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CARLOS E. CAÑAR SARRIA
Después del acto de posesión del nuevo presidente, Iván Duque, muchos comentarios se vienen suscitando en la opinión pública nacional y en las redes sociales.
Que es prudente esperar los primeros noventa días, pues en ese lapso se puede contar con elementos de juicio para prever lo que seguirá en el resto del periodo presidencial. Críticas por todo lado le han llovido al presidente del Congreso, bachiller Ernesto Macías, por su discurso de odio, nada conciliador, revanchista, de resentimiento contra el ex presidente Juan Manuel Santos, a quien no le reconoció nada bueno; en concreto, su discurso no fue otra cosa que un memorial de agravios, fríamente calculado a subvalorar y desacreditar al gobierno anterior.
Bastante se ha hablado y escrito sobre el discurso de Macías, contrapuesto al tono conciliador del discurso del presidente Duque. Filtrado por un noticiero de televisión, poco después de la posesión presidencial, los colombianos vimos el episodio en que miembros del partido del Presidente, reunidos en uno de los salones del Congreso, aplaudió a Macías por el discurso, mientras el senador y ex presidente Uribe se refería que el polémico discurso de Macías era “absolutamente necesario”. No faltaron quienes afirmaron, desde el seno del uribismo, que una cosa es el Centro Democrático y otra cosa es el presidente Duque, lo cual ha dado lugar a muchas interpretaciones, más aún cuando el nuevo presidente de la República dice respaldar la consulta anticorrupción que se realizará el próximo 26 de agosto y el ex presidente Uribe recomienda no estar de acuerdo con ese respaldo, no obstante haber adquirido el compromiso conjuntamente con el CD y el nuevo mandatario. No tenemos aún los elementos de juicio para establecer nuestros criterios al respecto, sin embargo, coincidimos con quienes afirman que no habrá mucha diferencia entre las decisiones y acciones de Duque con lo que pretenda su mentor, el ex presidente y senador Uribe.
Desde el día siguiente a la posesión, al nuevo presidente se le ha visto visitando regiones como San Andrés y Catatumbo, al tiempo que anuncia el regreso a los consejos comunitarios que hicieron tan popular al ex presidente Uribe, eventos interpretados como mecanismos para aproximar gobernantes y gobernados dándole al ejercicio del poder un tinte de democracia participativa. Al respecto de los consejos comunitarios, desconocemos si existen o no estudios sobre sus límites y alcances durante la era Uribe. Una cosa es conocer directamente los problemas y otra cosa es la solución de los mismos.
En la redes sociales se critica que algunas personas les correspondió sostener los paraguas al nuevo presidente, a su esposa y al presidente del Congreso durante la posesión no exenta de fuertes vientos y lluvias- como una actitud servil en desuso en países modernos y en monarquías europeas. Algunos sostienen que son comportamientos protocolarios pero otros ejemplifican e ilustran lo contrario en relación a la realeza británica, incluso con el presidente ruso, Putin; anotando que sostener los paraguas sólo sería justificable si las personas atendidas tuviesen invalidadas sus manos.
Es común en las posesiones presidenciales, además de las críticas en general, las expectativas que despiertan los nuevos mandatarios. En la escogencia de los colaboradores en las distintas dependencias, el anuncio de nuevas medidas económicas, de reformas de toda índole.
Después de la posesión presidencial, el acontecimiento más inmediato es la consulta anticorrupción del próximo 26 de agosto; en un país sui generis como el nuestro, parece contradictorio e incluso innecesario, tener que convocar a la ciudadanía a que decida si quiere o no vivir en un país decente; en un país donde sean sagrados los recursos públicos, donde desaparezcan los privilegios extremos, donde se le rinda culto a la honestidad y a la honradez.
Pensamos que hay que cogerles la caña a los autores y gestores de esta iniciativa y al llamado del presidente Duque, de atender con juicio este suceso muy escaso en nuestra democracia. Si los espacios de participación democrática están dados pero la ciudadanía los desatiende, de nada valdrá seguir quejándonos en todas partes.
Coletilla. Bienvenida la iniciativa del alcalde de Popayán, César Cristian Gómez de establecer zonas azules, calles- parqueaderos en el centro histórico; así haya que pagar, es una buena solución ante la carencia de parqueaderos públicos en nuestra ciudad. Claro que no faltará quien critique, sobre todo aquellos que ni hacen ni dejan que otros hagan. Malo porque bogas y malo porque no bogas. De otro lado, es importante que la Alcaldía convoque a los columnistas de prensa, de manera oficial, cuando se tenga que socializar gestiones y acciones gubernamentales. Esta iniciativa es hecha en respuesta a inquietud publicada en Facebook, por una ex concejal que extrañaba la poca o nula participación de columnistas en reciente socialización convocada por el alcalde.
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