Convocatoria Fundación Valencia Calle, El Nuevo Liberal, Timbio Noticias y Pagina100.
La palabra “testimonio” proviene del latín estimonium, que significa demostración o evidencia. Hoy en día es un género literario y permite relatar detalles de un momento importante en la vida de las personas. Con esta convocatoria, quien escribe, permitirá saber cómo los ciudadanos del año 2020 vivimos y asumimos la emergencia sanitaria del coronavirus como pandemia mundial.
Fue difícil digerir la palabra CORONAVIRUS. ¡Dios santo! Maldito virus fuera de nuestros virus de los políticos y sociales que tenemos, pensé y asustado compartí con mi familia que lo que se venía era fatal. A las semanas era una epidemia y se desarrollaba con velocidad de país en país y cruzaba los continentes. Todo se volvió paradójico, tocó: buenos hábitos alimenticios, amor por la salud y la vida, compartimos comidas, unimos nuestra familia y compusimos una canción Saldremos adelante coro creado por mi nieta de siete años. Paradójico el Covid-19. Cambió excelentes hábitos en todo sentido porque saldremos adelante.
Olmedo Guaca Timaná
Docente
IE Francisco de Paula Santander de Popayán
El periodista Antonio Palechor Arévalo, cronista caucano, quiso dejar cinco testimonios vitales para la memoria de un observador experimentado. Agradecemos su deferencia y sin importar que sean más de cien palabras las publicamos todas… Aquí la cuarta:
Luego de pasar por la agencia…
Luego de pasar por la agencia de apuestas y de recibir la ayuda de un amigo, lo primero que compró fue una libra de pescado: hacía varias semanas que había acabado con la dieta ordenada por el médico. “El hambre y la necesidad son cosas duras cuando hay una amenaza de pandemia”, se dijo mientras almorzaba. Como todos los días, esa mañana miró temprano los mensajes en su celular, esperando a que le anunciaran que había sido seleccionado para recibir una ayuda del Gobierno Nacional, pero nada. Encontró uno mejor que indicaba: “Puedes pasar por las doscientas mil ‘lucas’ que te prometí”.
El Gobierno anunciaba ayudas para la población vulnerable. Buscó en el Ingreso Solidario, pasó por la devolución del IVA y por el listado de los que recibirían mercado. ¡Nada! La escena se repetiría por muchos días. Averiguó cómo seleccionaban a los beneficiarios: “Que no tenga vivienda, que no reciba ninguna ayuda estatal, que tenga salud subsidiada, que gane menos de quinientos mil pesos”. ¡Todos los requisitos cumplidos! “¿Pero por qué no salgo?”, se preguntaba, luego de repasar los listados. “Eso miran el Sisbén”, le dijo un vecino. Ahí estaba el detalle: los indígenas no hacen parte del Sisbén. Nunca habría ayuda.
Antonio Palechor Arévalo
Periodista
Timbío (Cauca), Colombia
Esta vez la raza humana amaneció infestada por la COVID-19. Virus inteligente, dicen, que se pasea vertiginosamente por el interior de los órganos más vulnerables del hombre, destruyéndolos. El miedo ardiente entre sus espículas colapsó el sistema de salud, mientras “al sol esconden”. Mi hermano, doctor, presidente del Colegio de Médicos del Oro en Ecuador, se infectó. Su frase y su lucha frontal fueron: “Los médicos vamos a poner el pecho a esta pandemia¨. El Creador hizo que su alma regresara a Él un catorce de junio. Mi padre derramó angustiosas lágrimas y abandonó el mundo de carne y tiempo once días después.
Julia Veintimilla Jaramillo
Poeta y escritora
Guayaquil, Ecuador
Un desencuentro con el afuera…
Un desencuentro con el afuera, de un tiempo a otro (casi minutos) se vuelve el encuentro con el habitar. La casa se transforma en el mundo que se recorre a diario y los más cercanos, tras una pantalla, tratan de sonreír con ojos de abrazo. Es mi voz la que me habla, susurrando en el silencio de las cosas cotidianas que nunca vemos: hay abrigo, alimento, familia. La ropa, mientras tanto, espera. Esperan también las librerías, los cines, la silla del café de siempre. Las calles para andar. Los abrazos esperan y los besos. En realidad, creo que todos esperamos.
Mónica Lucía Suárez Beltrán
Escritora e investigadora
Bogotá, Colombia
La cuarentena llegó con su aprendizaje…
La cuarentena llegó con su aprendizaje individual y colectivo. Con la pandemia empezamos a escucharnos a nosotros mismos y a visibilizar a otros. Un virus, que ocuparía la etapa más elemental de la evolución, está revaluando los valores de la humanidad. El planeta respira, los espacios en que las distintas especies viven tienen su pausa: montañas, valles, desiertos, ríos, océanos y nubes. Aprendemos a valorar el aire, cada rayo de sol, la comida y el agua. Quizá no volvamos a ver a alguien que apreciamos. Extrañamos el abrazo y, ante todo, aprendemos a sonreír en el encuentro de familia.
Lilia Gutiérrez Riveros
Escritora
Bogotá, Colombia
Llegó de manera tan inesperada…
Llegó de manera tan inesperada, fue tan violento, no dio forma de protegerse, ha dejado miles de muertos, pero ha traído bendición y restauración a muchas familias. No todo es malo ni todo es bueno, un virus llega, ataca y tú decides si caes. ¡Yo me levanto y sigo!
Hay una gran soledad en las calles, vacío en muchos corazones, se apaga la luz para muchos y otros tienen fe de recuperarse. Somos tantos sin consuelo humano, somos todos los que tenemos el apoyo de Dios. ¡Abre tu ventana y deja que entre la luz que viene del cielo!
Yeimy Alejandra Valencia
Estudiante de la Institución Educativa Escipión Jaramillo de Caloto
Santander de Quilichao (Cauca), Colombia
Mis días siguen igual de grises o más…
Mis días siguen igual de grises o más, siguen manchados de melancolía. En las noticias se derrama sangre mientras se recupera el planeta. Dedico mis noches a contemplar desde la ventana el humo de mi cigarrillo, mezclado con el humo emitido por tristes pensamientos que al menos, para mí, son los verdaderos contaminantes de la humanidad.
Donde la polémica reina, la indiferencia lleva una corona reluciente. El silencio y la soledad purifican corazones, aunque otros se envenenen de tiranía. La mortalidad de un virus nunca se equiparará a la mortalidad que genera una persona, caminando por la vida, sin un corazón.
Deiby Alejandro Vargas Guzmán
Estudiante de Comunicación Social
Popayán (Cauca), Colombia