En Popayán, la intolerancia ‘carcome’ cada vez más la vida de sus ciudadanos al punto que ya ni los paramédicos de Bomberos se salvan de la violencia que genera el pésimo servicio del sistema de salud imperante en el país.
La historia, de no creer, se presentó en la mañana del pasado viernes, cuando a la central de comunicaciones de esta institución informaron de una persona herida en medio de una riña callejera.
Según el reporte establecido por los profesionales en atención de urgencias, al llegar a la calle 4 con carrera 19 del barro Pandiguando, atendieron a un señor que padecía un copioso sangrado en el rostro, producto de un golpe causado al parecer por un objeto contundente. La persona indicó fue atacado por otra con un tubo de metal cuando estaba sentado.
“En el sitio, se observa la herida y se comienza a realizar asepsia (limpieza), para evitar infecciones posteriores, se hace vendajes con gasas estériles y apósitos, para el control de la hemorragia, se inmoviliza al paciente en la camilla telescópica y se sube a la ambulancia (…) se monitorean signos vitales, los cuales no son confiables por su aparentemente estado de alicoramiento”, dice el informe presentando por dicha institución.
La valoración indica a los paramédicos que el paciente deber ser atendido en un centro asistencial de nivel 3, por eso el trasladado se efectúa al hospital Universitario San José, pero el médico jefe de triage manifiesta que no hay forma de atenderlo porque el servicio de urgencias está colapsado, que además no hay convenio con la EPS Cafésalud donde está afiliado el paciente. El profesional de la salud, en un aparente comportamiento de indiferencia, valora al ciudadano y entrega el resultado a los paramédicos para que lo trasladen a otro centro asistencial. Estos últimos insisten que debe ser atendido en un hospital nivel tres por la gravedad de la herida, pero la sugerencia no tiene respuesta.
Entonces deben sacarlo de esta unidad médica para llevarlo a la sala de urgencia de la controvertida clínica Santa Gracia, donde se repite la escena presentada en el hospital Universitario San José: el médico jefe de triage valora al paciente, luego solo se limita a revisar los documentos entregados en el anterior centro médico y dice que no hay atención porque no existe convenio con la EPS en mención.
Por eso el ciudadano es sacado de dicho complejo médico para ser llevado a la clínica de Cafésalud (Esimed) pero el guarda de seguridad no permite el ingreso del paciente a las instalaciones, cerrándole las puertas al lesionado y al equipo de paramédicos, manifestando que el profesional de la salud de urgencias debía salir y autorizar el ingreso de los mismos. Pasaron varios minutos. Luego salió una profesional de la salud, la cual valoró al paciente a las afueras, determinando que debía recibir atención de un centro asistencial de nivel 3 y realiza un triage pero sin dejarlo escrito.
En este punto de la historia, la violencia entra a ser protagonista. Llegan a las instalaciones de Cafésalud personas que manifiestan ser familiares del paciente, y al ver el tétrico cuadro de la falta de atención, la emprenden contra los paramédicos, los mismos que protagonizaron, minutos antes, un ‘paseo de la muerte’ por la falta de atención de los profesionales de la salud del hospital Universitario San José, de la clínica Santa Gracia y del centro médico de Cafésalud, donde se negaron a prestarle atención a este ciudadano colombiano, contrariando principios constitucionales y legales.
La denuncia presentado por los paramédicos reza que los airados familiares los agreden física y verbalmente, empezando a golpear a la ambulancia y grabando con sus teléfonos celulares porque consideran que el paciente se va a morir por la falta de atención. Luego de forma violenta arrebatan a uno de los socorristas los documentos de los triage realizados por los médicos de los centros asistenciales mencionados anteriormente, y en medio de empellones, arrebatan al paciente para llevárselo en un carro particular. Escena presenciada por dos funcionarios de la Policía Metropolitana de Popayán.
Ahora, se espera una respuesta de las directivas de los centros médicos que propiciaron este ‘paseo de la muerte’ mientras que el comandante de Bomberos de Popayán, capitán Juan Carlos Gañan, evalúa la posibilidad de suspender el servicio de ambulancias en la capital del Cauca porque no hay condiciones de seguridad ni administrativas para atender a los heridos de accidentes de tránsito, riñas callejeras y otras similares situaciones.
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