Patojos: ¿descuido o ignorancia?




marco valencia tradicionalMARCO ANTONIO VALENCIA CALLE

@valenciacalle

Es como si en vez de pambazo al desayuno nos alimentaran con falacias. La gente más crédula del planeta vive por aquí. Que digo del planeta, de la Galaxia. ¿Será por eso que hay tanta iglesia católica y de las otras también? Puede ser, quién sabe. Pero esta afirmación, que viene siendo como una hipótesis en charla de jubilados hay que demostrarla ¿no?

Aquí cualquiera se tira un chisme en el parque de Caldas, y enseguida se repica por emisoras, periódicos, redes sociales y de boca en boca por el centro histórico como cosa cierta haciendo el recorrido de la cruz latina. Luego, cual culebra viperina ese chismecito se pasea por parques y barrios populares. Y todo el mundo se lo cree y se lo traga enterito; o mejor: se lo goza como una hostia fresca. Y como si fuera la verdad revelada lo cuenta a unos y a otros, y hasta jura “pa mi dios bendito que así son las cosas”, sin investigar nada. Dependiendo del calibre de la noticia o el cuento, la gente se alarma y se indigna.

A veces ocurre que el chisme (o la noticia) llegando a la plazoleta de San Francisco o paseándose por los callejones se la plaza de mercado del barrio bolívar es desmentida por un cualquiera que levanta la mano y dice: un momento, lo que dicen es mentira, no coman cuento. Y es allí (o es entonces), cuando la contra-noticia o contra-chisme hace su recorrido inverso, y todos, como si tuvieran el estómago lleno, abandonan su indignación y se van a dormir la siesta. No por nada, cuando alguien quiere insultarnos, nos dice “pueblo de dormidos” (y con que otro diga que ese insulto es una vil mentira, se nos acaba la indignación)

La semana pasada por ejemplo, salió la noticia por redes sociales (con fotos y tal) que “estaban talando los eucaliptos de la variante”, un patrimonio paisajístico de la ciudad y la indignación de alguna gente fue de infarto. En esas, salió un internauta, un ilustre desconocido y dijo: no señores, es que hay que cortarlos porque hacen daño al cemento y tienen permiso de la CRC”; y la indignación de la gente se acabó allí mismo. Y los medios de comunicación, al igual que la gente, se comieron el cuento, y muchos, con cero investigación dejaron las cosas así. Y ya, cortaron como 20 árboles, pero no pasó nada.

Hace pocos meses, descaradamente se robaron una calle al norte de la ciudad (frente a la EPS del Seguro Social, diagonal a Carantanta). Unos empresarios montaron un negocio de cantinas y venta de carros y se apoderaron de un tramo de la calle lenta, perteneciente a la Panamericana. Calle que para más señas, recorre toda la ciudad desde Campanario hasta la piedra sur. Los avispados de marras, como el tramo de calle frente a sus locales estaba des-pavimentado, le echaron tierrita, sembraron pasto y maticas ya crecidas. El cuento de que se estaban robando una calle salió en las redes sociales (con fotos y tal). Y lo mismo: muchos patojos se indignaron por las redes sociales y en el parque la gente denigraba de los dueños ladrones, hasta que salió un man, en las redes sociales y dijo: no señores, esa calle es nuestra, la alcaldía no tiene escrituras, dejen la bulla, es nuestra y es nuestra. Y no pasó nada. Se robaron la calle. La gente, las autoridades y la prensa de la ciudad se comieron el cuento y el miedo, y sin investigar más allá, se fueron a dormir. (Y eso que la prensa dice ser la conciencia moral de un pueblo)

Y así tenemos muchos ejemplos que demuestran lo crédulos de falacias que somos los patojos y caucanos. Falacias que suben angustiadas calle arriba y luego bajan desmentidas por otra… se ven a diario.

Esta semana, para no ir más lejos, los ministros del Interior y del Posconflicto junto al presidente del Senado dijeron en Popayán que ahora sí el Cauca va a salir de la pobreza, la injusticia, el atraso y el sufrimiento… porque será zona de concentración para desmovilizados de la Farc. Conocida la noticia en el parque de Caldas y las rede sociales, la gente se indignó preocupada y comenzaron a decir “eso le hace el gobierno a este departamento porque nos vio cara de dormidos”. Pero entonces, salió un man en las redes sociales a decir, que zona de despeje no es lo mismo que zona de concentración. Y sin investigar, el veneno que viene debajo de la capa del dulce, la gente se fue dormir tranquila, feliz y sin chistar.

Nota: El diccionario dice: “En lógica, una falacia es un argumento que parece válido, pero no lo es. Algunas falacias se cometen intencionalmente, para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención, debido a descuidos o ignorancia…