Los cafeteros colombianos tendrán un cita esta semana para definir su rumbo en el 2015. Se trata del congreso nacional que se desarrolla en medio de versiones de una posible solicitud de cambio de gerencia general.
Reinaldo Hoyos Molina
El próximo Congreso Nacional de Cafeteros que se realizará en Bogotá del 3 al 5 de diciembre, no solo definirá las políticas del sector para el año 2015, sino también una propuesta que vienen promoviendo algunos sectores: convocar a elecciones para elegir nuevo Gerente General de la Federación y relegar del cargo al caucano Luis Genaro Muñoz.
De presentarse este escenario, que solo es posible si hay una decisión democrática en el transcurso del congreso, Luis Genaro Muñoz deberá someter su estadía en la Federación a un congreso extraordinario como el que lo eligió en agosto de 2009, cuando logró 42 votos de 62 posibles.
Esta semana, Muñoz estuvo en Popayán no solo siguiendo con su recorrido y su diálogo con los diferentes comités departamentales del país socializando los temas que se tocarán en el congreso, sino afinando la maquinaria que le permita limar asperezas con los sectores opositores a su gestión, para mantenerse en el cargo. De hecho, en dialogo con El Nuevo Liberal confirmó que los comités municipales del Cauca lo apoyan, aunque dijo que está dispuesto a irse cuando la familia cafetera así lo decida.
Reinaldo Hoyos Molina: ¿Cómo es eso que lo quieren relegar de su cargo, si usted obtuvo unas mayorías contundentes cuando fue electo en 2009?
Luis Genaro Muñoz: Como tal, no hay una elección formal del Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros. Sin embargo, como organización democrática siempre está la puerta abierta para que se presenten estas propuestas. Por eso digo que uno como gerente debe estar siempre con el escritorio listo, vacío, desocupado y al día para irse o para quedarse. Así que si alguien o algunos proponen el cambio de gerencia, pues se vota y sí la mayoría quiere que me quede, me quedo y sigo; pero si no, me voy y punto.
R.H.M: ¿Tendrá algo que ver la división que se observó entre la Federación y los cafeteros agremiados en Dignidad Cafetera en el pasado paro?
L.G.M: Creo que las diferencias quedaron bien zanjadas en las pasadas elecciones cafeteras, porque fueron unas de las elecciones con mayor porcentaje de participación que llegó al 73%. Y ahí están todas las corrientes ideológicas que hacen parte de una familia tan grande como la cafetera (estamos hablando de 550 mil familias en 20 departamentos). Entonces, me parece que en este momento tenemos un fin común, que eso lo saludo y lo destaco como importante. Ahora bien, que habrá gente que apoya a Muñoz y gente que no, pues eso sucede y es normal. Pero hay una democracia sólida al interior de la Federación y es en ese escenario en donde se resolverá lo que se tenga que resolver.
R.H.M: Usted se acaba de reunir con los representantes cafeteros de los municipios del Cauca, ¿logró el apoyo de ellos para que siga en su cargo?
L.G.M: Lo que recibí fueron don cosas, por un lado el apoyo de los representantes municipales de los cafeteros del Cauca; pero lo más importante, el plan estratégico que se tiene para la caficultura en el próximo año. Esto es indispensable ya que estamos hablando de algo que define la ruta para seguir teniendo buenos resultados, porque aquí el debate no es si la caficultura es rentable, sino que hay que preguntarse también por la sostenibilidad.
R.H.M: Precisamente acaban de conformarse los comités municipales y los 15 departamentales, con los que usted ha venido reuniéndose en los últimos días ¿qué ha observado en esas charlas en relación al 2015?
L.G.M: Es claro que hay una dirigencia recién nombrada que tomará decisiones. Pero lo importante es que se ha manifestado un apoyo al plan estratégico del 2015. Es decir, hay un fin común que tiene que ver con concretar la idea de cuál es la caficultura que queremos. Para eso tenemos propuestas concretas que debatiremos en el congreso nacional de cafeteros: uno, está la propuesta de la educación, que es un tema necesario; dos, los análisis de suelos para optimizar la producción; tres, la idea de utilizar la tecnología para nuestros beneficios; cuatro, el acceso a programas de inversión social, entre otras. Es decir, estamos en un trabajo de consolidar ideas que nos beneficien mientras el Gobierno hace que el país tenga un campo más competitivo.
R.H.M: Una de las razones que dan los agricultores sobre la falta de competitividad en el agro colombiano, entre ellos los cafeteros, es que los agroinsumos siguen siendo un monopolio como lo demuestran los altos costos…
L.G.M: La situación es sencilla: los costos de la agricultura se pueden bajar. Así de claro. La agricultura colombiana en general es de altos costos y el ejemplo claro está en los fertilizantes, pero este es un problema de fondo que el país tiene que resolver a través de políticas. Pero no es solo eso, en el Cauca por ejemplo la situación de las carreteras es grave y todo esto encarece los precios de la producción y del producto mismo. Mientras tanto, los cafeteros estamos actuando en temas como la transformación productiva. Es decir, en cosas que podemos hacer de la cerca de la finca para adentro.
R.H.M: ¿Y de la cerca para afuera qué se está haciendo?
L.G.M: En el tema específico de los fertilizantes, definitivamente hay que intervenir en la comercialización de los mismos, todo con el fin de regular los precios hacía abajo. Porque, insisto, el costo de los agroinsumos en Colombia son altos. La institucionalidad cafetera mueve al año alrededor de $400 mil millones en esta materia. Entonces, aquí hay un tema en el que hay que seguir avanzando.
R.H.M: Otro de los temas que desestimulan la producción es la minería ilegal, ¿qué le han dicho los cafeteros del departamento?
L.G.M: No solo de la minería ilegal, aquí lo que hay es un problema de la gobernanza de la tierra. Este es una dificultad muy grande en el país que frena varias de las iniciativas de desarrollo agropecuaria porque donde hay sembrado de café al mismo tiempo es una reserva forestal, pero también hay títulos mineros, es un desorden que Colombia tiene que entrar a atender si se piensa en la agricultura como un foco de desarrollo económico. Pero sobre el impacto de la minería ilegal en la caficultura es claro que nuestro pensamiento no cabe lo que sea ilegal y menos la minería. Es un enorme problema en departamentos como el Cauca que no vamos a resolver los cafeteros.
R.H.M: Ya que habla del Cauca, un departamento que ahora ocupa el 4 lugar en producción de café a nivel nacional, algunos sectores hablan sobre la falta de pago de $600 millones del PIC 2013 y $3 mil millones del 2014…
L.G.M: Las cifras no coinciden para nada. En lo que compete a la Federación los trámites del pago del programa de Protección al Ingreso del Consumidor, PIC, están al 100%, con todo al día, tanto los del 2013 como del 2014. Lo que pasa es que hay intentos de fraudes que han sido denunciados por la misma federación ante la justicia. Entonces, no se puede pensar que todo el que venga a decir que se le debe tiene buenas intenciones. Ahí están las cuentas, los documentos y todo está bien. Acá lo que se está haciendo es: a certificación enviada, recursos pagados. Pero hay gente a la que no le han certificado sus compras y en eso estamos trabajando para seguir con los trámites del PIC al día.
R.H.M: En el departamento también se está hablando de la paz, ¿los cafeteros también están con el mismo discurso?
L.G.M: La caficultura es un modelo de paz y los caucanos lo sabemos perfectamente, porque es una construcción de tejido social. Además, la caficultura está en los departamentos de Colombia. Acá estamos vigorizando toda la institucionalidad cafetera para contribuir a la búsqueda de la paz, con o sin La Habana.
R.H.M: Pero ¿de qué se trata esa vigorización?
L.G.M: Son los planes que se están concibiendo para que la caficultura colombiana siga logrando buenos resultados productivos y así aporte no solo al tejido social, sino también a la economía colombiana. Y esto se logra volviendo más rentable la producción cafetera. Entonces, en eso estamos trabajando con los cafeteros y ahora con esta nueva dirigencia estaremos también en esa misma línea, para lograr dar respuesta a la pregunta de ¿cuál es la caficultura que queremos? De esto dependen muchas familias en todo el país.
R.H.M: ¿Y usted quiere estar al frente de todo este proceso?
L.G.M: Tengo la aspiración personal de servir a la comunidad cafetera y rural. Si lo que me pregunta es si me veo contento siguiendo en la gerencia, pues sí; y si no lo estoy, hay que seguir trabajando desde otros escenarios por el campo, los cafeteros y lo rural que es lo que me apasiona. Claro, si Dios me da vida.
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