Semana Santa: Bienvenidos

OLMEDO GUACA TIMANA

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Llegó la Semana Santa y Popayán se encuentra vestida de blanco, ese blanco que inspira fraternidad, recogimiento, reflexión y encuentro de espíritus, de familias, de amigos y de hermanos en la fe.

Qué belleza esa armonía de cada paso con sus simbologías y alegorías bíblicas que traducen mensajes profundos a quienes creemos en nuestra religión católica pero que también llega de alguna manera a otros grupos religiosos porque a la final todos los caminos conducen a nuestra salvación, a las esperanzas, a la hermandad y ojalá a la profunda reflexión del Deber Ser como ciudadanos, como cristianos, como padres de familia, como profesores, como concejales, como diputados, como alcaldes, como gobernadores, como presidentes de la república y abriguemos la esperanza como congresistas. Sea el tiempo de profundas reflexiones sobre nuestro rol el cual debe ser cumplido con las leyes divinas y humanas así sean desequilibradas estas últimas.

Pero ahí están, ellos, los que ven de otra manera, los que tienen una cultura del respeto y admiración, ahí están aquellos que durante días y largas jornadas han llegado para admirar cómo esa belleza de cada paso, de cada evento, de cada elemento desde el pichón, el regidor, el moquero, el carguero, las bandas musicales, las saumadoras, los acompañantes con sus velas quemándose las manos con la cera son toda una maravilla alegórica de esa gran simbologías que representa la Semana Santa: nuestra Semana Santa. Ahí están ellos disfrutando con el más profundo respeto tomando sus fotos, filmando y llenos de gozo tomando sus notas para ir a sus países de origen a contar lo que para ellos es una experiencia maravillosa, por eso es común escuchar en las calles: “Ou nau, biutifull”, “ Oh la la, qué belle”. Escribo como se escucha, perdón por el inglés o el francés mal escrito.

Los extranjeros admiran esa simbología que de pronto los patojos por nacimiento y los popayanejos por adopción no visionamos. La Magdalena que simboliza-me explicaban los extranjeros- que todos somos pecadores pero lo importante es el arrepentimiento y cambio de vida no seguir en lo mismo. Ahí me acordé de mi Colombia y Cauca en elecciones. San Juan simboliza la fraternidad, la verdadera amistad el amigo de Jesús que no lo abandonó y me acordé de Trump abandonó a Duque y lo regaña mucho. San Pedro simboliza la experiencia, el respeto, la autoridad, la seriedad, la moral, la ética y me acordé de un tal Macías y de un fiscal. La Verónica simboliza la fraternidad, sentir el dolor, las angustias y el sufrimiento ajeno, por eso enjuaga, refresca el dolor de Jesús con amor y hermandad, me acorde de un expresidente que con una ley 100 no siente el dolor ajeno, antes disfruta con los paseos de la muerte, con las madrugadas a las cinco de la mañana para que le digan que no hay agenda o que masacren las protestas o que hay muertes que moralmente son justas: no siente dolor por nada.

Y así se puede hablar de toda la simbología que representa cada paso, cada procesión, los colores de las flores, las saumadoras-bellas patojitas- las bandas musicales con esos compases que desestrezan nuestras almas, esa autoridad solemne de los regidores que me hace acordar de la autoridad perdida en los hogares y mientras los turistas con profundo respeto valoran nuestra Semana Santa, los popayanejos tenemos como un sentido de no pertenencia así sea del credo que sea, la Semana Santa es el espacio y tiempo para la reflexión profunda para ver de dónde venimos, cómo estamos y para a dónde vamos. Mientras tanto Bienvenidos turistas y visitantes con su verdadera Cátedra Popayán.