Por: Olga Lucía Volverás Ocampo
Los animales corren innumerables riesgos al vivir en las calles, pues al buscar alimento en la basura o restaurantes, algunas personas los agreden, además, en vías altamente concurridas por vehículos los casos de atropello son más frecuentes, sumado a que en algunas ocasiones los conductores no les prestan la atención médica veterinaria que necesitan y huyen del lugar. Igualmente, al no estar esterilizados, los animales se reproducen en mayor proporción, agravando más la situación al incrementarse la cifra de mascotas en situación de calle.
En la Ley 84 de 1989 «Por la cual se adopta el Estatuto Nacional de Protección de los Animales y se crean unas contravenciones y se regula lo referente a su procedimiento y competencia», se establece que los animales tendrán en el territorio nacional especial protección contra el sufrimiento y el dolor, ya sean causados de forma directa o indirecta por el hombre.
El 11 de noviembre de 2015, la Comisión Primera del Senado aprobó la Ley 172, que modifica la Ley 84 y penaliza el maltrato animal en Colombia. El proyecto endureció las penas para quienes maltraten seres domésticos o silvestres.
Sobre las sanciones, las personas que incurran en «actos dañinos y de crueldad contra los animales descritos en la presente Ley» podrán ser sancionados con penas económicas, multas que van desde los 50 a los 60 salarios mínimos legales mensuales vigentes, lo que podría llegar a ser unos $39 millones.
Es por esto, que bajo la ley 1774 de 2016, las autoridades competentes de Policía están facultados para proceder a aprehender de manera preventiva, inmediata y sin orden judicial previa, aquellas personas que incurran en dichas conductas que atenten contra la vida e integridad de los animales, en especial los que se encuentran en condición de calle o abandono.
Sin embargo, esta problemática va más allá del maltrato animal, pues no solo devela que cada vez es más frecuente el abandono animal, sino que conlleva un grave problema de salud pública, pues las heces de los animales domésticos que viven en las calles pueden contener enfermedades infecciosas y parasitarias, las cuales pueden afectar a las personas, especialmente a niños y adultos mayores.
En el caso de Popayán
En diversas ciudades del país existes fundaciones animalistas dedicadas a rescatar, cuidar y brindar apoyo en casos de maltrato animal y animales en situación de calle, así como de buscarles un hogar con personas que ejerzan tenencias responsables de mascotas. Sin embargo, en municipios como Popayán y El Bordo, estas organizaciones han manifestado a través de sus redes sociales que no se dan abasto para acudir a todos los llamados que la comunidad hace, pues no cuentan con los recursos suficientes para desarrollar esta labor.
“En nuestro territorio no existe un hogar de paso, ni programas de bienestar animal y eso hace que se nos límite las ayudas ya que la mayoría salen de donaciones y de recursos propios. No es que Animalistas El Bordo ya no quiera ayudar, es que la necesidad de nuestro pueblo sobrepasó nuestros alcances y por eso hoy los invitamos a que se conviertan en voluntarios y esto se puede hacer de varias maneras: donando, brindando hogar de paso, alimentando a los animales callejeros de tu sector y vinculándose a las actividades realizadas por la fundación”, publicó Animalistas El Bordo a través de su cuenta de Facebook.
En Popayán, por medio del decreto 3245 se creó la Junta Municipal de Protección Animal, la cual busca preservar y proteger a los animales domésticos y silvestres que conforman la biodiversidad del municipio. Esta se encuentra conformada por diferentes entidades del sector, fundaciones y líderes animalistas, además tiene participación, en primera instancia, el alcalde de la ciudad quien la preside, las secretarías municipales de Salud, Educación, Gobierno, Tránsito, un representante de la Personería Municipal, de cada una de las ONG´S que propenden por la protección animal legalmente constituidas en el municipio de Popayán, representantes de cada uno de los colectivos animalistas legalmente reconocidas, de la Corporación Autónoma Regional del Cauca CRC, un delegado del ICA, un representante de la Policía Ambiental y/o Policía Nacional, del gremio veterinario, y un del grupo GELMA de la Fiscalía.
A pesar de las medidas tomadas desde la administración municipal en pro del bienestar animal, el trabajo llevado a cabo por la Policía Ambiental, las Patrullas de Protección Animal y el trabajo de las fundaciones animalistas, aún hay muchas acciones que se deben llevar a cabo para contribuir a la solución de dicha problemática.
“En el caso particular de Popayán se cuenta con una política pública para la protección de los animales, pero no ha sido implementada, no se ha estipulado de manera real el tema de presupuestos y no se está ejecutando en el momento. Sin embargo, desde la administración se está avanzando en un centro de bienestar animal. Pero, encontramos que Popayán tiene el gran problema de los caballos carretilleros, vehículos de tracción animal, que es un tema que todavía no se ha realizado la sustitución, y es un acto de crueldad a los animales, además de ser un problema a nivel ciudad debido al tránsito y circulación dentro del municipio”, aseguró Alejandra Salazar, activista por los derechos de los Animales.
Tenencia responsable
Cuando se indaga por algunas de las razones por las que las personas abandonan a sus mascotas se mencionan casos como el cambio de ciudad o país, llegada de un bebé al hogar, entre otras. Sin embargo, en la mente de los animalistas no cabe la idea de que alguien pueda dejar a su suerte a un ser tan lleno de amor como lo es una mascota.
Es por esto, que las organizaciones en pro del bienestar animal además de realizar diversas jornadas de alimentación, vacunación y esterilización, promueven la adopción de mascotas y rechazan la compra de estos, pues detrás de esta actividad que a simple vista no parece dañina, se esconde la dura realidad de los criaderos de perros ilegales, donde estos animales son maltratados y explotados para vender sus crías a altos precios.