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Manos caldoneñas construyendo caminos de paz’ fue el nombre del Modelo de Reintegración Comunitaria (MRC) ejecutado desde febrero de este año en el municipio de Caldono. Participaron alrededor de 400 personas entre campesinos, indígenas, excombatientes, institucionalidad y Fuerza Pública en la resignificación del cerro de Belén.
Redacción fin de semana
@elnuevoliberal
Caldono es uno de los municipios del Cauca más afectados por el conflicto armado. En los datos históricos, pero especialmente en la memoria de sus habitantes se cuentan más de 248 tomas guerrilleras entre 1984 y 2014, de ellas 76 fueron en la cabecera municipal. Centenares de muertos y desplazados, en los más de 500 hostigamientos que sufrió esta población.
Desde el 2014 cuando se dio inicio a los diálogos de paz entre el Gobierno de Colombia y las Farc, y con ellos el cese al fuego, los habitantes de este municipio han dejado de correr desde el parque hacia sus casas para esquivar las balas, han podido salir luego de las 6:00 de la tarde, porque los misiles y artefactos que llegaban a su pueblo desde los cerros que lo rodean, entre ellos el cerro de Belén, han quedado atrás.
Ese cerro que era el lugar de encuentro de los grupos al margen de la ley para atacar a las Fuerzas Militares y dejando en medio a la población, un lugar que durante décadas fue botín de disputa, hoy se convierte en uno de los sitios preferidos por propios y visitantes que llegan a Caldono.
“Construimos un lugar para la reconciliación y la memoria, adecuamos el cerro para que los recuerdos de la guerra solo sean eso: recuerdos, y que hoy nos miren con otros ojos y desde este mirador podamos seguir construyendo paz en nuestro municipio, porque Caldono se merece algo mejor”, indicó Farid Julicué, líder de la zona.
Adecuar el cerro de Belén como un mirador y dar paso al turismo en este municipio del norte del Cauca, se logró a través del desarrollo del Modelo de Reintegración Comunitaria (MRC) implementado por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) junto a los socios implementadores el Centro de Investigación y Educación Popular/Programa por la Paz (Cinep/PPP) y la Corporación Reacción.
Desde febrero de este año llegaron al municipio con la iniciativa ‘Manos caldoneñas construyendo caminos de paz’ un espacio para la reconciliación y la convivencia, donde participaron más de 400 personas de la comunidad indígena, afrocolombiana, campesina, organizaciones de mujeres, jóvenes, niños, niñas, víctimas, excombatientes, Fuerza Pública y representantes de las instituciones, quienes luego de 12 jornadas de trabajo lograron la resignificación de ‘El Mirador de Belén’ como punto de encuentro para sus habitantes y turistas.
Esta resignificación del Mirador de Belén consistió en la adecuación de un sendero peatonal, la instalación de la estructura metálica “Yo amo a Caldono” y la construcción de cinco casetas demarcadas con la memoria histórica del antes, durante y después del conflicto, convirtiéndose así en un escenario para el esparcimiento y encuentro de la comunidad caldoneña.
Para Camila Sabogal, gerente de reintegración comunitaria del programa de Reintegración y Prevención del Reclutamiento (RPR) de la OIM “la resignificación del Cerro de Belén es un gran hito no solo para Caldono sino para todo el país. Se trata de la muestra del poder que tiene el tejido comunitario en la transformación de escenarios para la paz y la reconciliación. Además, de la materialización de un proceso que le apostó a la democracia y la participación teniendo como ejes la diversidad y pluralidad de actores”.
En el proceso se hace importante también el valor y la capacidad de los adultos para trabajar en conjunto ya que hubo encuentro entre víctimas y victimarios, pero el espacio fue propicio para reconciliarse. Así mismo se destaca la activa vinculación de los niños, niñas, jóvenes, y mujeres en la fase de “pedagogía social para la reconciliación”, ya que esto permitió el fortalecimiento de las relaciones sociales, la reconstrucción de confianza y la visibilización de los sueños de la niñez y la juventud a través del arte y cultura.
“Este es un comienzo para nuestras comunidades, ya que nadie daba un peso por la paz. Caldono es un ejemplo para Colombia y el mundo entero porque a pesar de que nos tocó sufrir, se ha logrado resurgir sin odios, sin rencores y vamos para adelante”, indicó María Griselda Patiño, habitante de Caldono.
Con la ‘entrega’ del mirador de Belén a los caldoneños y demás habitantes de la región el pasado martes, se dio por culminado este Modelo de Reintegración Comunitario en esta zona del Cauca.
“Se logró el fortalecimiento de las capacidades de las comunidades y de las instituciones locales, en relación a procesos organizativos y de autogestión, para favorecer la participación ciudadana en espacios de convivencia, reintegración y reconciliación, así como el fortalecimiento de entornos de protección de la niñez y juventud”, dijo Angela Medina, coordinadora de la ARN en el Cauca, en medio del evento de cierre del MCR.
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