Hermes Ferney Ángel Palomino
Marx no pudo ver en vida una revolución triunfante, excepto la Comuna de Paris, una insurgencia pasajera, que nunca se consolidó. Posteriormente, muchas han sido las revoluciones inspiradas en la teoría de Marx y Engels, la más importante fue la revolución bolchevique liderada por Lenin, que dio origen a la Unión Soviética y luego a las revoluciones de la Europa Oriental, pero el marxismo también inspiró la revolución china jalonada por Mao y en nuestro vecindario la revolución cubana que aún pervive, en medio de muchas dificultades.
Un prerrequisito marxista consistía en que el capitalismo debía haberse consolidado y estar en su etapa más madura, escenario en el cual las contradicciones de clase llegarían a su máxima expresión, y el proletariado como clase abanderada de la revolución tendría el rol protagónico y posibilitaría el inicio de una nueva sociedad derrocando del poder a la burguesía, clase dominante en el capitalismo. Sin embargo, Rusia -como nación más representativa de la Unión Soviética- nunca maduró un capitalismo que permitiera la dialéctica de la contradicción de clases, ya que, prácticamente pasó del feudalismo al socialismo, sin haber cumplido con el prerrequisito principal. La Rusia zarista autocrática y represiva, tenía todas las características de una sociedad feudal, y teniendo en cuenta esa particularidad se convertía en la nación europea menos preparada para el socialismo. Se podría afirmar que en Rusia no existía una burguesía con las características de la Europa Occidental o Estados Unidos. ¿Sería ésta una de las razones por la cual la revolución encabezada por Rusia, nunca se podría consolidar? Según Marx, Inglaterra sería el país más propicio donde las condiciones serían favorables para la ocurrencia de una revolución proletaria.
Al ocurrir la revolución de octubre, Lenin -uno de los alumnos más destacados del marxismo- propone la dictadura del proletariado como única forma posible de sostener la revolución triunfante, teniendo en cuenta que la clase perdedora de sus privilegios no se iba a cruzar de brazos e iniciaría una contrarrevolución, lo que se concretaría en una guerra civil. Así mismo, Trotsky otro de los líderes de la revolución, quién inicialmente fuera menchevique, propuso la idea de la revolución permanente y la internacionalización de la misma, sus propuestas y liderazgo hicieron pensar que sería el sucesor natural tras la muerte de Lenin. Sin embargo, un triunvirato impuso en el poder a Stalin, un comunista ortodoxo, de corte militar, dogmático de la teoría marxista, a tal grado que Trotsky tuvo que exiliarse en México, donde posteriormente fue asesinado en extrañas circunstancias, en las cuales, el nombre de Stalin quedaría enlodado.
Stalin tuvo muchos aciertos como la colectivización de la agricultura y la consolidación de los Soviets, órganos muy importantes dentro del andamiaje comunista, sin embargo, utilizó la fuerza desmedida para reprimir cualquier cosa que no oliera a socialismo, los campos de concentración Gulag fueron escenarios de terror y muerte, en una sociedad pluriétnica y multicultural, donde la cantidad de nacionalidades, religiones y cultos chocaron frontalmente contra un modelo en el cual muchas cosas estaban proscritas, la religión, por ejemplo. Otro de los errores atribuibles al dogmatismo marxista fue la imposición de un solo partido sin dar la posibilidad al disenso, a la contradicción y al debate, garantes del avance de cualquier sociedad. Circunstancia que fue aprovechada hábilmente por Occidente quien desprestigió y satanizó una revolución que presentaba muchos avances en educación, salud, trabajo, vivienda, recreación y deporte.
En la Unión Soviética la propiedad privada sobre los medios de producción fue abolida, lo que se puede considerar como uno de sus máximos logros, las tierras, las máquinas y todos los medios de producción eran propiedad del Estado, liderado por los soviets quienes determinaban la asignación según el principio leninista “a cada cual según su aporte”.
Desde la revolución rusa de 1917, el mundo se dividió en dos bandos, en una época muy tensa conocida como la guerra fría, en la cual se produjo la Segunda Guerra Mundial, en este periodo se desarrolló la competencia armamentista, militar, científica y tecnológica, mostrando muchos avances como la conquista del espacio, y la llegada del ser humano a la luna, pero que también produjo la creación de armas atómicas, nucleares y bilógicas. Uno de los eventos que más desacreditaría a la Unión Soviética fue el desastre de Chernóbil en 1986, considerado como el más grave en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares, al lado del accidente de Fukushima, Japón.
Khrushchev y Brezhnev lograron mantener una revolución triunfante hasta los años ochenta, en la cual la sociedad soviética disfrutó de muchos logros, a pesar que nunca logró la igualdad de clases, pero, como era natural, hubo mucha resistencia no solo del capitalismo internacional sino al interior de la sociedad soviética.
La crisis económica de 1973 y la imposibilidad de mantener un sistema productivo provocaron la presión de los países socialistas de Europa del Este, con el patrocinio económico y político de los países de la OTÁN y los Estados Unidos. La cortina de hierro se había roto.
Un síntoma premonitorio de la debacle fue la burocratización de la clase trabajadora que esperaba beneficios, pero no producía lo esperado, por tanto, el sistema de una economía planificada empieza a no cumplir sus metas de producción, el esquema de una sociedad cerrada generó presiones al Kremlin que coincidieron con la llegada al poder de Andrópov, Chernenko y Gorbachov, quien implementaría la Perestroika y el Glasnost, con la supuesta pretensión de modernizar el sistema, pero que en el fondo no era más que la desintegración final de la Unión Soviética. Posteriormente se evidenciarían los nexos de Gorbachov con Occidente. Cuando en 1991 asumió Boris Yeltsin –un capitalista confeso- la debacle estaba consumada, lo que alentaría -como en un juego de naipes- el derrumbamiento del modelo en los países socialistas de Europa Oriental.
En la Unión Soviética se le dio una enorme importancia al aparato militar, a tal punto, que su asignación ascendía al veinte por ciento del Producto Nacional Bruto, presupuesto que no se evidenciaba directamente en el aumento de la producción, lo que muchos analistas consideran como otra causa de su posterior caída.
Fueron muchos los yerros cometidos en la Unión Soviética que precipitaron su desplome, pero también fueron innumerables los logros que difícilmente se concretarían en un país capitalista, la disminución de la miseria fue evidente y el ostensible mejoramiento en el nivel de vida promedio.
En resumen, creo que la principal causa del desmoronamiento del modelo fue la presión internacional de un capitalismo siempre ávido de mercados, ejércitos de desempleados, mano de obra barata y miseria para poder mantener su dominación. Lo que se cayó en la Unión Soviética fue un intento de llegar al Socialismo, no el Socialismo.
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