EDWIN DARÍO LIS HERRERA
Economista
El demonio para los Estados Unidos de Norte América, luego del triunfo de la revolución en Rusia y su unificación de la Unión de Republica Soviéticas y, de varias liberaciones entre ellas, la cubana; era el comunismo. En este sentido, tocaba que detener su avance al costo que tuviese que sufragarse
Fueron miles de millones de dólares invertidos en espionaje, contra espionaje y busca de camorras donde no las había; donde el menú estaba con invasiones y mercenarios para desestabilizar estados.
Se debilito el modelo socialista y penetro el modelo capitalista en estos países y dejó de ser una amenaza para Occidente y Estados Unidos, para convertirlos en mercados atractivos para sus capitales e inversiones de sus grandes transnacionales. Ese era su gran negocio y propósito de seguridad nacional
Así, la humanidad ha conocido dos demonios: el comunismo y el narcotráfico, como esquemas de intervención por parte del país del norte. En el primero, Colombia, ha salido mal librada y en el segundo, peor aún. Porque el derramamiento de sangre, muertos, desplazamientos y destrucción de nuestros bosques es horrendo.
En este panorama, a Colombia le ha tocado enfrentar la más duras de las batallas, generadas por la violencia partidista y el mismo conflicto armado que surgió empezando los años 60 y su significancia de tierra arrasada, doctrina imperante para contrarrestar el avance de los movimientos sociales, al ser catalogados un peligro para el estado colombiano con beneplácito de los gobiernos de Estados Unidos y sus países miembros.
Colocar en refrescamiento la lucha por la justicia social, catalogada como amenazante y tener en la actualidad la lucha contra el narcotráfico, ha sido el estandarte perfecto de visar a estos estados en seguir propiciando una política intervencionista y fracasada, cuando el tema es de la salubridad pública mundial.
Resumámoslo, la economía del norte moviliza US $ 100.000.000.0000 mil millones de dólares anualmente en los Estados Unidos de Norte América, por consumo de cocaína, sin contabilizar la marihuana, legalizada en algunos estados de ese país. Adicionalmente, se comercializan las metanfetaminas, heroína y el fentanilo, que estarían en el doble de la cifra señalada, es decir, que el mercado mueve más de US $ 300.000.000.000 mil millones de dólares cada año.
La herencia que nos deja el narcotráfico es la destrucción de millones de vidas por vía de los consumidores de droga, donde en Estados Unidos de Norte América estarían con una cifra casi igual a las registradas de contagio de COVID 19 a nivel mundial de 54, 2 millones.
Lo que se convirtió en el demonio – el comunismo – los distrajo enormemente, al no visualizar que nacería una clase emergente proveniente del politburó del partido comunista de la extinta URSS y de otros apetitos burocráticos que les compitieran en igual de condiciones a los grandes intereses del norte. Lo controlable se les descontrolo. Hasta el punto que nació la mafia rusa, considerada como la más bárbara, terrible y con ascendencia en los mercados internacionales.
Para ilustración, nuestra humanidad ha conocido el comunismo primitivo hasta el socialismo; más no el comunismo. Este tan solo lo referenciamos en teoría porque en la práctica no está registrado. Lo que si se observa es la consolidación de grandes carteles de mafias donde la colombiana, la mexicana, la norte americana y otras tantas, juegan en las grandes ligas en los mercados financieros y políticos, donde sí se están haciéndo sentir. En el entretanto, la complicidad es tan alta que toca a todas las esferas de la sociedad. Así que se esperaría que el actual gobierno demócrata, en cabeza de su presidente electo Joe Biden y su Vice Presidenta Kamala Harris, en Estados Unidos, le ponga un punto final a todo este tema del narcotráfico, corrupción, de violación de los derechos humanos, de minería ilegal y de respecto al Acuerdo de Paz, en nuestro caso para convertirnos en una sociedad viable y prospera.