Debate al Debate


EDUARDO NATES LÓPEZ

[email protected]

Imposible no referirse al tema del debate del pasado martes, en el Senado de la República, en el cual los senadores Jorge Robledo, Gustavo Petro y Angélica Lozano reiteraron de manera organizada todas las acusaciones que anteriormente habían venido esgrimiendo en contra del Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez Neira, desde luego fuertemente adobadas con los últimos ingredientes que aportaron las grabaciones que Jorge Enrique Pizano, “excontroller” de la Concesión Ruta del Sol -por cuenta de Corficolombiana, firma del Grupo Aval y socia de Odebrecht  en el consorcio ejecutor de ese controvertido contrato- dejó en manos de unos periodistas, y aguzadas por la muerte de este y el trágico accidente de su hijo Alejandro.

No cabe ninguna duda sobre el talento del abogado Néstor Humberto Martínez para defenderse de quienes lo acusan de sus inhabilidades para ejercer el cargo que actualmente ocupa. Su defensa, pretendiendo desvirtuar uno a uno los planteamientos de sus contradictores, fue también ordenada, enumerando uno a uno los ataques puntuales, llamándolos “Mentira número tal…” y al igual que ellos, se apoyó en cuadros, grabaciones y ayudas técnicas, acompañados de expresiones de su sabida y aguda mordacidad. Tiene razón, si, en que se trata de ataques de carácter político pero su hábil defensa tampoco fue diferente a lo político que encierra, no solo su cargo, sino su reconocida trayectoria en cargos del más alto nivel en todos los gobiernos anteriores, así estos hayan sido de las más divergentes filosofías.

De este cruce de armas y argumentos de distintos calibres y clases, lo que resulta desagradable, por decir lo menos, para el público, es que quien encarna la dignidad de la Fiscalía de una nación, se vea envuelto en esos vientos huracanados tan enrarecidos, desenfundando argumentos milagrosos con efectos explosivos que aclaren lo casi inexplicable. El Fiscal General de la Nación es quizás uno de los funcionarios al que se le aplica con gran propiedad el aforismo de que: “la mujer del César no solo debe ser casta, sino parecerlo.” Al hijo del inolvidable “Maestro Salustiano Tapias” le han salido tantos espantos al camino, en la fiscalía, que me acordé de una frase coloquial que le oí a un tío mío, hace mucho tiempo, cuando dijo: “Es muy aburridora una novia con muchos hermanos, pa`  tener que defender tanto cuñado…”

De en medio del resto de intervenciones queda por comentar la seria defensa que hizo Uribe de sus amigos Oscar Iván Zuluaga y el Presidente Duque (que nada tiene que ver en ese baile); La obsesión monotemática de Iván Cepeda con Álvaro Uribe; El incoherente discurso del Senador Zabaraín, (con la simpática moción de orden que le interpuso el Senador Antonio Sanguino, indicando que a ese paso le tocaría solicitarle al Fiscal, abrir una investigación a Fidel Castro…); y, por supuesto, la valiente intervención de la Senadora Paloma Valencia, que además de recordarle a la izquierda atacante en el debate, que su copartidario, nada menos que Samuel Moreno, había también jugado papel protagónico en los torcidos de Odebrecht, mostró un video en el que el adalid de la moral, Gustavo Petro, en una presunta reunión secreta (por el escenario y la filmación subrepticia) se saborea, cual Montesinos colombiano, contando enormes fajos de billetes y guardándolos en una chuspa…

De todo el espectáculo descrito se desprende la tristeza de tener que dedicar una sesión entera de más de 8 horas de Senado Colombiano, a discusiones sobre la corrupción y los torcidos de empresas extranjeras y colombianas asociadas, entremezclando los más altos despachos nacionales, justo en el momento que todo ese talento debería estar dedicado a diseñar el camino de salida de la por demás difícil crisis en todos los ámbitos en que nos dejó el gobierno Santos que terminó en agosto pasado y que creen, quienes colaboraron en esa debacle, que el actual, en 120 días, ya debería haber solucionado…