A la gloria de Dios

OLMEDO GUACA TIMANÁ

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Se adelantó a la meta final GLORIA CEPEDA VARGAS, quedarán sus versos por donde su espíritu se recreaba y nos recreaba, sus rimas de mirada taciturna con cadencias de sonata unas de esperanzas y otras de desesperanzas. Su mundo era eso: la creación repentina de lo ideal, de lo increíble, de lo inverosímil, de lo bello y de lo inesperado como debía ser: Una poetisa de alta alcurnia.

Se nos adelantó y ahora Gloria, está a la gloria de Dios Padre susurrando sus versos, con esa sonrisa que siempre fue su fiel compañera, con ese aire de amistad sin límites, con esa conversación de tono agudo y de timbre celestial, con esas manos de artista fecunda y con ese caminar seguro como tan seguros eran sus ideas, sus visiones del mundo que la rodeaba y en el cual plasmaba los más sublimes versos adornados de rimas rítmicas que hacían del poema un exquisito manjar de reconciliación mental, espiritual y fraternal.

Queda su legado, su ejemplo, su camino, su forma de ser incomparable. Ojalá las nuevas generaciones de poetas, escritores y seres humanos se miren en este espejo de espiritualidad y sigan las brechas marcadas por ese donaire de mujer y de poeta.