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Para el Senador Luis Fernando Velasco Chávez, estar en la lista de precandidatos a la Presidencia de la Republica, es el resultado de haber adelantado un exitoso trabajo Parlamentario y de ejercer un liderazgo de reconocimiento en la opinión pública, registrado en las encuestas nacionales y en el mayor porcentaje en las mediciones internas del partido liberal.
Para los Caucanos, de manera independiente a cualquier tipo de relaciones ideológicas, políticas, de nivel económico o de concepción social, la posibilidad de concretarse esta candidatura, se torna en una esperanza para esta región en momentos de tantas dificultades.
La normatividad sobre El Habeas Data, la reforma a la distribución de las Regalías para que llegaran a todo el País, la reforma al Servicio Militar con amnistía para remisos, el Seguro de Vida para Cruz Roja, Defensa Civil y Bomberos y la lucha por los precios razonables de la gasolina, así como su defensa de la manufactura y de la industria nacional y no participar de la votación que aumento los impuestos, lo presentan como mejor opción.
Mientras se dan estas circunstancias, en la geografía local, los representantes del partido liberal, no tienen presencia en el mundo de la opinión ciudadana, arropados por la pírrica garantía de contar con el aval del partido, guardan total silencio frente a la problemática del departamento, nada dicen por ejemplo, de las alzas que vendrán en el servicio de energía.
Aun con el reciente acto de formación del directorio liberal departamental, sin ningún pronunciamiento, es claro que, poco importa la problemática regional, tampoco los asuntos del partido, los programas y sus candidaturas presidenciales, porque sus estructuras están condicionadas y dirigidas a respaldar la candidatura al senado del partido Cambio Radical, pero eso sí, -“moviendo el trapo rojo.” – Con similar falacia se perdió para el Cauca, el Senado de Jesús Ignacio García. Presidente del directorio liberal.
Además de soportar el ciudadano trabajador la pesada carga de impuestos, también le toca al sector empresarial, comercial, manufacturero, a los productores agropecuarios del departamento, todo por la pasada Reforma Tributaria, que al mermar el consumo deja sin trabajo a mucha gente, de la cual, fueron sus defensores y aprobaron con su voto los doctores John Jairo Cárdenas y Carlos Julio Bonilla.
La manida disculpa de que se aprueban impuestos para revertirlos en obras, aquí no opera, porque no aparecen por parte alguna. Las pavimentaciones de algunos Municipios, fueron promesas de la campaña presidencial, con el recaudo de impuestos nacionales, y presupuestadas en el conocido “Contrato Plan”, así anden por allí algunos despistados politiqueros, cobrándose estas obras.
Los indicadores de la Cámara de Comercio, del DANE, del Banco de la Republica, de la División de Apoyo Fiscal del Ministerio de Hacienda, de organizaciones gremiales como FENALCO, todos señalan las profundas dificultades por el aumento de los impuestos y más duro en el Cauca, por su vulnerabilidad económica, sin embargo la mayoría de quienes se suponen los voceros de estas tierras, no dicen “ni pio”.
Qué decir del acoso de la violencia, desplazando comunidades enteras. Como hacer silencio, cuando la muerte de ciudadanos es cotidiana y como los representantes a la cámara, en el delicado asunto de la sustitución de cultivos de uso ilícito, tampoco dicen nada.
Se perdió la oportunidad de tener el Cauca, la máxima dirección en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en cabeza del doctor Juan Carlos López C., a excepción del Senador Velasco, todos los demás guardaron profundo silencio, después de recorrer colgados de este programa algunos Municipios. Poco importan tampoco los niños y las familias del Cauca.
Estas resumidas consideraciones, afectan la vida de los Municipios y su integración socio-cultural y económica en las regiones; el sentido cívico, el emprendimiento, la participación política, en muchos casos se ha cambiado por pequeñas clientelas, a las que les da gusto en todo, con puestos y contratos, para que den resultados electorales; pero la participación, la equidad, la opinión de todos, no cuenta, porque unos pocos acomodados pretenden decidir por todos.
Afortunadamente, aparece con fuerza el posicionamiento cívico y el sentimiento de región; en muchos sitios dirigido por mujeres, que se constituye en esperanza, para la recuperación de los liderazgos locales a partir de los cuales, se pueda dar el rumbo que merecen y que quieren los Municipios del Cauca.
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