Por primera vez, llega a la pantalla grande una producción rusa que narra el accidente nuclear más sobrecogedor de la historia y cuyos efectos aún contaminan el planeta, 35 años después del suceso: Chernóbil.
Producida, dirigida y protagonizada por Danila Kozlovskiy, Chernóbil, narra la explosión del reactor 4 de la central nuclear Vladímir Ilich Lenin en el norte de Ucrania, a través de la historia de uno de los bomberos “liquidadores” Alexey Karpushin, quien acudió en primera instancia a socorrer la tragedia, ignorando el letal e invisible agente radiactivo al que exponía su vida. Él tratará, a toda costa, de poner a salvo a su familia del peligro que la mayoría ignora.
En una misión kamikaze, Alexey tendrá que sumarse a un pequeño grupo de expertos para evitar una segunda explosión, que no solo afectaría a la Unión Soviética, sino que tendría efectos devastadores en medio continente europeo. Con el calor, el agua debajo del reactor hubiera podido generar una presión y un estallido mil veces más fuerte que el primer accidente.
El caso real
El 26 de abril de 1986 en la Central Nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en el norte de Ucrania, a 3 km de la ciudad de Prípiat y a 18 km de Chernóbil, explotó violentamente el reactor 4, liberando partículas radiactivas a la atmósfera durante 10 días. Esta ha sido la catástrofe nuclear más grande de la historia. Se estima que el material contaminante fue 500 veces mayor que el liberado por la bomba atómica arrojada por Estados Unidos en Hiroshima en 1945.
¿Qué sucedió?
Un simulacro de apagón para mantener la circulación del agua de enfriamiento del reactor 4 salió mal, la presión se descontroló y explotó, volando la tapa del reactor de 1.200 toneladas. Esto formó una nube radiactiva que se extendió por 162.000 km² abarcando Europa y América del Norte. La Unión Soviética evacuó de urgencia a 116.000 personas, provocando una alarma internacional al detectarse radiactividad en, al menos, 13 países de Europa Central y Oriental.
Los héroes, las verdaderas víctimas del silencio del gobierno soviético
El gobierno soviético intentó ocultar el desastre enviando a “liquidadores” o personal militar y de rescate a limpiar la zona, exponiéndolos sin la protección adecuada, a altos niveles de plutonio, un material muy cancerígeno y a la radiactividad invisible. Esto los condenaba a una misión casi suicida.
Un ser humano puede absorber por año, sin sufrir daño, hasta 2 Roetgen, unidad de medida de exposición a la radiación ionizante. Durante ese primer día los habitantes absorbieron más de 100. A ese ritmo, la dosis letal se alcanza en tan solo 4 días.
134 personas de la estación de bomberos fueron hospitalizadas con Síndrome de irradiación aguda debido a la absorción de altas dosis de radiación ionizante. 28 murieron en los días o meses posteriores y aproximadamente 4.000 muertes sospechosas de cáncer inducido por radiación sucedieron en los siguientes 10 años.
Hoy en día, el radio de la zona restringida es de 30 kilómetros alrededor de Chernóbil y los escombros de la planta siguen irradiando.
Danila Valerevich Kozlovsky (Moscú, 1985)
Sinopsis
Tres protagonistas de la tragedia de Chernóbil entrecruzan sus vidas: un bombero, un ingeniero y un buzo militar. Cada uno intentará contener la radiación de la central nuclear y sobrellevar su drama personal, mientras descienden al mismísimo infierno para prevenir lo que podría ser el resultado más terrorífico de esta catástrofe, ocurrida en 1986.