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    Conseguir gasolina, una verdadera travesía

    Esta es la historia de una madre afectada por la minga indígena, donde lastimosamente sus ganancias no han sido las mismas desde que inició el bloqueo en la vía Panamericana.

    Largas filas y eterna espera deben hacer los motociclistas para acceder al combustible.

    Eliana Gómez Hurtado

    Yolanda Causayá, residente del barrio María Occidente lleva 10 años ganándose la vida a punta de reciclaje. / Alexander Paloma – El Nuevo Liberal

    A través de varias fotografías, El Nuevo Liberal da a conocer el viacrucis que deben realizar los propietarios de las automotores para conseguir el combustible y con ello, desplazarse hasta sus lugares de trabajos o en su defecto dejar a sus hijos en la escuela.

    Alrededor de esta espera, que según los motociclistas tarda entre tres, cinco y hasta ocho horas, se hace evidente el provecho que le sacan algunos vendedores informales para ofrecer sus productos (tintos y desayunos) y hacer de este, un  recorrido más llevadero.

    Alrededor de esta travesía, sacan provecho los vendedores informales, quienes llevan sus productos hasta las estaciones de gasolina.

    Es el caso de Yolanda Causayá, que a bordo de su motocicleta llegó desde las 5:00 de la mañana para abastecer su vehículo y así poder llegar hasta la bodega de reciclaje donde labora para emprender su jornada.

    Alrededor de esta travesía, sacan provecho los vendedores informales, quienes llevan sus productos hasta las estaciones de gasolina.Sin embargo, cuenta que desde que inició el bloqueo de la vía Panamericana por parte de las comunidades indígenas, no solamente se ha visto afectada en el restringido acceso que tiene para los alimentos y combustibles, sino que se ha visto perjudicada porque el reciclaje ha disminuido en un alto porcentaje debido a los bloqueos registrados en uno de los corredores más importantes de la región.

    “Para echar gasolina siempre hay que hacer cola y para el reciclaje también está flojo, no está saliendo casi reciclaje como el cartón y otros materiales, tampoco lo podemos llevar a Cali porque no hay vía para hacerlo”, señaló.

    Algunas estaciones solamente surtían de combustible a los taxistas y vehículos de los organismos de socorro.

    Desde hace diez años, Yolanda vive de lo que le deja el reciclaje y asimismo a mantenido a sus dos hijos.

    Con una invitación para que las partes muestren voluntad de paz y de diálogo, la ciudadana culmina esta travesía que empezó desde las 5:00 de la mañana.

    “Ojalá puedan llegar a un acuerdo entre el Gobierno y los indígenas, porque al igual que los nativos los campesinos también necesitan un espacio en la agenda, porque históricamente han sido abandonados por el Estado”, concluyó.