Un paso importante en sus vidas

 Veinte soldados profesionales del norte del Cauca cumplen el sueño de obtener su título como bachilleres.

Dos días a la semana, recibían clases de un grupo de profesores que desarrollan diferentes capacitaciones para el personal militar, bajo la dirección de la Jefatura de Educación y Doctrina del Ejército Nacional.

Tal vez para algunos colombianos, el ser Bachiller no signifique gran cosa, pero para estos veinte soldados profesionales y sus familias, es un sueño hecho realidad.

Soldados que llevan 8, 10, 11 y hasta 16 años, portando el uniforme del Ejército Nacional, bajo la convicción de ayudar sin recibir nada a cambio y la firme vocación de servir a su país, tuvieron la oportunidad de cursar las asignaturas para graduarse como bachilleres. Nunca pensaron que el pertenecer a una unidad como la Fuerza de Tarea Apolo, les abriría la posibilidad de hacer algo que siempre desearon, adelantar sus estudios en la básica secundaria.

Las historias de superación y sacrificio, se entrelazan para estos veinte jóvenes que bajo una toga y un birrete, dibujaron una sonrisa de felicidad, debido al orgullo que sienten.

Muchos de ellos, son padres de niños que cursan la primaria o los primeros años del bachillerato; es por ello que las llamadas a sus hogares, ya no eran solamente para saludar, también servían para una que otra explicación sobre matemáticas, inglés, sociales o castellano.

Dos días a la semana, recibían clases de un grupo de profesores que desarrollan diferentes capacitaciones para el personal militar, bajo la dirección de la Jefatura de Educación y Doctrina del Ejército Nacional.

Simultáneamente a su misión constitucional de brindar seguridad en el norte del Cauca, este grupo de militares triplicó sus esfuerzos para cumplir con su proyecto de vida personal. Es así como se han hecho merecedores de todo el reconocimiento de parte de sus familias, superiores y compañeros. Muchos de ellos ya piensan en continuar sus estudios en áreas técnicas, tecnologías y ¿por qué no? universitarias.

Edwin Alexander Herrera, lleva trece años como soldado profesional, cuenta que a los 6 años de edad, sus padres lo intentaron regalar, por lo que quedó al cuidado de su abuela, quien no veía con buenos ojos que estudiara.  Edwin, desde muy niño abandonó sus estudios para trabajar, ya que en esa época, el estudio no era importante.  Recuerda con orgullo, que era muy bueno para las matemáticas y que siempre soñó con estudiar ingeniería.

Tal vez ese sueño que lo lleva en las venas, le ha servido para realizar pequeñas construcciones; una de ellas es la gruta del divino niño, construida a la entrada de la base militar de Miranda, Cauca, donde permanece bajo la admiración de propios y visitantes, recogiendo las peticiones y oraciones de sus feligreses.

Esta gruta fue construida durante las horas de tiempo libre, con la colaboración de otros soldados, que con creatividad iniciaron el proyecto como un regalo para todo el personal de la unidad.

Edwin Alexander Herrera hace parte de los diecisiete soldados profesionales y tres soldados regulares, que recibieron el diploma que otorga el Institución Andrés Bello Colombo Americano INAB y la Jefatura de Educación y Doctrina del Ejército Nacional que los acredita como Bachilleres.

Es importante resaltar, el apoyo que recibieron los soldados de parte del Brigadier General Wilson Danilo Cabra Correa, comandante del Fuerza de Tarea Apolo, quien como una forma de incentivar al personal bajo su mando ha adelantado esta y otras actividades en beneficio de la autorealización de los héroes del Ejército Nacional.