Son muestra fehaciente de que el proceso tiene un alto grado de legitimidad en la comunidad internacional y goza de gran confianza por la mayoría de compatriotas, los hechos de la semana pasada, en el marco de los diálogos de la Habana, asociados al cese bilateral del fuego, mediante acuerdo suscrito entre el Gobierno Nacional, en cabeza del Presidente Santos, y las Farc-EP, dirigidas por su Comandante Timoleón Jiménez, con la facilitación del Presidente Cubano, Raúl Castro, la presencia del Secretario General de la ONU y varios mandatarios de la Región, como veedores del trascendental paso hacia la paz.
Ante la alocución de los firmantes del citado acuerdo, que llevará en seis meses a la dejación y/o entrega de las armas a la ONU, por parte de las Farc, que se realizó por diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales, a fin de lograr una información directa a los diferentes sectores sociales y a la comunidad internacional, sobre lo ahí definido y acordado, los sempiternos detractores del proceso no tardaron un segundo en calificarla como un show. Me imagino que habrían dicho si el tema se hubiera manejado con discreción y reserva, de seguro lanzarían, a los cuatro vientos, el grito desgarrador que todo se había hecho a espaldas de los colombianos.
Caso para ejemplificar esta contradictoria posición, lo constituye la Columna de Opinión, de Salud Hernández, aparecida en el periódico El Tiempo, del domingo 26 de junio, en el que bajo el título: “¿Un ‘show’ necesario?”, ‘olvida’ que durante su retención o secuestro que recientemente perpetró el Eln, se generó toda una acción mediática de comunicación, con tintes bastante cercanos a ‘un show’, el cual sirvió para darle valor a la presión social, que a la postre, en cabeza de la Iglesia Católica y la Defensoría del Pueblo, logró el propósito de toda una nación: Su liberación.
Haciendo una analogía, el “Show” montado desde el gobierno, también tenía un propósito, más allá de informar, lograr la liberación de un país, que hace más de 50 años, es prisionero de la absurda guerra en que estamos enfrascados, lo cual se logrará, con la participación consciente y decidida de la ciudadanía, al refrendar con el SI, en el Plebiscito o en el instrumento legal que se adopte por parte de la Corte Constitucional, de lo acordado en la mesa de diálogo, dando inicio así al proceso de paz propiamente dicho.
Al conocerse los términos del acuerdo afloraron todo tipo de apreciaciones, muchas cargadas de adjetivos y emociones, en cada una se develan concepciones y posiciones sobre el proceso; unos intentando desconocerlo o invalidarlo, recogiendo firmas o promoviendo el NO en el Plebiscito, otros sobredimensionándolo, dando por hecho que la paz ya está conseguida, situaciones que al no tratarse adecuadamente, por la alta carga de subjetividad que las acompaña, nos puede conducir hacia niveles mayores de polarización, lo que entrabaría el camino que debemos transitar en poco tiempo: El Posconflicto y la construcción de una paz real, no retorica, que puede llegar a ser más cruenta que la guerra que queremos terminar.
En consecuencia, vale la pena registrar algunas de esas apreciaciones, a fin de que se puedan ponderar y de manera consciente, objetiva y autónoma participar en el Plebiscito que permitirá refrendar y legitimar todo lo actuado en el proceso de negociación de la Habana, veamos:
La reacción inmediata del mayor detractor del proceso, el Ex presidente Álvaro Uribe, se sintetiza en la expresión: “La paz quedó herida…”, con un dejo de impotencia ante la inminencia del acuerdo.
El Vicepresidente Germán Vargas Lleras, con frio cálculo político, ante las aspiraciones presidenciales que lo acompañan, no obstante ser parte del Gobierno Santos, se atrevió a decir, hasta antes del acuerdo no había pronunciado palabra alguna sobre el proceso: “Ojala que cumplan”, refiriéndose aquí a la guerrilla, la pregunta que cabe hacer es: ¿Si llega a ser Presidente en el 2018, él cumplirá los acuerdos, conociendo sus afinidades con la ultraderecha?
Desde la Academia, el rector de la Universidad Externado de Colombia y Ex magistrado Juan Carlos Henao, con la visión de jurista experimentado manifestó: “El acuerdo que se logró en Colombia es, de lejos y según doctrinantes internacionales, el más completo que hasta ahora se haya presentado en el mundo”, despejando el manto de duda que ha querido lanzar el Procurador Ordoñez y toda la recua de áulicos sobre la justicia transicional, columna vertebral del proceso de paz.
Quienes somos amigos del proceso de paz debemos trabajar objetiva e incansablemente por el SI.
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