Para el Instituto Colombiano de Bienestar familiar, Icbf, “el embarazo adolescente es causa y consecuencia de las más grandes inequidades de la sociedad. Trabajar en su prevención es una de las prioridades del Gobierno Nacional que requiere a su vez la participación activa de la sociedad”.
En la más reciente de los trabajos estadísticos, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, mostró que en 2018 se presentó una reducción del 1,61 % de nacimientos por parte de madres entre los 10 y los 19 años respecto a las cifras reportadas en 2015. Aunque la estadística baja, ella señala preocupantemente que una de cada 5 jóvenes entre 15 y 19 años ha sido madre o recurrió a un aborto. En las zonas urbanas el 15,1% de las adolescentes son madres o están embarazadas, en las zonas rurales alcanza el 24,8%; en las mujeres con solo educación primaria alcanza el 41.8% mientras que en las mujeres con educación superior solo llega al 8%.
La falta de apoyo, información y orientación en materia de salud reproductiva, orientación y educación sexual para niñas y adolescentes, ha ocasionado que el índice de embarazos en esta etapa de la vida se consolide como un problema de salud pública muy importante. Investigaciones del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) señalan que “el 66% de los embarazos en madres en este rango no son planeados, esto significa que si una adolescente tuvo su primer hijo a los 15 años tiene una posibilidad de 86% de tener tres hijos a los 20 años”.
A la problemática de embarazos en adolescentes, se suman los factores sociales de tipo económico y de escolaridad, los cuales tienden a presentarse en niñas y adolescentes de bajos recursos económicos, factores que conllevan a la dificultad en avanzar en su proyecto de vida y convirtiéndose en un problema de salud pública. En tal sentido, los análisis estadísticos señalan que, 9 de cada 10 niñas que quedaron en embarazo abandonaron sus estudios, llevándolas a ingresar a trabajos informales y mal remunerados perpetuando y feminizando el círculo de pobreza.
Datos para el Cauca muestran un descenso superior al 7% de embarazos en adolescentes en las edades de 10 a 19 años, puesto que en el año 2012 el porcentaje era del 29.2% y este año se reporta en un 23,8%.
Resultados positivos de este tipo a nivel de nuestra región, vienen precedidos por procesos interinstitucionales que se centran en la Semana Andina de Prevención del Embarazo en la adolescencia, que este año se lleva a cabo desde el pasado lunes y se extenderá hasta el 25 de septiembre del presente año y que buscará ante todo, garantizar que adolescentes y jóvenes tengan participación real, no sólo en cuanto a sus derechos sexuales y derechos reproductivos, sino también dentro de la sociedad y la economía del país.
Además, el programa al que se han vinculado con mucha decisión las instituciones de salud del Cauca, al igual que los entes territoriales del departamento, pretende movilizar voluntades, acciones sociales y políticas para consolidar un trabajo articulado en pro de la salud integral de esta población, además de poner en la agenda pública temas como la sexualidad, los derechos sexuales y reproductivos para generar procesos de transformación colectivos e individuales que le apunten al goce efectivo del derecho integral a la salud y el buen vivir.
Consideramos entonces que a través de la prevención del embarazo entre los adolescentes en nuestra comarca, estamos cuidando dos calidades de vidas, en primera instancia la de las madres adolescentes, que aún tienen mucho por experimentar como seres humanos en lo individual; así como la espera de traer al mundo a niños con padres muchos más preparados en todos los sentidos, los cuales a posteriori habrán de saber llevar mucho mejor este rol tan trascendental en el ser humano.
Ponderamos entonces que nuestro departamento concentre políticas claras y sin distingo de periodos gubernamentales, enfocadas hacia la Semana Andina para la Prevención del Embarazo en la Adolescencia, ya que aquí hay una oportunidad única y valiosa para visibilizar la situación, condiciones, necesidades y posibilidades que los grupos, comunidades y personas, viven respecto al embarazo en la adolescencia.