Los campesinos cocaleros del país dieron un paso firme en su primera actividad como Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca, Amapola y Marihuana, Coccam: fueron labriegos organizados que se movilizaron por las calles de Popayán de forma pacífica pero contundente.
Cerca de 5.000 campesinos de quince departamentos, como Nariño, Putumayo, Caquetá, Antioquia, Bolívar, Tolima, entre otros, recorrieron las principales calles de la capital del Cauca como forma de culminar dos días de labores deliberativas, con el fin de crear una propuesta colectiva para presentársela al gobierno con el único y exclusivo fin de adelantar una sustitución gradual y con garantías de los mal llamados cultivos ilícitos.
“Compañeros y compañeras, esta actividad es un primer gran paso para la conquista de nuestros objetivos como campesinado organizado, como colombianos que le apostamos a la solución de problemas sociales…acá estamos, diciéndole al mundo que no somos narcotraficantes, ni guerrilleros, ni paramilitares…somos trabajadores de la tierra que peleamos para que el agro colombiano sea rentable, que le permita a nuestras familias contar con un sustento digno”, fueron las palabras de Luz Perly Córdoba al recibir a los marchantes en el tradicional Puente del Humilladero, luego de un nutrido y alegre recorrido.
El momento más significativo de esta actividad fue cuando los campesinos se detuvieron para entonar el himno nacional luego de arribar a la plazoleta ubicada frente a la sede en Popayán del Banco de la República: negros, indígenas y campesinos se pusieron la mano en el corazón como muestra de que ellos también son hijos de esta nación, que la aman y que luchan por sacarla adelante.
Los cocaleros, amapoleros y marimberos dejaron muy claro que tienen toda la disposición dejar atrás esa vida azarosa y peligrosa de cultivar algo que va generar una descomposición social, pero dicen que el primer paso para adelantar esto es que el Estado colombiano cumpla con su deber de acompañarlos para que un carga de cacao de los llanos orientales se pueda sacar por carretera y que su cultivador cuente con los canales de distribución necesarios para la comercialización, pero lo más importante, que su producto sea pagado a un precio justo.
“En este momento histórico para el país, nosotros como campesinado organizado estamos en la primera línea de la lucha por contribuir a la solución de nuestra problemática, entre ellas, el abandono histórico que Estado nos ha tenido, ahora, con la implementación de los puntos uno y cuatro de los acuerdos de paz con la Farc, vemos esa oportunidad de que seamos nosotros mismos los que presentemos las soluciones a nuestros obstáculos, pero lo más importante, trabajar para superarlos”, explica Gabriel Torres, un campesino del valle del Río Cimitarra, sur del departamento de Bolívar al exponer que la llegada de la paz permitió que la comunidad de este punto del país se organizara para sacar adelante sus iniciativas.
“Ahora que las Farc se retiraron de los territorios, empezamos a adelantar un programa de seguridad comunal, que consiste en trabajar entre todos para evitar la incursión de personas violentas a nuestras veredas o de delincuentes que quieren atentar contra la comunidad. En el Cimitarra ya pasó el caso de un personaje que entró a robar ganado de la asociación pero la misma gente reaccionó, lo detuvo pero lo más importante, se lo entregó inmediatamente a la Fiscalía, claro ejemplo de que estamos en capacidad de solucionar nuestros propios problemas. Ahora, con el tema cocalero, estamos aplicando esa capacidad organizativa para trabajar para superar este tema junto con las iniciativas del Estado”, agregó Gabriel Torres.
En el evento participó un delegado de las Farc, quien destacó que es el campesinado el llamado para que sea el protagonista en la implementación del acuerdo de paz firmado con el gobierno.
“Son ustedes los que deben pelear esta paz, porque han aguantado la dureza de la guerra, son ustedes que deben decirles al gobierno que está en la obligación acompañarlos para que un cultivo lícito sea rentable, que no sean algo de asistencialismo, ni de subsidios. No, es apuntarle a un programa de seguridad alimentaria”, explicó Jairo Quintana, representante de las Farc en este evento.
En medio de las intervenciones, se adelantaron preguntas ante el funcionario del Gobierno Nacional, quien recalcó que hay voluntad de trabajar con este grupo poblacional, siempre colocando las cartas sobres las mesas, despejando los temores de las partes.
“Estamos comprometidos a trabajar con ustedes, de atender sus peticiones y de construir un agendas comunes, pero siempre apuntando a dejar atrás la problemática de los cultivos ilícitos, de que los programas de Estado sean siempre la forma de superarlos y no como una excusa para que más campesinos se conviertan más cocaleros para así ser interlocutor ante nosotros”, sostuvo el representante del Gobierno.
Al final, los campesinos cocaleros se comprometieron a socializar las experiencias adquiridas en este primero encuentro de la Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca, Amapola y Marihuana, Coccam, en sus veredas, corregimientos y municipios como el primer gran paso para el propósito que los congregó en la capital del Cauca: dejar en alto al campesinado colombiano.
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