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Por: María Alexandra Méndez Valencia
Especial para EL NUEVO LIBERAL
El filme ‘Aladdín’ (Aladino), que se acaba de estrenar en las salas de cine de Colombia y el mundo, se basa en el famosa leyenda ‘Aladino y la lámpara mágica o maravillosa’, y pertenece a la colección de relatos compilados en el libro ‘Las mil y una noches’.
Para establecer la historia de las colecciones de cuentos, habría que situarse en la India, que es donde surgió todo. La primera colección de cuentos hindúes que se conoce recibe el nombre de ‘Pachantantra’, y se sitúa en el año 200 a.C., y se trata de fábulas escritas en sánscrito. Los cuentos originarios de allí, pasaron a la cultura persa. En Persia también existían narraciones que se adicionaron y que tenían como epicentro ciudades antiquísimas como Bagdad y el puerto de Basora, que hoy pertenecen a Irak.
Las historias que tienen raíces en la cultura indo – persa, pasaron luego a la cultura árabe, donde fueron añadidos nuevos elementos. En esas tierras son conocidas como ‘Alf layla wa – layla’ (Las mil y una noches). Después se tradujeron al latín y posteriormente al castellano en el siglo XII para, finalmente expandirse por el mundo.
Se les conoce también como una célebre compilación medieval en lengua árabe de cuentos tradicionales del oriente medio. El núcleo de estas historias está formado por un antiguo libro persa llamado ‘Zazar afsana’ (mil leyendas).
La historia principal sobre Scherezada y el Sultán, parece haber sido agregada en el siglo XIV, para servir de marco narrativo a los demás relatos. Se cree que otras historias fueron recogidas originariamente de Siria, China, Egipto, Afganistán, Taykistán y Uzbekistán.
Aladino, o Ala ad – din (en árabe), significa nobleza o gloria de fe, es una de las historias de la mencionada compilación. Añadida en el siglo XVII, por el francés Antoine Gallard.
La película
El relato de Aladino, al igual que otros cuentos de ‘Las mil y una noches’, ha sido llevado muchas veces a la gran pantalla por directores de cine de varios países y en diferentes épocas. Unas de estas producciones son animadas y otras, se han realizado con actores reales.
Aladino 2019, es la versión con actores y acción real de la película de dibujos animados de los estudios Disney de 1992. El filme se basa en parte en el clásico de ese año y también en la obra literaria citada.
Dirigida en esta ocasión, por el cineasta y productor británico Guy Ritchie, ex esposo de la cantante Madonna. Es de resaltar el retorno a la actuación del actor afro estadounidense Will Smith, desempeñando el papel del Genio. Hace 27 años, el rostro del desaparecido Robin Williams, fue copiado para que apareciera en la caricatura que representaba a ese “ser mítico”. Y éste mismo actor, también prestó su voz para darle vida a este personaje.
Esta lujosa y entretenida recreación, es genuinamente divertida y muestra nuevamente a Smith en un papel cómico (el más notable de todo el elenco), lo que indica la acertada decisión del equipo de producción de centrar el largometraje en la personalidad del Genio, pues Will Smith no dependió exactamente del original, sino que supo imprimirle algunos toques personales.
El reparto protagonista de esta nueva adaptación es de trayectoria, y se completa con el actor egipcio – canadiense Mena Massoud, Naomi Scott como la princesa Jasmine quien generalmente aparece acompañada de su mascota ‘Rajah’ (un tigre de bengala), Marwan Kenzari, como el malvado Visir – hechicero Jafar, Nassin Pedrad como Dalia, Navid Negahbad como el Sultán de Agrabah (un reino imaginario posiblemente relacionado con la India) y Billy Magnussen como el príncipe Anders, uno de los pretendientes de Jazmine.
Según esta versión, Aladino es un simpático y astuto ladronzuelo, quien siempre está acompañado de su fiel mono Abú. El héroe de la historia se enamora de la hija del Sultán. Para intentar conquistarla, acepta la propuesta de Jafar, que consiste en entrar en una cueva en forma de felino en la mitad del desierto para encontrar una lámpara mágica que al frotarla, aparece un genio que concede todos los deseos. El pérfido Visir, es secundado en sus fechorías por Yago, un guacamayo rojo de su propiedad.
La escena más hermosa de la película es sin duda, la del vuelo nocturno en la alfombra mágica. En la versión animada vuelan sobre Egipto, Grecia y otros países de la antigüedad. Mientras que en la nueva cinta, solo lo hacen sobre algunos paisajes. Este mítico sobrevolar, tiene como fondo la canción ‘Un mundo ideal’, en ambas producciones.
Aladino (Poema)
El leer y ver tantas versiones cinematográficas de esta leyenda oriental, que ya es patrimonio universal y que se cuenta entre una de mis predilectas, le lleva a la autora de este escrito escribir el poema ‘Aladino’
Aladino va cabalgando entre las dunas del desierto a lomo de un camello, sofocando el calor con el pensamiento de su amada. Con muchos temores y preso del desasosiego, entra en la caverna oculta a buscar la lámpara encantada
Adentro, aguardan multitud de tesoros, ricas gemas y mil peligros de fuegos que se esparcen para alcanzar a los que han profanado la morada. Un personaje fantástico surge en medio de nubes y de humos para rescatar al mancebo y para concederle todos sus sueños de grandeza
Él también le enseñará a blandir la espada llameante de oro, para batirse en duelo con su enemigo. Lo llevará donde su amada princesa, la de tez morena y ojos de azabache, la que será la dueña de sus caricias y sus besos, en medio de las ventiscas del desierto.
Tornará a buscar a su dueña y la encontrará tras la celosía del balcón, envuelta en velos y sedas, y le dirá: despierta de tu sueño, mi amor del desierto, me quedo con tus ojos del color del misterio, con tu sonrisa de labios suaves y sabor a esencias de oriente
Vamos a volar amada mía, sobre la alfombra mágica, la luna llena de plata nos acompañará
Podremos casi tocar las estrellas y volaremos sobre valles, montañas, mares, cascadas, bandadas de aves nocturnas, caballos indómitos.
Surcaremos el cielo nocturno sobre los alcázares La Meca, sobre las calles estrechas de Xanaá, sobre pirámides y esfinges de la tierra de los faraones, sobre el estrecho del Bósforo y la lejana Bizancio
Pasaremos sobre las mezquitas de Alepo y Damasco, sobre los alminares de Bagdad y Basora, sobre los zigurats y los jardines colgantes de la milenaria Babilonia, sobre los minaretes de Isfahán y Samarkanda, alzaremos vuelo sobre la gran muralla china y sobre las fortalezas inmarcesibles de Jaipur y Udaipur.
Llegaremos al palacio del Sultán, para vestir suntuosos ropajes hechos de damascos, brocados y jacquares multicolores, para abrazarnos junto a la fuente misteriosa y comenzar nuestro idilio eterno que perdurará mil y una noches.
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