Ya se ha vuelto común en las calles de nuestra ciudad, espectáculos denigrantes y peligrosos en el que se evidencia una literal ‘guerra del centavo’ entre ambulancias que, al parecer, se disputan el dominio de una especie de saqueo al Estado, encargado de pagar sus servicios mediante el sistema Soat. En tal sentido, hace algunos días fuimos testigos de la sobredemanda de ambulancias en un solo accidente de tránsito en el sector de Los Robles, en el trayecto de Popayán a Timbío a donde cinco de estos vehículos llegaron al mismo tiempo, lo que generó algún tipo de roce entre paramédicos que querían a toda costa quedarse con el ‘servicio’.
Aunque desde las autoridades de salud de nuestra comarca (léase Secretarias de salud municipal y departamental) no hay pronunciamientos contundentes, es claro que algo está fallando cuando se pueden ver casi a diario las conductas abiertamente irresponsables de algunas ambulancias por las calles de la ciudad que violan todas las normas de tránsito que sean necesarias y se ponen en peligro la vida de peatones y demás conductores. Esta forma de operar, al parecer, es comulgada por algunas empresas, que incluso, conocerían de aquellas estrategias para quedarse con la atención y sobre todo el traslado de lesionados a centros asistenciales, donde el incentivo económico ‘bajo mesa’ se convierte en un elemento primordial en la remisión de los heridos. Ahora, para ser justos, es menester no incluir a los equipos del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Popayán, ente que no niega la atención de sus ambulancias a lo largo y ancho de la ciudad.
Nuevamente desde este espacio de opinión, les pedimos a las autoridades a las que corresponda, intervenir en este proceso para regular el servicio de ambulancias en la ciudad, diseñando correctivos a situaciones que hoy tienen desesperada y amenazada a la ciudadanía. Es una labor que les compete y sobre cuyo cumplimiento los ciudadanos debemos estar más atentos ahora. Pero, además de esto, los organismos de control o de justicia, según sean los casos, deberán sancionar a quienes hayan sobrepasado los límites de la ley, en virtud de la desleal y agresiva competencia en que se convirtió el uso de ambulancias. Lo más probable es que se haya incurrido en varias irregularidades que deben ser investigadas y sancionadas, pues lo que se ha puesto en juego es la confianza y la seguridad de la ciudadanía.
En fin, todo este andamiaje ilegal que casi es vox populi en las calles de la capital caucana, reviste absoluta gravedad, por lo cual es necesario que se vaya hasta el fondo de lo que está sucediendo y se pongan en cintura a quienes convirtieron un servicio esencial en un negocio. Aunque parezca un contrasentido, en Popayán las ambulancias están convirtiéndose en vehículos que amenazan la integridad y la vida de los ciudadanos, en vez de ser los que la protegen y la salvan.
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