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GUILLERMO ALBERTO GONZALEZ
La publicación del Dane sobre los resultados del último censo, tienen más preocupación en lo social que en lo poblacional. Sobre todo, es revelador que la pobreza en el Cauca haya aumentado en los últimos años en vez de disminuir. Somos superados únicamente por Choco y la Guajira, y la estadística regional nos muestra que en términos geográficos estamos más altos que el país en promedio. No es difícil adivinar por qué ocupamos este deshonroso tercer lugar: la Costa Pacífica caucana se inscribe entre las más abandonadas del país, y por supuesto sus índices de pobreza son alarmantes. Siguen siendo poblaciones que viven con menos de 1 dólar diario por habitante, comparable a ciertas zonas del África en que la situación es igual o peor. Si tal hecho es cierto, los esfuerzos gubernamentales a nivel nacional y local deberían focalizarse en esta región desamparada y famélica. En el Cauca, después de diez años, la cifra de pobres da más de un millón de personas, es decir que aumentó en ese periodo de tiempo.
Sin embargo, la situación general revela que somos un departamento agobiado por la pobreza en donde además, los pueblos del sur se ven sometidos a un atraso secular, en los que hay menos personas que hace diez años y que la población es más reducida debido a fenómenos como la migración y la coca, malditos cultivos que presionan la violencia y conducen a situaciones de desamparo como las que estamos viendo hoy.
Los esfuerzos gubernamentales para reducir la pobreza han sido vanos o mal dirigidos, pero lo cierto es que muestran un receso que revela que hay poblaciones con el flagelo del hambre y que esta subalimentación es merecedora de atención particular. Es vergonzoso que así ocurra y la situación de Colombia es inferior al de toda la población mundial y con mayor razón, la de departamentos como el Cauca, especialmente en su zona del pacífico. La forma como la FAO calcula la población con hambre tiene que ver con el porcentaje de la población que no accede a la energía alimentaria suficiente. No podemos estar tranquilos mientras la Costa Pacífica del Cauca ostente una situación semejante a la de varios países africanos que presentan un panorama desalentador.
Y refiriéndose al caso Caucano en general debemos registrar el aumento en la población mayor de 60 años, que es superior a la población joven de menos de 20 años. Demuestra que el nuestro, al igual que Colombia, registra envejecimiento, lo cual presenta un grave problema en materia de salud y atención al adulto mayor. Hay que reparar, por supuesto, en que la población atendida por las EPS es igual a la población que debería de estar en esa situación, es decir que el registro de población atendida explica la congestión de los hospitales y demás centros de salud y que hoy parecen más hospitales de guerra que sitios amables en donde debiera realizarse atención preventiva. La mayor parte de los enfermos son gente de los pueblos del sur del Cauca a quienes se ha afiliado sin el correspondiente aumento de los servicios. El 34% de nuestros hogares en Colombia se sienten pobres y la cifra debe ser superior en caso del Cauca, según se deduce de la declaración del director del Dane.
En Popayán debemos hacer un análisis riguroso de lo que aquí ocurre, pues es significativo que en el 2018 se registra una disminución de pobreza y desigualdad que bien merece un análisis de diferente índole.
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