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En la edición del sábado 14 de julio está casa editorial dio a conocer una mirada un poco nostálgica de líderes, habitantes y comerciantes del barrio Bolívar, quienes regresaron en el tiempo y veían lo bueno y bonito que era vivir en el sector. Un tanto de orgullo que año a año se fue convirtiendo en desilusión por las trasformaciones que ha tenido el barrio, que para su gran mayoría no son las mejores.
Respecto al puente del humilladero que hace parte del centro histórico y a la vez del barrio Bolívar, hay muchas solicitudes que llevan años aplazadas. “Es necesario recuperar las farolas, supuestamente le van a hacer otro tipo de bombillas, pero eso lo dijeron desde la otra administración. Se solicitó al Ministerio de Cultura atención al tema, ellos le dijeron a la alcaldía, ellos destinaron la plata, pero no se vio nada, lo único que le hacen es limpieza y se necesita infraestructura. Esta administración se va a acabar y tampoco”, dijo Raúl Flor, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Bolívar.
Una de las preocupaciones más grandes son los habitantes de calles. Para la junta el punto más crítico en este aspecto es la carrera sexta con calle segunda, porque se ha convertido en la zona de tolerancia de Popayán.
“Ahí hay prostitución, habitantes de calle y venta de alucinógenos. Nos hemos quejado y nadie hace nada, la policía viene y lo único que hace es correrlos, peor lo que pedimos es que sean desalojados, porque esto no puede ser zona de tolerancia, se debe dar el desalojo total de la prostitución, porque esto atrae inseguridad, invasión de espacio público, venta de alucinógenos, entonces en necesario el desalojo”, agrego Raúl Flor.
Esta queja de don Raúl se da de propios y visitantes, porque los campesinos que llegan a vender su café, apenas reciben la plata los atracan, según ellos esto es constante y no se ha podido frenar este problema que es ocasionado por la zona mencionada y por la galería.
“Aquí a toda hora roban y atracan, si no es por la zona de prostitución es por la galería. Para el primero se necesita un desalojo, para la segunda hace mucho se pensó en el traslado de la galería, pero ahora la Unesco apoya a las personas de Mesa Larga y es difícil que trasladen la galería, pero si se puede recuperar la zona y es lo que queremos y necesitamos”, indicó Raúl Flor.
Todo habitante del barrio Bolívar tiene algo por decir, sea sobre las drogas, la prostitución, las obras, pero todo apunta hacía un llamado auxilio dirigido a las entidades gubernamentales y las instituciones que tienen injerencia.
“No se ha dado una epidemia ha sido de milagro, porque esa porquería de rio en el que viene pañales, escombros, comida, basuras hasta placentas, y esa cochinada atraviesa la plaza de mercado. Imagínese y ahí se compran los alimentos, no entiendo por qué no lo entuban, porque si no ha pasado nada grave hasta ahora, puede pasar en cualquier momento, porque cada día es peor”, dijo Sergio López Rojas.
Cualquiera diría que es una pelea directa de todos los habitantes y comerciantes del barrio Bolívar que la han emprendido contra la administración, pero no, es una lucha que viene de años atrás y que al parecer cada administración ha decidido dejarle el problema a la que sigue. Uno de los problemas que si le concierne a esta administración son las obras, las cuales tienen al límite a todos, sean comerciantes, habitantes o visitantes.
“Estamos en franco descontento con la administración por estas obras, las cuales fueron concebidas para entregar el 15 de marzo, estamos embotellados, la calle séptima no ha sido terminada, todo el que venga tiene que ir prácticamente al centro, todos los comerciantes estamos seriamente afectados, además que la calidad de las obras deja mucho que desear, la capa asfáltica de la ciclovía es pésima y eso lo dice la interventoría. Hay baches, no se hizo un alcantarillado de aguas lluvias por eso se inunda, la capacidad de los sumideros no da para soportar el agua lluvia, el alumbrado no ha terminado de instalar luminarias. Están en limbo jurídico, ya se dieron dos otros sí, no se les adjudicará un tercero, falta terminar espacio público. Para los comerciantes esto significa perdidas”, indicó William Castrillón Orrego vicepresidente de la veeduría ciudadana del tramo cinco de las obras del Sistema Estratégico.
Y Como si fuera poco, el único espacio educativo que queda en el barrio Bolívar puede desaparecer en cualquier momento. Porque con el desorden desmedido del barrio se está atentando contra los derechos de los niños que ahí se están educando.
“Tenemos la posibilidad de albergar unos 160 estudiantes, en el momento hay 38 estudiantes, de grado cero a Quinto. Hay en grado cero cinco; en primero seis; en segundo diez; en tercero cinco; en cuarto tres y en quinto nueve estudiantes, para ellos hay tres docentes multigrado, un docente por dos salones. Esta fue una de las primeras escuelas de Popayán, en los años últimos ha disminuido el ingreso. Cuando llegué a la institución había 58 niños. La razón de esta falta de estudiantes es, la plaza de mercado, la cual fue absorbiendo poco a poco la escuela, prácticamente está rodeada. A la gente no le gusta matricular, porque acá hay problemas para el ingreso en las mañanas por vehículos, carretillas, personas y como esto es una zona de tolerancia hay consumidores de droga, bares, trabajadoras sexuales. Ese ambiente no le gusta a nadie, por eso en su mayoría los estudiantes que hay aquí son hijos de vendedores de la galería”, aclaró Carlos Alfonso Astudillo Salazar, coordinador de la sede Gerardo Garrido del Instituto Técnico industrial.
De norte a sur y de este a oeste no paran las quejas, y una de las más apremiantes es la inseguridad, un tema bastante irónico, teniendo en cuenta que el sector cuenta con una estación de policía.
“Aquí roban carros, motos, cables del teléfono, todo lo que se puedan sacar y uno va a la policía que está justo al frente y ellos dicen que esta zona no les compete, que es al cuadrante del estadio, pero no pueden ayudar estando al frente. En una reunión manifesté la situación y no pasó nada, se han robado muchos carros a lado de los carros de ellos. Hace dos años llamé al cuadrante que os corresponde para una situación y hasta ahora no han llegado, pero en una ocasión por no dar ‘papaya’ a los ladrones subí el caro al andén y ahí si vinieron a colocarme una multa, pero para cuando me robaron el carro no estuvieron. Parecen que estuvieran en contra de los ciudadanos, ellos le tiran al pueblo y no apoyan”, indicó Eduardo Andrés López Zúñiga comerciante del sector.
Con un sinfín de quejas, muchas de ellas repetidas, pero en distintos sectores, otras ya entradas en términos legales, así nos encontramos con las personas del barrio Bolívar, con desilusión, desesperanza y hasta impotencia porque cada día empeora el panorama y nuevamente la manifestación conjunta, quieren que la administración municipal y las instituciones competentes tomen acciones de fondo.
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