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Por: Josefina Dupont A.
PROM 68 SJT
Un tal día como hoy, hace 175 años, 6 jovencitas de una pequeña aldea del sur de Francia, en los Pirineos, unidas por sus ideales de “Ser para Dios”, creaban la primera comunidad de Hermanas de San José de Tarbes, fundamentándola en los principios y valores evangélicos del amor trinitario vivenciado al estilo de la familia de Nazareth. Inicialmente, decididas a llevar una vida contemplativa, de clausura, su misma entrega interior al Absoluto, las lleva a “abrirse” para escuchar el clamor de las necesidades de su medio y rápidamente adaptan su vocación inicial, para responder específicamente a cada llamado, multiplicando así su presencia en el mundo y cubriendo diferentes vacíos sociales: educación en escuelas, colegios, universidades, orfanatos; acompañamientos comunitarios en asilos, hospitales, regiones remotas ya sea en capitales, ciudades, aldeas selváticas o desérticas y ésto, en los 5 continentes.
Ser para Dios en la oración, propiciando el conocimiento de sí y de los demás, en fraternidad con el otro quien se convierte en su hermano y cuidando el medio, se constituye en su Leit Motiv, dando existencia a su Carisma San José de Tarbes: comunión con Dios, consigo mismo, con el otro, los otros, con el medio . Carisma de Comunión que a través de los años se ha mantenido vigente y que hoy, más que nunca, cobra sentido. En efecto, en momentos en que en el mundo entero empiezan a despertarse los liderazgos de avanzada en desarrollo humano que impulsan la concienciación para superar los niveles básicos de conciencia que mantienen la masa crítica de desarrollo en los niveles “impulsivo” y “adaptado”, un tal Carisma de Comunión se constituye en el dinamizador por excelencia de sociedades conscientes, inclusivas a partir de la formación/educación que necesita el mundo en su nivel de evolución actual, para así superar el momento crítico y alcanzar niveles globales de conciencia superiores de tipo autónomo, consciente, integrado…!
Hoy, Popayán se regocija porque cuenta in situ con una de las comunidades de Hermanas de San José de Tarbes más antiguas de América: hace 121 años llegaron a nuestra ciudad a lomo de caballo, desde el puerto de Buenaventura y procedentes de Francia. En ese entonces, se dedicaron a la educación de la mujer quien necesitaba abrirse espacio en este medio y fieles las hermanas a la característica de su carisma fundacional de responder en espíritu y acción a la necesidad planteada por el medio, hace 10 años han venido integrando paulatinamente la educación masculina al colegio, habiendo este año graduado su primer grupo mixto.
Igualmente y a nivel de Congregación, desde su Casa Madre en Cantaous, Francia, el Espíritu de Dios ha soplado y “ha ensanchado su tienda”: las hermanas siguiendo ese llamado con el pedido y el aval eclesial, han incluido desde hace tiempo ya y a nivel mundial, la posibilidad de abrir comunidades de laicos en cada país, asociadas a sus comunidades locales, dando así lugar en Popayán, al Grupo de Laicos Misioneros San José de Tarbes, compuesto por padres, madres, exalumnos, amigos, profesores, alumnos, empleados del colegio y por todo aquel que sintiéndose “tocado por el Espíritu de Dios”, desee compartir el mismo carisma de comunión de las religiosas que consiste prácticamente en dejar vivir a Jesús en sí mismo y así “ser Jesús para el otro”, es decir amor para los demás: en la familia, en el trabajo, en el medio con los más necesitados de acompañamiento, de presencia afectiva y de apoyo concreto.
Hermanas de San José de Tarbes, es mucho lo que nuestra sociedad payanesa tiene que agradecerles por los aportes que a través de sus egresadas han dado ustedes a nuestra ciudad y al país, en todos los campos: científico, artístico, técnico, social… Hoy cuando las élites intelectuales a nivel mundial visualizan y responden a la necesidad de desarrollar integrada e inclusivamente proyectos transversales de filosofía, arte, ciencia, tecnología y pensamiento social, su misión San José de Tarbes tiene de manera muy clara y bien establecidos desde su génesis, los parámetros formativos de sus pupilos : mente sana en cuerpo sano con base en la creatividad y el sentido de VIDA, inclusivo de la familia para irradiarlo al contexto social y ecológico. Enhorabuena y larga vida a esta Congregación de Hermanas y Laicos Misioneros SJT en el mundo que en este momento, en nuestro medio, son verdaderos agentes propulsores de desarrollo consciente, a través de la formación de sus estudiantes, líderes del mañana y propiciadores del cambio social inminente que necesita nuestra Colombia y el mundo, ya ! God bless you!
¡“Mi respuesta al llamado del amor que es Dios, es bendición para mí, para mi familia, para los demás y para el medio” !
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