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EDUARDO NATES LÓPEZ
Como si fuese una premonición, el jueves pasado en esta columna traté el tema de las dificultades en que se debate la pequeña y mediana ingeniería de provincia, por las exageradas y excluyentes exigencias que se insertan en las convocatorias públicas y/o licitaciones, a nivel nacional y regional, lo que ha venido conociéndose como “Pliegos Sastre”, porque parecen diseñados a la medida de uno o unos de los participantes.
Pues también al final de la semana pasada, la Alcaldía de Popayán publicó los pre-pliegos de un proceso licitatorio cuyo objeto es realizar obras de adecuación, mejoramiento, construcción y ampliación en 19 instituciones educativas de esta ciudad. El valor total de las obras es de $28.003 millones, incluyendo estudios y diseños. (27.219 millones para obras y 784 millones en diseños); El área total intervenida es de 14.442,8 M2; El plazo total del contrato será de 12 meses (2 para estudios y 10 para obras).
Varios colegas me han hecho conocer algunas condiciones de esa convocatoria que los inquietan y que desean comentar a través de esta columna periodística, por tratarse de un tema de interés público.
Comencemos por la discutible necesidad de acumular las 19 obras en un solo contrato, cuando cada una tiene su propio presupuesto independiente y ninguna reviste complejidad especial. Una clasificación elemental de los valores, que a simple vista salta es, por ejemplo: Aunque el valor promedio por obra sería de $1.432 millones aprox. hay 8 obras cuyo valor individual está por debajo de $1.000 millones; 5 obras con valor entre $1.000 y $2.000 millones; 5 obras con valor entre $2.000 y $3000 millones y solo 1 con valor superior a $3.500 millones. Ahora, si bien puede resultar un poco exagerado pensar en 19 contratistas, por razones administrativas, es más exagerado aún pensar en uno solo. La equidad para repartir el trabajo, por cierto escaso en esta ciudad, obliga a la autoridad municipal a estrujarse la imaginación buscando una mayor y más justa cobertura.
El punto 2.2 de los “Estudios Previos de la Licitación” (Pág. 16) titulado “Análisis desde lo comercial,” muestra que para llegar a ese monto de contrato tuvieron que incluir en el muestreo una obra en Bogotá de $27.657 millones y otra en Cali de $8.139 millones, pues las muestras de contratos del Cauca son pequeñas y escasas. Pero, paradójicamente, comenta: “… la entidad considera que el número de posibles oferentes es elevado…” agregamos nosotros que seguramente sí, pero todos foráneos…
Lo peor es lo referente a la experiencia requerida a los proponentes: Debe acreditarse haber ejecutado ¡MAXIMO 2 contratos! cuya suma sea igual o mayor al valor del contrato. ($28 mil millones). Teóricamente 2 contratos de $14.000 millones, cada uno. Me perdonan mis colegas si resulta “ofensivo” decir que aquí no hay ni uno con esa experiencia. ¡Ojalá los hubiera!… Allí radica la exigencia más antipática y excluyente. Esta cláusula ha generado gran rechazo y muchas suspicacias que por supuesto no voy a transcribir, pero el Alcalde, con una sanción de 11 meses impuesta por la Procuraduría pendiendo sobre su cabeza, cual espada de Damocles, no debería provocarlas.
Ase exige, como complemento de lo anterior, que el proponente haya realizado obras que totalicen 20.000M2, cuando estaría bien certificar un área aproximada a la del contrato a ejecutar (14.443M2)
Se discute también el hecho de establecer una “Fórmula Única” de adjudicación y no tres o cuatro fórmulas, como lo están practicando otras instituciones del estado como INVIAS, lo cual hace más aleatoria la adjudicación.
El “Cronograma del Proceso de Selección” determina que el 4 de septiembre se dará respuesta a las observaciones al pliego y ese mismo día se expedirá la Resolución que da apertura a la Licitación Pública. ¿No suena un poco arrogante no dar plazo para estudiar las observaciones que están solicitando?
Seguramente quienes estudien este pre-pliego con mayor profundidad hallarán más detalles de conveniencia e inconveniencia, pero no puedo menos que invitar al Alcalde y sus asesores a que revisen estas condiciones extralimitadas, en busca de ser más equitativos y leales con la ingeniería local, la ciudad y sus gentes.
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