Una infortunada historia ambiental

La no presencia del Estado, el abandono al que están sometidas estas Regiones, el centralismo etc., contribuyen a acrecentar la tragedia ambiental en el Amazonas.

POR: ANTONIO PACO LASSO MOLINA

EDITOR GENERAL: PERIÓDICO Y REVISTA ALTA AMAZONÍA

ESPECIAL PARA EL PERIODICO EL NUEVO LIBERAL

Los departamentos amazónicos de Caquetá, Putumayo y Amazonas que conforman la llamada region delAlta Amazonía, no han sido afortunados en su historia social, política y ambiental. / Fotos Suministradas – El Nuevo Liberal.

En Colombia, han sido muchas las actividades desarrolladas para conmemorar estos eventos ambiéntales. Representantes del Estado y la sociedad civil que contribuyen al manejo eficiente de los recursos naturales y del medio ambiente en el país, han sido los encargados de darle realce y hacen notorias estas efemérides ambientales.

El sector educativo no se ha hecho presente, por estar realizando el paro nacional. Pero el mundo fue sorprendido cuando el día 1 del mes en curso, el presidente, de los Estados Unidos Donald Trump, anunciaba que su país se retiraba del Acuerdo de París.

Esto significa en ‘plata blanca’, que EE.UU. no cumplirá el compromiso internacional de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Causa principal del cambio climático. EE.UU., ocupa el segundo lugar después de China, como emisor de gases de efecto invernadero, emitiendo seis millones de toneladas de C02, al año.

El 12 de diciembre de 2016, se reunieron en París, delegados de 195 países en la COP21 y ratificaron este tratado internacional, acontecimiento ambiental histórico, en el que acordaron una meta y unas fechas para luchar contra el cambio climático, siendo el primer objetivo mantener el incremento de la temperatura del planeta muy por debajo de los 2º C.

La actitud del presidente de EE.UU, convulsionó al mundo, las reacciones no se hicieron esperar, este acto generó el rechazo de la opinión pública mundial. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, la Canciller alemana, Ángela Merkel, el Primer Ministro de Bélgica, Charles Michael, de igual manera la organización ambientalista Internacional Greenpeace, condenaron este brutal acto contra el acuerdo de París. Cabe recordar que EE.UU es reincidente en estos eventos, pues el Protocolo de Kioto, no tuvo el efecto esperado, por la no ratificación de este país.

El Gobierno Americano, refiriéndose al FONDO VERDE CLIMÁTICO expreso que no hará desembolsos de recursos financieros prometidos. Esto hará más difícil la consecución de fondos para inversión y apoyar las acciones en países en desarrollo como Colombia. El jefe de estado colombiano, Juan Manuel Santos, expresó su preocupación de la siguiente manera: “Tengo que lamentar la decisión del Presidente de los Estados Unidos, de retirarse del tratado que firmo en Paris, para proteger el planeta frente al cambio climático”.

El presidente recordó además.: “el País es uno de los más vulnerables del mundo, frente al cambio climático, algo que se ha podido frenar en la última década cuando vivido los graves efectos de los fenómenos de “la Niña y el Niño”.

¿Prevención?

Dos meses y medio de sucedido el peor desastre natural en el pie de monte amazónico, exactamente en Mocoa, capital del departamento del Putumayo, tragedia que conmovió y movilizó al mundo entero.

Difícilmente olvidar aquella noche del viernes 31 de marzo y la madrugada del sábado 1 de abril del año en curso, cuando las aguas represadas de la quebrada Taruca, los ríos: Sangoyaco, Mulato y Mocoa, se salieron de su cauce y arrasaron casi la mitad del pueblo. Tragedia ocasionada por las intensas lluvias caídas sobre el Piedemonte Amazónico, acontecimiento, que está latente perdura y perdurará para siempre en el pueblo Mocoano.

Ya hace algunos días, y con notorio a lo sucedido en Mocoa, el Ministro de ambiente y Desarrollo sostenible, Luis Gilberto Murillo, escribió un artículo en el periódico el Tiempo, titulado ‘La Adaptación al cambio Climático’, del cual destacamos lo siguiente: “la tragedia de Mocoa, nos embarga de dolor. Los fenómenos de variabilidad extrema del clima, que generaron esta catástrofe son más frecuentes cada día y son señales inequívocas de que el cambio climático llego para quedarse en Colombia, uno de los países más vulnerables a este tipo drástico de cambio climático y por ello tenemos que trabajar articuladamente. También se requiere de la voluntad política de las autoridades locales y regionales para la actualización de los instrumentos de ordenamiento del territorio y la implementación de acciones concretas que se hagan realidad. Los mensajes de amenaza y las alertas tempranas no han sido suficientes y las tragedias no pueden seguir siendo el llamado a la acción”.

En relación con lo anterior expuesto por el alto funcionario, es importante comentar que El Nuevo Liberal, en su edición del sábado 25 de marzo del presente año, o sea 6 días antes de la tragedia de Mocoa, título en primera página: ‘Medidas para afrontar temporadas de lluvias’, y en la segunda página amplia la noticia de la redacción, a tres columnas y en casi página entera: “… el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible junto a la Corporación Autónoma y Regional del Cauca – CRC, con base en los lineamientos del IDEAM (Predicción Climática y Alertas No. 265 del IDEAM) comunicado especial No. 080 del 21 de marzo de 2017 (faltando 10 días para que suceda lo de Mocoa), emitió una circular dirigida a los Alcaldes Municipales, Concejos Municipales de Gestión del Riesgo de Desastres CMGRD y el Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres CDGRD.

Además el periódico publica en la misma página con el Título: ‘Para Tener en Cuenta’, ocho puntos importantes recomendaciones para evitar y mitigar estos eventos, destaco el punto 6 textual “en las cuencas de montaña dar aviso oportuno e inmediato a las Autoridades Locales en caso de observar una disminución repentina en el flujo del Agua, esto puede ser originado por un represamientos en las partes altas de las montañas”.

Más claro no canta un gallo, tengo la certeza de que el anterior comunicado también llegó y fue notificado a CORPOAMAZONIA, al Alcalde de Mocoa, y a los Concejos Municipales y a los Consejos Departamentales de Gestión de Riesgo de Desastres, porque tácitamente este comunicado del IDEAM el número 080 del 21 de marzo del 2017, estaba dirigido a la zona suroccidente del país.

Los fenómenos naturales de remoción en masa, para quienes conocemos la región del Piedemonte Amazónico, se han incrementado desde hace ya varias décadas. Fue normal la presencia de deslizamientos pequeños, pero desde el año 2000 se presentan deslizamientos de material residual que comprometen los grandes cerros. La incidencia de los mismos es lógica, la pérdida de cobertura de bosques por la deforestación irracional conlleva de biodiversidad y afecta de gran manera a las fuentes hídricas.

Jader Muñoz Ramos, Geólogo M.SC. Ph .D. profesor de la Faculta de Ciencias Básicas de la Universidad de la Amazonía, en un artículo que escribió para la revista ambiental CATORCE 6 afirma: “el Piedemonte Amazónico Colombiano: ¿Se desliza? O ¿lo empujamos? Esta situación es el resultado de la acción conjunta de diversos factores tales como: la geología regional, el conflicto social, la falta de un verdadero plan de ordenamiento de cuencas y micro cuencas y del territorio y la falta de lineamientos estratégicos que sirvan de base para el planteamiento y toma de decisiones sobre políticas, sociales, económicas y ambientales en los sectores rurales y urbanos entre otros”.

La revista CARAS, en su edición de abril 25 a mayo 9 del presente año, publicó una interesante entrevista con Gustavo Wilches Chaux, experto en medio ambiente, graduado de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad del Cauca, con tesis laureada en administración de desastres de la Universidad de Oxford EE.UU., quien además ha escrito más de 20 libros.

‘Hay que atender la voz del agua’ este es el título de esta entrevista a raíz de la tragedia en Mocoa. El experto en Gestión de Riesgo, explica que si Colombia y sus instituciones hicieran a la naturaleza participe de sus decisiones se podría evitar que hechos como este se repitieran.

“Mientras el país vuelva todos sus esfuerzos para ayudar a los sobrevivientes y a la reconstrucción de Mocoa, y la solidaridad copa todos los límites, es inevitable preguntarse ¿esta tragedia pudo haberse prevenido?… y ¿qué hay que hacer para que no se repita?”

Caucho y violencia extrema

Los departamentos amazónicos de Caquetá, Putumayo y Amazonas o Alta Amazonía, no han sido afortunados en su historia social, política y ambiental.

En el periodo comprendido entre los años 1900 a 1912, es el apogeo de la extracción del caucho “SIRINGA”, por la Casa Arana, firma peruana, que realizó actividades de extracción y comercialización del caucho, en los predios cercanos a los ríos: Putumayo, Caquetá, Caraparana, e Igaraparana y todos sus tributarios, esto es llamado después ‘El Predio Putumayo’, siendo epicentro o centro de acopio la población Amazónica de La Chorrera.

Los mayores perjudicados con esta bonanza fueron los miembros de la Comunidad Indígena Huitoto, los que casi son exterminados, en el peor genocidio de América. Ellos fueron muertos de diferentes maneras, la cifra alcanza aproximadamente 10.000.

El mundo se enteró de esto y condenó estas atrocidades. Estos hechos dieron origen al llamado ‘Conflicto con el Perú’.

José Eustacio Rivera, en su obra cumbre ‘La Vorágine’, narra magistralmente estos episodios que conmovieron al mundo.

Leticia, la singular, exótica y apacible capital del Departamento del Amazonas, fue tomada y asaltada en la madrugada del 1ro de septiembre de 1932, por civiles peruanos al mando del Teniente Juan de la Rosa y del Ingeniero Oscar Ordóñez. La ciudad, tras una confrontación armada entre las dos naciones, fue recuperada por Colombia en 1933. La Liga de Las Naciones, el 24 de junio de 1934, revalida la Soberanía Colombiana en la Región. Hoy en día los dos Países se integran en la frontera dentro de la mayor confraternidad.



Pieles malditas

Desde 1950 a 1980 se da el mayor apogeo de la bonanza de la comercialización de animales vivos de fauna silvestre, y sus pieles.

Esta actividad se desarrolló a plenitud y ante la complacencia de las autoridades colombianas e indiferencia estatal, en los predios de los hoy parques Nacionales Naturales de La Paya, Cahuinari y Amacayacu.

Las pieles más apetecidas por su valor en el mercado internacional fueron en su orden: tigre, puma americano, triguillo, nutria, lobón, puerco de monte “cerrillo”, babilla, caimán negro, “yacaré”, boas y anacondas, las charapitas, las que se apilonaban con pala en grandes salones, pero los más perjudicados fueron los micos a los que se llevaban vivos en jaulas metálicas, podemos mencionar las siguientes especies: leoncitos, frailes, maiceros, micos voladores, marimbas, y el muy apetecido por su gracia y porte, el mico churuco.

Aviones DC3, despegaban de las pistas de: Puerto Asís, Puerto Legízamo, Larandia, Tres Esquinas y Leticia, repletos de animales vivos y pieles. Al frente de esta operación de exterminio de la fauna amazónica se encontraba el griego-norteamericano Mike Tsaliks, hoy confinado en una prisión en Estados Unidos.

Recientemente fue radicado un proyecto de Ley para proteger la Biodiversidad del país. Para castigar a quienes trafiquen o dañen la fauna y flora amenazada del país, se tendrá en cuenta la lista roja de especies amenazadas de la Unión Mundial Para La Naturaleza (UICN), y las acciones a emprender del Estado para protegerlas. La propuesta es de Opción Ciudadana, y cuenta con el apoyo de Cambio Radical.

Cedro y deforestación

Sería imperdonable para un ambientalista no hacer alusión a la bonanza del cedro, la que terminó cuando la ausencia de esta especie afectó los últimos cerros Peruanos de la selva amazónica.

En relación a lo anterior, el país ambientalista, celebra la aprobación por parte del Congreso de la República en su tercer debate, del Proyecto que obliga a los colombianos a sembrar árboles. Se trata de una iniciativa del Senador Mauricio Lizcano, con la cual se espera llegar a la siembra de 100 millones de árboles.

“Este proyecto de Ley es fundamental para cambiar la historia de nuestro país, va a obligar a todos los Colombianos a que tengan que sembrar árboles en Colombia con unos incentivos precisos para recuperar”; el Gobierno tendrá que facilitar viveros y las Corporaciones Autónomas Regionales harán el procedimiento de terrenos”, asegura el Senador Lizcano.