Basura Challenge ya se hace en Popayán

Un reto viral en redes sociales por el cuidado del planeta.

Redacción fin de semana

@elnuevoliberal

Estos son los jóvenes que realizaron el pasado 15 de marzo el ‘reto de la basura’ en la cuenca del río Molino, Jorge Andrés Jiménez, Lady Lorena Rodríguez y José Miguel Guerrero, estudiantes de la Universidad del Cauca; Sofía Londoño, estudiante de grado 11 y Eliana Piamba de la Universidad Cooperativa de Colombia, acompañados por tres policías que se unieron al reto.

Jóvenes de la ciudad decidieron “cambiarle la cara” a algunos sitios de Popayán, donde la contaminación es alta, principalmente las cuencas de ríos o quebradas que hay en la ciudad, y que indiscriminadamente son depósitos de residuos y escombros.

Se trata de un grupo de estudiantes, quienes desde hace algún tiempo se reúnen para hacer obras sociales, son ‘voluntarios juveniles’, que en otras oportunidades han hecho recolección de juguetes para niños de escasos recursos, y esta vez se unieron para sumarse al ‘basura challenge’, un reto mundial que consiste en ubicar un lugar lleno de basura, limpiarlo y tomar el “antes” y “después”.

A través de redes sociales, este grupo de jóvenes convocó a varios de sus amigos y conocidos para realizar la primera jornada el pasado sábado 15 de marzo, y ayer se realizó la segunda versión.

Así lucía la cuenca del río Molino (en el sector del Barrio Bolívar, cerca a la Estación Sur de Policía) antes del ‘basura challenge’ realizado por un grupo de estudiantes de la ciudad, y así quedó luego de la limpieza. /Fotografías: Suministradas

Aunque se desconoce el origen de este reto, muchos usuarios de redes sociales han celebrado este “challenge” afirmando que sí es útil para la sociedad, por lo que en diferentes partes del mundo y a través de estas plataformas se han compartido vídeos y fotografías de quienes decidieron dedicar uno, dos o varios días de su rutina para salir, ubicar un lugar contaminado con basura, recogerla, seleccionarla, depositarla en bolsas y tomar las fotos del “antes” y “después”.

“En las últimas semanas se han viralizado diferentes actividades a nivel mundial de recolección de basuras en todo el mundo; entonces les propuse a los chicos que hiciéramos una jornada de basura challenge en inmediaciones del río Molino, convocamos a través de redes sociales, pero solo llegamos cinco, y ya en el lugar se nos unieron tres policías”, cuenta Jorge Andrés Jiménez, estudiante de la Universidad del Cauca.

En la primera jornada recogieron más de 10 bolsas con diferentes residuos, aproximadamente tres horas se demoraron recogiendo la basura.

… y así quedó luego de la limpieza. /Fotografías: Suministradas

“Primero tomamos las fotos de cómo estaba el lugar, luego iniciamos la jornada de limpieza y separación de basuras y escombros. En Chune también se limpió y se hizo una campaña de educación ambiental con la gente del sector. La vez del río Molino pedimos compañía de unos policías quienes estuvieron pendiente de nuestra seguridad, pero al vernos se motivaron y nos trajeron palas, agua y también recogieron basura, incluso los indigentes del puente nos ayudaron a llevar las bolsas”, agregó Jiménez.

Una pareja con sentido ambiental

Una semana antes de que Jorge Andrés y sus amigos hicieran la jornada en la cuenca del río Molino, José Portilla y Anyi Flor, dos jóvenes también de esta ciudad, decidieron hacer su ‘basura challenge’. En el sector de la variante sur, antes de llegar al puente de Cauca, recogieron algunas bolsas con residuos que estaban sobre la zona verde y al interior de la quebrada que pasa justo frente a la entrada de la ‘estación de carabineros de la policía’.

Siguiendo el reto, ellos también tomaron fotografías del antes y el después, luego de una jornada de más de dos horas.

“Nosotros nos unimos a este reto porque es algo que sí vale la pena hacer, no tanto por moda sino porque realmente sirve. Generalmente caminamos por este sector con nuestra mascota, ahí hay una quebrada que es la más visible y a la que la gente le arroja la basura, pero más atrás hay un pequeño charco, que incluso lo usan para bañarse”, dijo José.

Pero su labor no para ahí, y con otro grupo de amigos están buscando más zonas en la ciudad para continuar este reto, que aunque se desconoce su origen, en varias partes del mundo ha sido tendencia y está dejando positivos efectos en la ciudadanía y el medioambiente.