CLARA INÉS CHAVES R.
Exdiplomática y escritora
El mundo y en particular América Latina se encuentran a la expectativa de las elecciones en los Estados Unidos, y es apenas lógico debido a la importancia que representa ese país en el mundo globalizado.
Si bien es cierto que el presidente Donald Trump ha perdido popularidad debido a varios factores, entre ellos: El mal manejo de la pandemia, a las protestas generadas por la muerte de George Floyd y al incremento de la discriminación racial junto a la violación de los derechos fundamentales por parte de la fuerza de policía, en la que Trump le ha dado poca importancia a la gravedad del asunto.
El tercer punto es el estado de la economía la cual se encuentra mal con altos niveles de desempleo, pues se han cerrado muchas empresas y las pérdidas son altas.
A pesar de lo anteriormente expuesto, no se podría dar por ganador a Joe Biden el candidato demócrata, ya que su figura no solamente genera debilidades por su edad y por su condición de su memoria que no retine las cosas. La economía seguirá siendo un haz debajo de la manga para Trump en caso de que esta mejore en los próximos meses, por lo cual se podrá reducir la diferencia que le permite a Biden en el momento tener una ventaja sobre el candidato republicano.
Lo que si es cierto es que el triunfo de Biden sería más favorable para el mundo, pues se pronostica mínimo un regreso a las políticas de Obama en el que Estados Unidos pueda retomar el liderazgo mundial y fortalecer el multilateralismo que Trump ha venido debilitando.
Algunos expertos consideran que en caso de ganar el candidato demócrata habrá ciertas mejorías para México y Centroamérica en temas inmigratorios pues podría regresarla política de Obama en esta materia, restaurando la vigencia del asilo por motivos ajustados a la ley incluyendo la violencia intrafamiliar, la suspensión de la separación de las familias, la derogación de los acuerdos de facto de jure de Tercer País Seguro con El Salvador, Honduras, Guatemala y México; y parar la deportación de indocumentados sin antecedentes penales del interior del país:
Por otra parte con Cuba también habrá cambios positivos. Se volverían a retomar las relaciones políticas que se resquebrajaron con Trump, y se vislumbra el arribo de gobiernos liberales en países como Venezuela, México y Nicaragua.
Con respecto a Venezuela habría otro tono, debido a que los demócratas consideran al gobierno de Maduro como autoritario, y posiblemente utilizaría a Cuba para lograr sus propósitos en este país.
Lo que no se observa con Biden es un gran avance para América Latina debido a la falta de liderazgo y de posibles iniciativas por su parte para con esta región; pero lo que es importante es que ya no habrá intervenciones tan directas como lo ha venido haciendo Trump en la política interna de Colombia, ya que su injerencia en tratar de desequilibrar las ramas del poder público por el caso del exsenador Uribe en flagrante, así como el tratar de debilitar los acuerdos de paz que su país apoyo, y de denigrar de políticos colombianos sin motivo alguno, solo para ser utilizado como bandera de su campaña presidencial para ganar el voto de los colombianos residentes en los Estados Unidos y polarizar más la política este país. Lo que resulta fuera de todo contexto y de la ética, es el posible respaldo que al parecer el gobierno del presidente Duque le da a la candidatura de Trump.