AVE DRON VUELA CON Juana la loca

Pagina de la Tertulia Gloria Cepeda Vargas

Qué nada nos defina. Qué nada nos sujete.

Qué la libertad sea nuestra propia sustancia.

SIMONE DE BEAUVOIR

Ave, el dron robótico nacido en esta página en Popayán, el 4 de octubre de 2018, en día de brujas y difuntos cabalga su escoba rumbo a la Francia de la Inquisición para hablar con Juana de Arco sobre mujeres como ella, que fueron quemadas vivas acusadas de brujas por usar yerbas curativas, por ser parteras, por saber leer o cantar canciones populares.

ve se percata que en el río Sena en Francia, sobrevive la memoria de Juana de Arco. Sus huesos fueron desparramados en esas aguas después de quemarla viva acusada de bruja por jueces de la Inquisición. Ave planea su escoba sobre el río, y en voz baja pregunta: Oye Juana, ¿por qué te decían Juana la loca, sigues loca? Ave sin oír respuesta, ve emerger del agua a Juana montada en su caballo vestida de jinete y con la espada en alto.

Soy Juana de Arco y por mi padre Jacques d´Arc llevo su apellido, prorrumpió Juana. Mi familia era campesina, no sabía leer ni escribir, pero desde niña en el jardín de mi casa el arcángel Miguel me decía que debía luchar por el rey de Francia. Le obedecí, y por eso me decían loca, porque siendo mujer cabalgué en 1429 para vencer a los ingleses en Orleans, para que el príncipe Carlos pudiera volver a esas tierras y ser coronado rey. Y así ocurrió.

Debieron coronarte princesa, exclamó Ave. Al contrario, contestó Juana, desde el siglo XIII hasta el XVII, fanáticos religiosos tenían prohibido a la mujer cualquier actividad que no fuera reducida a su casa. Solo los hombres participaban en lo público y ejercían autoridad en los bienes y en las mujeres. En la Inquisición estaba prohibida la libertad de cultos, persiguieron a miles principalmente mujeres acusadas de brujas por salirse de las normas. Fue ¡un holocausto de mujeres!

Pero tú fuiste heroína, ¿el rey Carlos VII no te defendió? No, porque él era débil, tenía temor de que los ingleses lo obligaran a abdicar aduciendo que una hereje bruja como decían de mí, fue quien ayudó a coronarlo. Pero las aguas cambian, continúo Juana, en 1920 el Vaticano me santificó.

Mira pues, dijo Ave, hicieron de una bruja una santa. O sea ¡que las brujas somos santas! exclamó, pero sin dar tiempo a que Juana interviniera, pregunta: ¿cuándo naciste? El 6 de enero de 1412 en Domrémy al norte de Francia, y me volví humo el 30 de mayo de 1431 en Ruan. Ahora reposo en aguas del Sena y en el Vaticano.

Juana dijo que de regreso a Colombia Ave debía hacer escala en Cartagena para conocer la Inquisición criolla, que ocurrió dos siglos después con los conquistadores inquisidores. Ave acepta, vuelan juntas. Juana le cuenta que en 1610, el rey Felipe III, expidió la cédula de fundación del Santo Oficio en Cartagena, hubo cientos de torturados y encarcelados. ¿Hubo sacrificados en la hoguera?, sí, quemaron a cinco personas vivas. El sitio donde se practicaron torturas se llama “Palacio de la Inquisición” que hoy es museo, prosiguió Juana, para que no se repita la historia pues Inquisición también hubo en México y Perú.

Ave huye del infernal museo, se despide de Juana con una venia robótica y alza vuelo mientras piensa: ¿para qué no se repita?, jjmm… en el siglo XXI se repiten inquisiciones, de otra manera cohíben a la mujer: No al aborto, no a la fertilización artificial, no a las parejas del mismo sexo. Asimismo gobernantes reprimen a la sociedad en sí: no a la eutanasia, no a librepensar, no a la banda Marduk, música que igual que el reguetón no me gusta, pero ¿debe prohibirse?

Ave llega a Popayán aturdida por las creencias religiosas extremas de antes, y ¡de ahora!, rumió: existen religiones de distintas liturgias con moralidad ultraconservadora, que no queman personas, queman libros, calcinan mentes.  Ave, no supo si su vuelo fue pesadilla o realidad.