Por Carmen Elisa Hernández
Gestora cultural del Museo Arquidiocesano de Arte Religioso de Popayán
“En la edad media, la gran cantidad de fieles vivían interiormente la vida mística de la Iglesia Católica. La Natividad era una de las primeras fiestas más solemnes y populares, la más colmada de Amor de fe, de adoración al Niño Jesús”.
De aquellos tiempos hasta nuestros días, permanece la fe viva, renace cada vez más en el corazón del hombre la memoria, la tradición con que se honra esta bella fiesta y es motivo de reflexión acompañada de la alegría por la venida del Salvador. En países europeos Italia, España y algunos países latinos, se representa el Nacimiento del Niño Dios a través de estructuras como establos, portales que requieren de ingenio de creatividad y de buen gusto por la estética, armonía y colorido, que van acompañados por personajes bíblicos, María, San José, el Niño Jesús, ángeles, pastores, ovejitas, los tres Reyes Magos y que responden a distintas épocas y culturas. Se ora para cada día la novena de Navidad, cuya inspiración fue del fraile franciscano quiteño fundador del Convento San Joaquín de Cali Fray Fernando de Jesús Larrea hacia el año 1725 y los gozos a cargo de la monja bogotana María Ignacia de la comunidad de la Compañía de María, así mismo va acompañada de oraciones y villancicos alrededor del pesebre. Los hogares se unen en un ambiente fraterno y no puede faltar la cena familiar ni el dulce.
San Francisco de Asís, el santo más querido de la Edad media, fue el primer iniciador del pesebre en vivo en la Gruta del Greccio en Italia, después de mil años se mantiene viva la tradición de elaborar el pesebre en el cual colaboran los miembros de la familia, para vivir plenamente el misterio del amor de la Noche Buena.
El Museo
El Museo Arquidiocesano de Arte Religioso se constituye en uno de los Patrimonios insignes de la cultura payanesa, exhibe notable acervo cultural que portan la memoria y que nos remiten a otras épocas de la historia, el periodo colonial. En Quito Ecuador Fray Jodoco Ricke funda el convento de los Franciscanos y junto con Pedro Gosseal, naturales de Flandes en 1535 fundan la célebre escuela de Artes y Oficios siendo los primeros pioneros de las enseñanzas a mestizos indígenas y criollos. Las salas de exhibición del Museo ofrecen bellos escenarios de los nacimientos, en la técnica del óleo sobre lienzo, lámina de cobre, marfil utilizando la miniatura y la talla en madera en la técnica de la policromía, el estofado y la laminilla de oro.
Obras
Dentro de la colección que exhibe el Museo concerniente a la serie pictórica de la infancia de Jesús, se puede apreciar El Nacimiento, el Hallazgo del Niño Jesús en el Templo, la Adoración de los Reyes magos, El Descanso en la huida a Egipto, la Presentación del Niño Jesús en al Templo etc. Donde se manifiestan claramente las influencias de las reconocidas escuelas europeas en la delicadeza, finura y suavidad de los rostros, llamativos ropajes mestizos, y el ambiente místico. Bellísimo acervo cultural de carácter devocional de lo que pudo ser en tiempos pasados cuando se celebraba la Natividad, y en la pintura narrativa que acercan al conocimiento bíblico a la contemplación, a la capacidad de asombro, por el contenido, por la belleza y cargados de signos visuales.
Descripción
La Natividad de Jesús, el Arte y la Tradición, obra que preside esta reseña histórica es el Nacimiento del Niño, con María y San José, corresponde al siglo XVIII, de autor anónimo quiteño. En un estilo tenebrista, tendencia de mediados del XVII en Italia, propio del arte barroco, surgen resplandores de luz en los tres personajes siendo el Niño Jesús el más iluminado. La virgen viste túnicos rojos inspirados en el arte del tejido de los aborígenes y tintes exóticos, manto color marfil y una pequeña diadema plateada, parece que descansara la cabeza sobre la mano izquierda y su actitud es de contemplación. El Niño está sobre un paño de color marfil y la cabecita reposa sobre la mano derecha de San José. El genio de los maestros quiteños se manifiesta en la destreza de las en los detalles minuciosos.