Una prueba de unidad
SEBASTIÁN SILVA IRAGORRI
Los virus han convivido con el Ser Humano y son microorganismos de múltiples formas que infectan las células y producen diversas enfermedades. En la historia de la humanidad son reconocidas grandes pestes que ocasionaron miles de muertes y se convirtieron en pandemias muy difíciles de controlar. Entre las más graves tenemos la Peste Negra que en el siglo XIV en Europa mató a casi el 50% de la población de ese Continente. También fue espantosa la Gripe Española que en el siglo XX mató por lo menos a 30 millones de personas y produjo verdadero terror en todo el mundo.
Ahora nos enfrentamos a un virus de la familia Coronavidae ya bautizado como COVID-19 y que a datos de hoy ya se encuentra en 170 Países con más de 280.000 contagiados y cerca de 12.000 muertos por su causa. Es una Pandemia de crecimiento exponencial con difícil lucha por desconocimiento de muchos de sus comportamientos y sin antivirales ni vacunas hasta ahora para controlarlo. Algunos Países han frenado su crecimiento, tal es el caso de la China y Corea del Sur y otros crean barreras de aislamiento en defensa de sus habitantes. Estados Unidos destina en principio 50.000 millones de dólares y ahora una cifra mayor, no solo para tratar de detener el virus, sino para apoyar a sus ciudadanos con dificultades en esta emergencia. Los Países decretan alarmas, emergencias, calamidades públicas y demás, incluso Colombia ya declaró el estado de excepción del artículo 215 de la Constitución para luchar con medidas sanitarias y económicas por el bienestar de la población y además con el aislamiento general por 20 días. Lástima que la oposición en nuestro País no haya estado a la altura de las circunstancias y en lugar de unir, apoyar e impulsar las medidas del Gobierno en favor de toda la población se ha dedicado a dividir, a mancillar, a mentir, a través de insidiosos y perversos comentarios en las redes sociales y en los medios de comunicación que tampoco han brillado por su objetividad. La actual oposición en Colombia está ciega ante las realidades del mundo y por afán electoral no detiene su estrategia de desprestigio contra el Gobierno Nacional. Qué distinto fue Laureano Gómez, que adelantaba una férrea oposición al Gobierno de Olaya en los años 30 y cuando se presentó el conflicto con el Perú, hizo historia con un famoso discurso en que deponía sus ímpetus opositores para luchar todos unidos por la Patria. Terminó su discurso en el Congreso diciendo «Paz, paz en el interior, guerra, guerra en las fronteras”. Estos eran hombres grandes, no personajes de cartón jugando a estadistas como los opositores que estamos teniendo que soportar hoy con verdadera indignación de colombianos.
Otros personajes, le atribuyen todos los infortunios de la ciudad de Popayán y sus gentes a la magna celebración de nuestra Semana Mayor. Tamaño despropósito, que revela una ignorancia invencible, no es más que el desahogo de amargados corazones. No vale la pena ahondar en tales sandeces, solo basta decirles que nuestra Semana Santa une a todo el pueblo, que es una tradición venerable y emblemática reconocida en todo el mundo y que seguiremos orgullosos con sus procesiones, con los cirios encendidos y levantando los barrotes para continuar con el rítmico andar legendario, conmemorando el acontecimiento más grande ocurrido en toda la historia de la humanidad.
En estos momentos es cuando se reconoce la grandeza o pequeñez de los hombres. Es una prueba que está midiendo nuestro patriotismo, nuestra integridad y nuestro carácter para lograr salir triunfantes de este descomunal desafío.
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