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Las patrullas de la Metropolitana de Popayán realizaban su trabajo, dentro de la cotidianidad propia de sus funciones de velar por la tranquilidad de los payaneses. Recorrían las calles de los barrios La Esmeralda, Camilo Torres, Junín, Valencia. Una actividad rutinaria.
De un momento a otro, a la sala de comunicaciones de dicha institución entró una llamada. El operador contestó: “Si amigo agente, unos sujetos ingresaron a la fundación…, ubicada en la calle 4 con carrera 27 del barrio Camilo Torres, sacaron algo y metieron eso en un carro, ahí van saliendo, mírenlos, el carro tiene estas características…”, reza la denuncia hecha por el testigo, situación que permitió que alertaran a todas las patrullas que estaban sobre este sector del occidente de la capital del Cauca.
Rápidamente, y comunicándose entre sí, las unidades adelantaron controles preventivos en los principales acceso viales a dicho sector, así como en los barrios vecinos, además, los operadores de las cámaras de seguridad empezaron a verificar en los monitores para ubicar el automóvil reportado, con las características entregadas por el ciudadano.
“Se empezó un registro a los vehículos que cumplía con las características, se les daba la orden de alto a los conductores, para luego verificar su interior y los antecedentes de estas personas, esto con el fin de controlar pero a la vez para hacer presión sobre los corredores viales por donde se presumían huyeron los sujetos”, explicó el coronel Nelson Díaz, comandante de la Policía en Popayán.
Cuando realizaban esta labor, un grupo de policías que patrullaba por el barrio Valencia informaron a los demás compañeros de la ubicación del automotor por dicho sector, generando así el correspondiente operativo.
“Gracias a la intervención, se logró interceptar un vehículo Renault Logan, el cual fue utilizado por los delincuentes para huir del lugar donde cometieron el hecho punible. Una vez realizado el respectivo registro al interior del vehículo, las autoridades de policía lograron hallar cuatro computadores de mesa, avaluados en 10 millones de pesos diferentes destornilladores los cuales habrían sido utilizados para sustraer los equipos de cómputo de la fundación antes mencionada”, agregó el coronel Díaz.
Por este hecho, tres personas, el vehículo y elementos incautados quedaron a disposición de la fiscalía Seccional URI de Popayán por el delito de receptación. Después, los elementos recuperados serán entregados a sus legítimos propietarios, esto es, a las directivas de la fundación religiosa que presta una labor social entre los niños y jóvenes del barrio Camilo Torres.
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