Cien días de problemas heredados

ÁLVARO GRIJALBA GÓMEZ

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No creo nada justo exigir a un presidente que apenas inicia su recorrido como primer mandatario de los colombianos, que en los primeros cien días de gobierno, presente contundentes resultados que solucionen toda la problemática de un país dejado en bancarrota, con los problemas acumulados, con un inmenso déficit fiscal, que obliga a asumir políticas económicas impopulares, que aquí o en cualquier parte, desprestigian al gobierno que sea.

Los problemas en la educación, las grandes marchas de estudiantes para defender la universidad pública en crisis, son la resultante de la acumulación de la ineficiencia administrativa y la deficiencia presupuestaria heredada de gobiernos anteriores, que hoy el nuevo gobierno carga como suyas con gran responsabilidad, abriendo canales de diálogo para encontrar soluciones concertadas con la comunidad universitaria. Problema heredado.

El narcotráfico es pandemia de nunca acabar y cada día a pesar de los esfuerzos ingentes que el gobierno hace para combatirla, por más glifosato que le aplique, se dicten decretos prohibiéndola, se allanen expendios, se aprese narcos y jíbaros, sigue campante, toma insólita fuerza y se burla de todos. Problema heredado.

La voraz minería ilegal, destructora de nuestro medio ambiente, contaminadora de fuentes hídricas, generadora de gravísimas dificultades sociales en regiones donde se desarrolla, fuente de financiamiento de grupos ilegales, ronda por el país carcomiendo nuestra su geografía ambientalista y ecológica sin control. Problema heredado.

Todos son problemas heredados, y esto no es disculpa para eludir la responsabilidad que tiene el nuevo gobierno, para atenderlos y buscar soluciones a la mayor prontitud, pues es su deber hacerlo, y a ello es a lo que le está apostando la novel administración Duque, con su desmermelado equipo de trabajo.

Pero debemos ser conscientes, que 100 días para atender tantos y diversos problemas heredados, son absolutamente insuficientes para resolverlos como todo el mundo quisiera dada su complejidad.

Si bien es cierto las encuestas indican que la favorabilidad del presidente ha bajado altamente, esto lo determina, sin lugar a duda alguna, el rechazo que ha tenido la propuesta de gravar los productos básicos de la canasta familiar y las pensiones, que golpearía especialmente a la clase media y a los sectores más populares.

Estos y otros puntos de la ley de financiamiento, para tranquilidad de todos los colombianos, deberán ser corregidos por el ministro Carrasquilla, si quiere sacarla adelante, pues además el gobierno mantiene una precaria mayoría parlamentaria para avanzar en sus propuestas en el Congreso.

Sumado a ello, las conocidas discrepancias que sostiene con su propio partido el Centro Democrático, desde el discurso del presidente del Senado, agresivo, frente al conciliador del nuevo Presidente, la propuesta de reforma a la justicia por parte del gobierno distinta a la del partido, la de Asamblea Constituyente y el aumento del período presidencial descartadas de plano por el gobierno, y la más clara frente el aumento del IVA a los productos de la canasta familiar rechazada por el propio Centro Democrático, colocan al presidente en difícil situación operativa.

Sin eufemismos, el gobierno tendrá que afinar en temas como el de los impuestos, la educación, el laboral, la seguridad y otros que lo enfrentan ante una opinión que hoy refleja su descontento en las encuestas.

Hay que abonar con imparcialidad y ecuanimidad los propósitos del gobierno revelados en el Plan Nacional de Desarrollo 2018 – 2022 (PND) especialmente en lo referente al sistema educativo que pretende beneficiar en el cuatrienio a 336.000 jóvenes pobres con acceso a la educación universitaria y abrir 500.000 cupos más en el programa “Jóvenes en Acción”, llegando igualmente a dos millones de cupos en educación inicial y 840.000 adicionales en preescolar.

Lo cierto es, como lo dijo el propio Presidente, que queda muy difícil en 100 días corregir deudas históricas que hay con el sistema educativo, pero que está escuchando el clamor de maestros, estudiantes, rectores, sectores políticos y otros para encontrar soluciones concertadas.

Vemos una gran voluntad de nuestro mandatario de abordar todos los temas, su serenidad, su mesura, su desenvolvimiento con propiedad en las distintas áreas, nos permiten expresar con certeza, que de éste árbol se sacarán muchos y muy buenos frutos para beneficio del pueblo colombiano, y lo que hoy es pesimismo, se transformará en optimismo y realidades con altos índices de aprobación.

De los 1.460 días de gobierno, aún restan muchísimas jornadas. El camino apenas empieza. Adelante Presidente Duque. El futuro es de todos!