Dos hechos de alteración de orden público se registraron en diferentes puntos del Departamento: vehículos para labores de arreglo de vías y actividades agrícolas fueron incinerados.
A pesar de las millonarias inversiones en material de seguridad, y del anuncio de las Fuerzas Militares sobre su supuesto férreo control contra los delincuentes, dos graves hechos de alteración de orden público se registraron en el Cauca.
Según una fuente de la Policía en el Cauca, en la vereda López Adentro, zona rural de Caloto, varios sujetos redujeron a los guardas de seguridad de un ingenio azucarero para hurtarles sus vehículos (motocicletas) y luego incineraron el cabezote de un tren cañero.
“Este acto terrorista se registró entre los sectores de Guasanó y El Palo, vereda López Adentro. El vehículo afectado es de propiedad de un ingenio que está ubicado en la zona. Los afectados son integrantes de una empresa de seguridad que presta sus servicios a esta empresa. Hasta el momento se desconocen la razón de este atentado y si los facinerosos pertenecen a las Redes de Apoyo de las Farc”, sostuvo la fuente policial consultada.
En un hecho similar se registró en zona de rural del municipio de Inzá, un grupo de trabajadores que participan en la construcción de la Transversal de El Libertador fueron abordados por varios sujetos que, movilizándose en motocicletas y portando armas de fuego, obligaron a detener sus labores. Paso seguido, los sujetos rociaron combustibles a cuatro máquinas usadas para esta labor entre ellas una retroexcavadora y un buldócer.
“Una vez atentaron contra la maquinaria los pirómanos se montaron de nuevo en las motocicletas en que se movilizaba para luego huir del lugar, esto es, la vereda Río Sucio. Los vehículos pertenecen a firmas contratistas de los ingenieros Solarte que ganaron la licitación para trabajar en este ambicioso proyecto vial que pretende mejorar la conectividad entre los departamentos de Cauca y Huila”, sostuvo la fuente consultada..
Líderes de las zonas donde se registraron estos actos violentos manifestaron su preocupación sobre las faltas de garantías para adelantar sus actividades cotidianas.
“El temor que estos actos se repitan. Ahora son más máquinas destruidas mañana pueden ser las vidas de los campesinos e indígenas que habitan estos sectores rurales”, sostuvo Carlos Duque, habitante de El Palo, Caloto.
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