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Un adiós multitudinario en Guapi, Cauca

Los guapireños despidieron a los representantes comunitarios asesinados el pasado fin de semana en zona rural de Guapi. Denuncian la incursión de grupos armados.

Un adiós multitudinario en Guapi, Cauca.

Como expone Aída Avella, aspirante al senado por la Lista de la Decencia, es un hecho gravísimo porque ambos eran reconocidos militantes de izquierda que día a día luchaban por mejorar las condiciones sociales y económicas de las comunidades guapireñas, granjeándose una violenta estigmatización en esta zona del pacífico colombiano.

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“A pesar de que se habla de apertura democrática, están callando a nuestros líderes, aquellos que están trabajando con esa Colombia profunda que quiere vivir mejor, que quiere dejar atrás ese abandono y la violencia. Tanto Orlando Grueso Obregón y Jhonatan Cundumí fueron ultimado a balazos, cuando estaban en una población ubicada a más de cuatro horas del casco urbano de Guapi, le tocó ir a los familiares a traer los cadáveres para que las autoridades hagan su trabajo judicial”, agrega Aída Avella.

Tras el asesinato de estos dos líderes, de 38 y 28 años de edad, los guapireños adelantaron un sepelio multitudinario por las principales calles de este poblado costero, el cual hoy es el blanco de grupos armados al margen de la ley que se disputa el control territorial de un pacífico altamente rico en actividades ilegales pero sumido en una extrema pobreza.

“Toca huir de estos pueblos para estar vivos, las personas que mataron eran los representantes de los campesinos cocaleros, ellos estaban liderando el tema de la sustitución gradual de los cultivos de uso ilícito, aspecto del punto cuatro de los acuerdos de paz con la Farc y mire, pagaron con sus vidas asumir ese compromiso de tomar un liderazgo para el bien de los pobladores. ¿Qué pasa ahora? Pues esconderse porque los violentos son los que están imponiendo su ley”, denuncia un líder afrosdecendiente que opta por mantenerse en el anonimato.

¿Pero quiénes eran las víctimas? Según el mismo familiar de una de las víctimas, tanto Jesús Orlando como Jonatan integraban, además de Marcha Patriótica; el Movimiento Étnico y Popular del Pacifico, Moep, y la Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca, Amapola y Marihuana, Coccam, organización creada con la finalidad de materializar el punto cuatro del acuerdo de paz alcanzado entre las entonces Farc y el gobierno nacional.

Trabajo con campesinos

De hecho, para hace un año, en la presentación oficial de la Coccam en la ciudad de Popayán, Jesús Orlando Grueso integró la comitiva principal que sostuvo un diálogo con periodistas de la región para explicar cómo la lentitud a la hora de encontrarle una solución concertada al tema de los cultivos ilícitos ubicaba a los campesinos pobres de su municipio en medio del accionar violento de grupos al margen de la ley, como el Eln.

“Nosotros desde muy niños trabajamos con los campesinos de esta zona, mi papá laboraba en el hospital y nos llevaba a ver cómo eran las jornadas de vacunación, aprendiendo entonces el valor de luchar al lado de las comunidades, claro, somos de izquierda por eso y hemos pagado un alto precio por ello, hemos estado en la cárcel, nos acusan de muchas cosas, pero nunca hemos dado un paso atrás a la hora de velar por los derechos de nuestro pueblo”, agrega Marino Grueso, quien integra la Unión Patriótica y es el hermano de una de las víctimas.

De hecho, y confirma la misma Aída Avella, los dos líderes la apoyaban a ella para el senado y a Ancízar Barrios a la Cámara de Representantes en medio del actual proceso electoral, el cual en esta zona de país ya se vive en medio de la presión armada. “Nos están matando como en los ochenta, donde acabaron a bala con la UP, esa es la pregunta que me hago al conocer esta triste noticia”, puntualiza la reconocida líder de izquierda.

Orlando Grueso Obregón, Q.E.P.D.

Jhonatan Cundumí, Q.E.P.D