En el sur de Cali en la mañana del pasado martes, dos paramédicos murieron y una transeúnte se debate entre la vida y la muerte. Los hechos se registraron cuando dos ambulancias literalmente se disputaban a toda velocidad la atención de pacientes que habían sufrido un accidente de tránsito. Era tal la velocidad que registraban, que tras la colisión, uno de los dos automotores medicalizados fue lanzado fuera de la calle y quedó incrustado en un poste metálico. En ese vehículo fallecieron los dos rescatistas.
Situaciones de este tipo infortunadamente no son nuevas para muchas ciudades del país, incluyendo a Popayán. Ya son muchos los accidentes entre ambulancias que literalmente tienen una guerra por llegar primero a los accidentes de tránsito donde está de por medio el Seguro obligatorio de Accidentes, Soat.
Es lamentable que el trasfondo de toda esta problemática tenga como protagonista el cobro de unos recursos correspondientes a esta documentación y no a la integridad del ciudadano que necesita del servicio. Es tal el prejuicio que se tiene al respecto, que entre pasillos se dice que en el envío de ambulancias se priorizan los accidentes de tránsito sobre cualquier otra emergencia.
Como dijimos, este es un problema que se presenta en otras capitales. Previo a este mortal accidente, eran varios los videos que se habían viralizado por la Red de Internet, donde se observa a paramédicos que se lidian a puño limpio delante de los maltrechos accidentados y público en general que llega tras un accidente de tránsito callejero. De por sí, aquellas situaciones ‘macondianas’ ya deberían de haber sido motivo más que suficiente para una contundente intervención de parte de las autoridades correspondientes, pero no, el problema no fue atendido, se pasó nuevamente de ‘agache’ y ahora tenemos lamentables tragedias para tres familias de la vecina ciudad de Cali.
Para nuestra urbe, ya han sido varias las intenciones de la Secretaría de Salud Departamental para controlar al servicio de ambulancia. Sin embargo, las acciones al parecer no se concretan porque la guerra callejera por el servicio Soat es diaria y potencialmente peligrosa para los paramédicos, los transeúntes y los conductores de otros automotores que hacen uso de las escasas vías de nuestra Popayán.
Conocedores del tema señalan que a todas esas medidas de papel que se anuncian de tanto en tanto por parte de secretarios de salud departamentales, se le debe sumar organización, donde constantemente haya evaluación del sistema y de las empresas con un delegado de la Secretaría de Salud del Cauca, uno de la Policía de Tránsito, otro del Ministerio del Trabajo y de Salud Ocupacional. Desde un órgano como este podría hacerse la exigencia de pólizas de seguro a las empresas prestadoras para garantizar idoneidad en el servicio.
Igualmente proponen la conformación y puesta en funcionamiento de un centro regulador de urgencias -Crue-, con recursos y sostenibilidad que le den orden y manejo a todo el sistema de emergencias en la ciudad. En este ítem, mencionan la cualificación del servicio del 123 y el rechazo absoluto a las prácticas de eventuales de direccionamiento o favoritismo de los prestadores de servicio de ambulancia.
Asimismo, la normatividad debería exigir que las ambulancias tengan GPS, para que se pueda ver su ubicación, se destine al vehículo más cercano y se monitoree su desplazamiento.
Sin duda, esta iniciativa necesaria en Popayán, sería todo un verdadero reto ponerla en funcionamiento. Se requiere para tal fin, de una gran capacidad de organización administrativa y de la colaboración de las empresas de este tipo de servicios médicos y de cuerpos de socorro, para que pueda llevarse a cabo esta organización en la atención.
Esperemos que las iniciativas salgan a flote de una buena vez y que por fin podamos regular y organizar el servicio de ambulancia en la ciudad con el único objetivo de garantizar la vida de un paciente que eventualmente necesite de apoyo paramédico en cualquier esquina de nuestra ciudad. No quisiéramos volver a tocar este tema hablando de tragedias en calles payanesas. Estaremos al tanto de esa necesaria intervención.