Nota de Redacción. Esta segunda parte de la conversación del Director del Periódico, Danilo Reinaldo Vivas Ramos, con Juan Pablo Paz Concha versará sobre los procesos sociales y comunitarios para propender por la conservación y defensa de nuestras fuentes hídricas.
DANILO REINALDO VIVAS RAMOS (DRVR.): Usted viene trabajando en el desarrollo de procesos comunitarios para atender procesos de conservación y defensa de las fuentes hídricas, a través de la asociatividad y la solidaridad entre las comunidades. Háblenos un poco de esto.
JUAN PABLO PAZ CONCHA (JPPC.): Ha sido una de las mejores experiencias y aprendizajes. Procesos que siempre han estado caracterizados por la participación comunitaria, igualmente por un respeto profundo de la investigación, esto se lo debo a la lectura y enseñanzas de los profesores Orlando Fals Borda y Alfredo Molano, así mismo de mis compañeros de facultad y de las universidades con quienes compartimos experiencias y apuestas sobre el agua y la ruralidad. En los caminos de las caficulturas caucanas, conocí a líderes y lideresas gestores del agua, que hacen parte de los llamados acueductos comunitarios de Sotará, Timbío y El Tambo, que están organizados en Corpocuencas, organización de segundo nivel. Procesos que se han consolidado para auto suministrarse el acceso al agua, dado el abandono del estado colombiano. En muchos casos la construcción de infraestructura se ha dado gracias al apoyo del comité de cafeteros o de otras instituciones, o cómo lo manifiestan las organizaciones “a punta de empanadas bailables”. Ya son varios años donde hemos venido acompañando y apoyando la consolidación de procesos locales a través de alianzas, de mesas de trabajo interinstitucionales, con redes regionales y articulando el proceso a la red nacional de acueductos comunitarios de Colombia, donde se comparten apuestas en defensa de los derechos como la autogestión comunitaria del agua, el derecho individual al acceso y suministro de agua, y el derecho colectivo al agua, todo bajo los principios de la solidaridad y la equidad.
DRVR: ¿Cómo está conformada esta red?
JPPC: Esta red tiene representatividad de 10 regiones con más de 1.200 acueductos, con asiento en la Mesa Nacional de Agua Rural que convoca el Vice Ministerio de Agua potable y saneamiento y donde se vienen trabajando, discutiendo y aportando ideas hacia la formulación de unas políticas públicas coherentes con las realidades rurales. Hoy las apuestas son importantes, por un lado, la inminente estrategia de privatización de los servicios públicos, pero por otro el trabajo permanente de las organizaciones autogestoras comunitarias del agua en sus territorios, a las que les falta reconocimiento desde su constitución, sus realidades y sus procesos. La Universidad del Cauca desarrolla la Secretaría en la Mesa Técnica “Alianza por el Agua del Cauca”.
DRVR: ¿Cómo podrían contribuir al desarrollo de las actividades que vienen adelantando, de manera específica, con los acueductos comunitarios, las distintas entidades nacionales y locales que tienen por misión el cuidado de las fuentes hídricas y llevar agua potable a las comunidades?
JPPC: Hoy en día se promulgan procesos de gobernanza, que en términos sencillos son las instancias de concertación de acuerdos entre los diversos actores del orden público, privado y comunitario para implementar acciones conjuntas de acuerdo a su misión en los territorios. El haberse generado la Mesa Técnica Alianza por el Agua, piloto a nivel nacional, donde tienen asiento el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Corporación Autónoma Regional del Cauca – CRC, Corprocuencas, el Cabildo Indígena Rioblanquito – La Esperanza, las Alcaldías de Sotará, Timbío y El Tambo, Smurfit Cartón de Colombia, comunidades campesinas y la Universidad del Cauca, firmantes del memorando de entendimiento, ha permitido adelantar acciones priorizadas por los representantes de la Mesa, y contar con el apoyo financiero de la CRC, lo que ha facilitado avanzar en acciones importantes tendientes a generar procesos para la conservación, protección y restauración de fuentes de abastecimiento de nueve acueductos comunitarios y un distrito de riego con un impacto social en más de 65.000 usuarios.
DRVR: He sido testigo de la labor que ustedes han venido trabajando en procesos de consolidación de una política que facilite el desarrollo de acueductos comunitarios de la Región Suroccidental del país, cuéntenos ¿cómo se ha dado este proceso?
JPPC: Este ejercicio se viene realizando hace más de 10 años, desde cuando diversas organizaciones le apostamos al Referendo por el Agua, esto permitió consolidar la toma de conciencia respecto a la defensa del agua como bien común. Desafortunadamente, a pesar de las firmas recogidas, la Registraduría no valido muchas de ellas por no cumplir con requisitos, que desde las lógicas y realidades de la ruralidad eran complejas. Esto nos llevó a trabajar desde las organizaciones y con el apoyo de otras entidades ambientalistas de Colombia en la formulación de una Ley Propia, que recogiera las realidades de la ruralidad en la autogestión comunitaria del agua. Esta Ley es un hecho, se ha socializado, discutido y promulgado en audiencias públicas en el Congreso, pero por diversas situaciones nos pasó lo mismo que con el Referendo. Hoy estamos revisando y ajustando la que ya se tiene para volver a intentarlo en la próxima legislatura.
Dentro de esta estrategia hemos considerado fortalecer las redes regionales y venimos reuniéndonos en el suroccidente, tal como lo hicimos durante dos días en el pasado mes de octubre donde delegaciones del Valle, Huila, Nariño, Putumayo y Cauca, nos dimos cita en la Finca de la Sultana de la Alma Mater caucana, a fin de lograr acuerdos y propuestas para llevar al encuentro nacional en la ciudad de Bogotá, donde confluyeron los diversos insumos recogidos en los ejercicios regionales, a fin de ajustar la Ley Propia.
DRVR: ¿Qué apoyo vienen recibiendo por parte de nuestros gobernantes locales y regionales, entendiendo que los acueductos es una responsabilidad de los entes territoriales?
JPPC: Nuestra Constitución es explicita en manifestar que los servicios públicos son inherentes a la finalidad social del Estado, éste debe asegurar su prestación a todos los habitantes del territorio nacional (Artículo 365 C.N.). Pero esta normatividad estatal está afectada por los énfasis garantistas y neoliberales que le han dado los distintos gobiernos, rompiendo el sustento o buena “intencionalidad” derivada de la Constitución Nacional.
Esta realidad ha hecho que no exista compromiso y respaldo para las organizaciones que autogestionan el agua, de hecho las mismas cabeceras municipales tienen problemas de abastecimiento y de calidad de agua, a pesar de que muchas tienen sistemas de tratamiento pero con baja o nula capacidad técnica y administrativa, entonces que podemos pensar de la ruralidad.
DRVR: ¿Qué avances han tenido en esta dirección?
JPPC: Hemos avanzado en los acueductos adscritos a Corprocuencas, ya varios tienen sistemas de tratamiento, se han fortalecido administrativa y técnicamente, procuran cumplir con lo que establece la normatividad, que dicho sea de paso son una gran cantidad de normas pero que no aplican a la ruralidad, y allí es donde venimos trabajando a nivel nacional, por que como dicen los campesinos “Cada correa trae su hebilla”, es decir las normas que se expiden desde la institucionalidad en Bogotá para los acueductos, no pueden aplicarse taxativamente a la ruralidad, por varias razones, en la ruralidad no existen prestadores de servicios empresariales.
Los apoyos han sido desde varias instancias. Los profesores de la Universidad del Cauca que nos han permitido consolidar un grupo de trabajo comprometido, la CRC que, conjuntamente con el Ministerio de Ambiente, Ciudad y Territorio, han creído en el proceso, y se han direccionado recursos para restauración, implementación de tecnologías para manejo de aguas servidas, formulación de planes de manejo para predios que han comprado los acueductos para preservar las fuentes de agua, hoy en día le apostamos a una propuesta de instrumentalizar un territorio que contiene 6 microcuencas de las que se abastecen 7 acueductos y un distrito de riego mediante el montaje de estaciones meteorológicas y limnimétricas para 12.000 hectáreas, y todo lo que se viene trabajando para la delimitación de las rondas hídricas para preservar la biodiversidad y la hidrología.
DRVR: ¿Qué mensaje final desea enviar a nuestros lectores sobre la necesidad de proteger las fuentes hídricas?
JPPC: A los lectores de EL NUEVO LIBERAL y por su intermedio a la ciudadanía en general, manifestarles que el agua no está sólo en el grifo cuando lo abrimos, recordarles que para que funcionemos social, cultural y económicamente debemos interiorizar procesos eco evolutivos, se deben hacer grandes esfuerzos, no sólo desde las organizaciones que gestionan el agua, sino entender que la misma naturaleza es quien contiene, conserva y aporta por sus procesos el agua como fuente y dinamizadora de la vida, esto es fundamental, y no hay tiempo de pensar más allá sino en la realidad, esa que nos conduce en medio del egoísmo desde el homo sapiens y el homo faber hacia la sexta extinción.