Sergio Fajardo un buen candidato para la presidencia de Colombia

SANTIAGO ZAMBRANO SIMMONDS

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Por el torbellino de los acontecimientos creo que hay una percepción generalizada respecto a que el próximo cuatrienio es crucial para marcar el derrotero de la nueva Colombia y que se ha llegado a un punto tal donde hay que hacer cambios profundos en la manera de gobernar.

Considero que los colombianos debemos darle la confianza a una persona que haya demostrado en su trasegar público coherencia, corazón, eficacia, eficiencia y trasparencia; que vea bondad en todos los colombianos independientemente de su ideología y no esté señalando o fracturando todo el tiempo como si él fuera el único poseedor de la verdad; que reconozca que éste país está compuesto de grupos humanos diferentes, que es diverso y que por tanto las regiones deben tener mayor autonomía. Por todo lo anterior y por lo que ha demostrado en su vida considero que Sergio Fajardo es una excelente opción que hoy tenemos los colombianos. Me explico apoyado en su discurso:

Situación Actual:

Este es un país indignado con su Estado: Del Poder Legislativo que actúa a espaldas de los ciudadanos y en beneficio propio; que ha parcelado sus estructuras impidiendo que haya la debida y justa articulación de los servicios que debe prestar el Estado al ciudadano. Del Poder Ejecutivo que gobierna sin criterios de nación sino pensando con el pragmatismo de la próxima elección, que compra con el presupuesto nacional la “gobernabilidad” a través de los parlamentarios y los medios de comunicación; que se ha entregado a las modas mundiales de la economía en desmedro de los intereses nacionales, que no tiene una agenda económica clara, que ha desaprovechado las bonanzas utilizándolas para politiquear y no para fortalecer la productividad; que ha firmado costosísimos tratados de libre comercio los cuales han tenido como efecto el desmantelamiento del aparato productivo y peor aún, olvidándose de la seguridad alimentaria del país. Del Poder Judicial en el cual ya nadie cree pues se ha demostrado que la justicia es selectiva, que hay un gigantesco tráfico de influencias, que la probabilidad de éxito depende del abogado que se contrate y no del contenido que expone. Peor aún, como ya no se sabe que es cierto y que no, y en el pasado hubo víctimas de la justicia, ahora también los corruptos se aprovechan de eso diciendo “todo es un montaje” cayendo en un espantoso y peligroso círculo de incredulidad

Plantea Fajardo que se necesitan unas reformas de fondo basados en tres pilares fundamentales 1) La Reconciliación: Respetando y honrando los acuerdos de paz como una herramienta para el reconocimiento entre los colombianos; hacer valer y premiar la cultura de la legalidad pues “no todo vale” independientemente del propósito que se tenga y prestar una seguridad ciudadana para que todos bajo la mismas leyes nos enfoquemos hacía al progreso y el bienestar ciudadano. 2) La Corrupción: De la cual el país está hastiado, por eso muy probablemente todos los políticos enarbolarán su bandera, sin embrago allí esta su vida como ejemplo, que sí se puede gobernar sin corrupción, sin necesidad de coaliciones debajo de la mesa para que jamás se vuelvan a repetir frases como: “qué roben pero que hagan obras” o “robar con honradez no es delito” o “hay que robar en sus justas proporciones” las cuales no hacen sino representar el sometimiento de la sociedad. Se debe recordar enfáticamente que la corrupción tiene nombre propio, para no caer en el juego desesperanzador de seguir generalizando que todo el que es político o haya tenido un cargo público es un corrupto, pues a ese plano quieren llevar los corruptos a la opinión pública debido a que en su mundo, gana el que más plata tiene volviéndose una disputa de dinero y no de ideas. 3) La Educación: Como la mayor herramienta para la lucha contra la desigualdad, la cual en Colombia es gigantesca, casi como una condena, pues lo más probable es que el que nace pobre morirá pobre. En años recientes los protagonistas de éste país han sido los corruptos, los guerrilleros, los narcotraficantes, paramilitares e ilegales, hay que pasar la hoja, para que ese protagonismo sea devuelto a la sociedad civil a través de los innovadores, emprendedores, profesores y científicos, quienes nunca han tenido una oportunidad real y que deben ser los motores de la trasformación del país.

No es fácil para un hombre con esa visión llegar a la presidencia pues hay mucho intereses creados en torno a ella y una persona como él representa un punto de inflexión para Colombia que no todos están dispuestos a dar prefiriendo que se mantenga el statu quo, el reto por ahora es recoger hasta el 30 de noviembre 387.000 firmas de ciudadanos que ven con buenos ojos su candidatura, ojalá los colombianos aprovechemos y respaldemos ésta iniciativa popular libre de la política tradicional.