Se celebra este lunes 5 de junio el Día Mundial del Medio Ambiente, jornada instituida hace más de 25 años por la ONU y cuyos propósitos están orientados no sólo a tratar de reconstruir lo que otros destruyeron, sino a educar a las gentes para que el daño irreparable no se vuelva a hacer, el perjuicio no sea mayor, las consecuencias no sean irremediables y se busque la formación de una sana conciencia destinada a la conservación del medio ambiente.
En 1972 la Asamblea General de las naciones Unidas con motivo de la apertura de la Conferencia de Estocolmo sobre Medio Ambiente Humano declaró esta conmemoración, luego que el tema empezara a preocupar a la sociedad en general en su vida cotidiana.
En aquella ocasión, los delegados recomendaron 196 medidas para que los gobiernos y organismos internacionales tomaran acción sobre los problemas ambientales y fomentaran la conciencia universal sobre este tema.
Sin duda la intención es hacer de este un pretexto para generar diferentes actividades en todos los rincones del mundo que apunten a la concientización del ser humano sobre su responsabilidad en el grave deterioro ambiental que estamos sufriendo.
Reconociendo que el cambio climático se está convirtiendo en la cuestión de definición de nuestra era, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) está pidiendo a los países, las empresas y las comunidades que se concentren en buscar el modo de reducir las emisiones de gases invernadero.
Lástima que esta fecha se vea entorpecida por la decisión tomada el pasado jueves por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirar a su país del Acuerdo de París, con el que se busca disminuir el calentamiento global. Recordemos que esta iniciativa de carácter global, buscaba una disminución de dichas emisiones de gases de efecto invernadero con el objetivo de que a final de siglo el calentamiento del planeta no supere los 2 grados con relación a tiempos preindustriales.
Expertos temen que esta nefasta determinación genere un efecto dominó que lleve a otros países a seguir el mismo camino o a permanecer en el acuerdo, pero relajando su compromiso con las metas. De esta forma se plantean escenarios de aumento de hasta 4 grados a raíz de esta retirada de la nación del norte.
Se cierne entonces un halo de preocupación sobre nuestro planeta. Fuertes sequías e inundaciones, aumento en los niveles del mar, fusión de hielos, degradación de ecosistemas, pérdida de la diversidad biológica y otras repercusiones del cambio climático plantean el potencial de problemas a escala mundial que requiere que las naciones colaboren para conseguir soluciones.
En esta ocasión en nuestro país la conmemoración coincide con una de las tragedias ya anunciadas de todos los años, por efectos del fuerte invierno. Pero aún con el agua hasta el cuello no queremos entender las señales que nos está enviando la naturaleza y seguimos esperando que la tragedia nos recuerde la gravedad del tema.
En este Día Mundial del Medio Ambiente, permitámonos examinar el estado de nuestro medio ambiente. Consideremos cuidadosamente las acciones que cada uno de nosotros debe llevar a cabo, y posteriormente abordemos personalmente nuestra tarea común de preservar toda la vida en la tierra.
Desde nuestra casa y en nuestra vida cotidiana mucho podemos y debemos hacer, pero también como agentes críticos que oportunamente señalen el daño y los causantes del deterioro. Se trata de defender la vida misma.
Cada vez es más necesario que los seres humanos adoptemos nuevas medidas para el cuidado de nuestro medio ambiente, pues debemos ser más conscientes acerca de las acciones que podemos llevar a cabo para evitar el deterioro de nuestro planeta.
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