FERNANDO SANTACRUZ CAICEDO
Nuestro ejercicio democrático está inescindiblemente ligado a la “estructura del atraso”, la cual descansa sobre la dependencia externa y la dominación interna, factores que determinan el sistema neocolonial, impedido por naturaleza a direccionar sus recursos y energías hacia un nuevo “proyecto de vida”. Consecuencialmente, soportamos una democracia política, económica, social y culturalmente limitada. Análisis aparte merece el capitalismo rentista, regido por especuladores financieros mundiales, fondos de inversión, comercio globalizado, eliminación arancelaria, “competitividad”, etc. En ambos modelos, las fuerzas del cambio carecen de suficiente consciencia social, organización política y potestad decisoria.
Con todo, durante cinco siglos la resistencia comunitaria ha confrontado al establishment evitando el aniquilamiento de las culturas indígenas, cuyo sustrato material se condensa en el constructo ideológico TERRITORIO que abarca tanto el concepto tierra –medio para la producción de bienes-, como el tiempo y espacio vitales para desarrollar sus relaciones productivosociales, culturales, simbólicas, cognitivas y prácticas solidarias que los identifican como etnias para exigir equidad, justicia, libertad y desplegar poder organizadodesde sus comunidades.
La MINGA constituye el mecanismo por excelencia para confluir potencialidades materiales e intelectuales, orientándola hacia propósitos reivindicativos comunes -derechos fundamentales, económicos, sociales, culturales, colectivos, ambientales, etc.; es la institución que canaliza la firmeza comunitaria como dispositivo de presión para concretar sus reclamos y el cumplimiento de compromisos adquiridos por los gobiernos; es el instrumento para aglutinar hombres y medios a fin de alcanzar objetivos políticos, como aconteció en octubre de 2020 luego de que Duque se negó a escuchar a las sociedades indígenas del Cauca.
La Minga Política nos ha enseñado importantes lecciones: las organizaciones étnicas locales pueden trocarse en núcleo convergente de los intereses mayoritarios; la unidad popular exige cohesionar elencos sociales avanzados para dirigir las transformaciones que reivindica Colombia; la confluencia de sectores y anhelos populares obliga diseñar un programa político nacional; intereses étnicos y generales pueden coordinarse y mutar en tendencia emancipatoria consciente.
La Minga Política rebasó hace mucho los límites territoriales del Cauca, extendiéndose por toda la geografía colombiana. Con su lema “caminar la palabra”, que expresa “romper el miedo, el terror, el silencio y la desesperanza”, la minga convocó a aunar capacidades y voluntades en todo el país, adicionando a sus justos pedimentos otros de minifundistas, organizaciones y sindicatos agrarios, peones, obreros y trabajadores urbanos, maestros y estudiantes, comunidades negras, pueblo menesteroso, etc. Intereses disímiles, con un denominador común: ¡Necesidades populares secularmente insatisfechas! Construir consciencia de pueblo oprimido, de país dependiente, globalizado por el comercio internacional, guiado por un sujeto colectivo integrado por mujeres y hombres en lucha por la liberación nacional y social, ordena superar laenajenación individual y colectiva para obtener metasde renovación forzosa. La Minga Política sobrepasa la movilización y praxis organizada del poder de las naciones indígenas, ubicándose en el escenario de la Protesta Social Generalizada, erigiéndose como manifestación de la consciencia comunitaria y como poderosa herramienta para conquistar las demandas populares. Valorada como sujeto social resulta esencialmente subversiva, porque le hace entender al sistema su significación y alcances. Considerada como instrumento de lucha política en la que concurren sus propios intereses y los anhelos más sentidos del pueblo colombiano, es ostensible que las condiciones materiales existentes llaman a la sustitución estructural del régimen vigente. La Minga Política es el resultado de la miseria institucionalizada, del grado de consciencia y organización política alcanzada, de la sumatoria y correlación de fuerzas sociales comprometidas con el cambio, de la reflexión popular orientada hacia modificaciones específicas, de entenderla como instrumento de fuerza colectiva para exigir y conquistar nuevos designios históricos. Es imperioso diseñar e implementar un programa de acción política que refleje las aspiraciones mayoritarias y nos unifique en torno a los propósitos colectivos de la Minga Democrática Nacional.