretaría de Salud del Cauca, uno de la Policía de Tránsito, otro del Ministerio del Trabajo y de Salud Ocupacional. Desde un órgano como este podría hacerse la exigencia de pólizas de seguro a las empresas prestadoras para garantizar idoneidad en el servicio.
Igualmente proponen la conformación y puesta en funcionamiento de un centro regulador de urgencias -Crue-, con recursos y sostenibilidad que le den orden y manejo a todo el sistema de emergencias en la ciudad. En este ítem, mencionan la cualificación del servicio del 123 y el rechazo absoluto a las prácticas de eventuales de direccionamiento o favoritismo de los prestadores de servicio de ambulancia.
Se espera pues que las autoridades de salud a nivel regional tomen cartas en el asunto, aplicando los correctivos necesarios que de una buena vez le garanticen la vida de un paciente que eventualmente necesite de apoyo paramédico en cualquier esquina de nuestra ciudad. Estaremos al tanto de esa urgente intervención.
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