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    Diciembre mes de ilusiones, paz y armonía

    ÁLVARO ORLANDO GRIJALBA GÓMEZ

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    Empiezan a deshojarse los últimos treinta y un días del año, en medio de la protesta social, acumulada de responsabilidades incumplidas desde años atrás, por una ringlera, por no decir sarta, de gobiernos que fueron pasando de agache en la observancia de sus programas y cumplimiento de lo pactado con distintos sectores sociales y nos quedaron debiendo.

    A este gobierno que se le quiere sindicar de todo lo malo que está ocurriendo en el país, le tocó asumir como lo está haciendo, con serenidad y respeto a la protesta en calma, la papa caliente que le dejaron los otros, especialmente el anterior.

    Es un momento histórico para que el presidente Duque, demuestre que siendo el gobernante más joven de la historia colombiana, tiene todas las capacidades suficientes y puede afrontar con propiedad como lo está haciendo la gravísima crisis, y en el marco de un diálogo abierto, franco y firme, en unión de todos los sectores políticos y sociales o la mayoría de ellos, puede sacar al país adelante y demostrar su liderazgo.

    Es el momento de ver sin equívocos que el Jefe de Estado, recogiendo las múltiples inquietudes de todos los sectores de la protesta, y colocando todo el poder administrativo estatal conformado por los ministerios, las gobernaciones, las alcaldías, los institutos descentralizados y demás entes gubernamentales y las organizaciones sociales gestoras de la protesta, los sindicatos, los estudiantes, los profesores, la rama judicial, etc., se pueden dar acertadas soluciones, pues la responsabilidad es conjunta de unidos lograr propósitos comunes y salvar la democracia y la libertad.

    Esta crisis ha querido ser aprovechada por el oportunismo político de quien en su frustración electoral presidencial, está empecinado en echar más candela al fuego, para seguir incendiando y dividiendo el país, y con ello conseguir dividendos electorales, queriendo raponear, liderazgos que no le pertenecen como el de estas marchas y cacerolazos. Eso no es correcto con la nadie.

    Es el momento de pensar que no podemos permitir que nos sigan enfrentando, que nos sigan infundiendo odio, que nos sigan dividiendo más, cuando la solución como en todo, está en unir las fuerzas para conjurar las crisis.

    Al presidente hay que rodearlo, pues es un hombre bueno, honesto, que no está permeado por la corrupción y está luchando contra ella, y corrupción es la mermelada, corrupción es repartir el poder en migajas parlamentarias. Él no lo ha hecho, pues quiere imponer un estilo limpio de gobernar sin comprar el voto de congresistas con lo que se untan las tostadas para el desayuno, que bastante se repartió en el pasado. Ojala pueda sostenerse en esa posición sin que los acostumbrados al dulce, le amarguen la gobernabilidad.

    Contra eso también se debe protestar, pues hay que acabar con esas costumbres y prácticas corruptas que enlodan la dignidad de los gobiernos. Ellas han llevado a la crisis que hoy vive el país entre otras muchas más causas, como las redes sociales que tienen una gran responsabilidad en todo lo que ha venido ocurriendo.

    Debemos entender todos, especialmente las redes sociales, que para vivir en paz, hay que unir, antes que dividir, y este sería el medio más eficiente para unir, así parezca utópico, por quienes las utilizan para todo lo contrario.

    Estamos seguros que después de la tempestad vendrá la calma, y ojalá que sea muy pronto que esa calma llegue a nuestra afligida patria con la bendición de Dios, para que nos llene de paz y armonía.

    Llegó diciembre, un mes lleno de ilusiones, de gratos recuerdos, de unión familiar, de regocijo, de luces y color, de novenas del Niño Dios con pesebres y villancicos, panderetas y dulzainas, de hermosos árboles de luces y brillantes bolas, de chirimías con sus flautas y tamboras, diablillos recorriendo nuestras calles, de deliciosas nochebuenas de hojaldras, rosquillas, natillas y buñuelos, manjar blanco, exquisitas brevas, limones, piñas, papayuelas y papayas caladas, de jamones y pavos, de alumbrantes velas de alegría y felicidad, de abrazos y regalos, de noches de paz y amor. Disfrutemos este lindo mes en paz.

    Feliz diciembre para todos mis queridos lectores.