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HORACIO DORADO GÓMEZ
Entre las cuerdas puso al gobierno del Presidente Iván Duque, el anuncio de la “Ley de financiamiento” que no es más que un disfraz a las reformas de orden económico, históricamente conocidas como “reformas tributarias”, a las que, sin contemplaciones, siempre recurre el Estado para cumplir los programas de los más pobres a costillas de los mismos pobres.
El Ministro Alberto Carrasquilla, uno de los mejores economistas de la región, está solo en la pelea de gravar la canasta familiar. Flaco servicio le presta al país y por supuesto al Presidente Duque, dado su carácter controversial con desafortunadas frases como: “Si verdaderamente queremos progresividad, tenemos que identificar y así como tenemos un Sisbén para pobres, tendría que haber un Sisbén para los ricos e identificar pobres y ricos para hacer la redistribución real en el sistema impositivo”.
El Ministro Carrasquilla carga el INRI de ser uno de los responsables de la afectación de al menos 87 municipios, de un total de 117, que debieron pagar altos intereses por la negociación de unos bonos de agua. Por eso, todo lo que proponga, sin importar que conozca a profundidad el tema monetario y su experticia sobre la estructura presupuestal del Estado, siempre será reprochado.
Carrasquilla con su brillante hoja de vida, solo ha repetido el cuento viejo del desbalance presupuestal y el incremento de la deuda pública. Significando con ello que, las diez reformas tributarias, de años atrás, solo sirvieron para desplumar el ingreso de los colombianos, sin lograr bajar la deuda, porque el barril sin fondo estatal, se traga el enorme rosario de sacrificios de obreros, empleados y clase media. En cada reforma, castigan las rentas de trabajo; basta mirar la historia para afirmar que todos los presidentes han engañado a los colombianos, incluido quien esculpió en mármol su falsa promesa. Eso sí, no les tiembla la mano para aprobar, exenciones a las multinacionales, lanzando la riqueza nacional a las fauces insaciables de los financistas internacionales. El nuevo paquete tributario, incluye el reglamento del mercado de capitales, lleno de privilegios y más privilegios para los especuladores.
En cambio, el IVA está presente en toda la cadena productiva, en insumos y materiales requeridos de manera directa o indirecta del sector agropecuario. Dentro de los más usados: el alambre de púas, fertilizantes, abonos, repuestos para equipos agrícolas, también se encuentran gravados, con lo cual, todo impuesto pagado por los productores, se suma como gasto, representando un costo a la producción, de manera incremental.
Tampoco, miraron lejos para gravar las pensiones del adulto mayor o viejo como es la auténtica descripción, recibiendo un tratamiento desfavorable con la injusta pretensión de esquilmar sus pensiones después de trabajar toda una vida.
Sin entrar en aguas cenagosas, tapar el ´hueco´ fiscal de 14 billones, es un simple paliativo que no remedia el enrevesado desequilibrio fiscal hacia el futuro y, continuará la política económica (causas y consecuencias) con base en cargas impositivas.
Por eso, señor Ministro Carrasquilla bájele el tono al Estado alcabalero, no alborote al pueblo colombiano. No haga que evoque a la altiva “mujer del pueblo”, Manuela Beltrán, quien sabía leer y entender suficientemente el texto del edicto sobre la imposición de nuevos tributos y, que lideró la insurrección, contra los españoles, desencadenando en la independencia de Colombia.
¡Excelente noticia! Escribiendo este artículo, me entero que la ampliación del IVA a la canasta familiar no hará parte del paquete tributario.
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