Nula capacidad previsiva…

EDUARDO NATES LÓPEZ

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Hay conmigo bastante gente preocupada porque no vemos en el panorama regional ni acciones ni anuncios institucionales, públicos o privados, respecto a una impostergable preparación seria para enfrentar las gravísimas consecuencias que traerá el “Fenómeno del Niño 2014-2015” que según las predicciones de los expertos, ya está llegando y sus efectos devastadores serán ya enormes, alrededor del mes de septiembre próximo. Por lo tanto, lo que en estos días estamos viviendo es simplemente el tradicional verano de junio, julio y agosto, que esta vez no arrancó precisamente en los comienzos de junio, sino un poco más hacia el mes de julio. Pero en la medida que avancemos en el calendario se irán consolidando los estragos hasta el primer trimestre del 2015.

No nos han alarmado las aterradoras imágenes de los miles de vacunos y de ejemplares de otras especies, muertos en las zonas norte y centro del país, especialmente en Guajira, Córdoba y Casanare; ni los anuncios reiterados de que este fenómeno, ya en la antesala, es uno de los más fuertes que posiblemente nos haya visitado; ni las medidas de precaución que se están implantando en otras regiones de la nación, sin duda, un poco más previsivos.

El gobernador del departamento, en conversación personal que sostuvimos hace pocos días, comentó sobre el asunto que su despacho, oportunamente, había alertado a los alcaldes municipales del Cauca y solicitado que presentaran sus previsiones y proyectos para enfrentar la crisis, pero lamentablemente la respuesta recibida ha sido casi nula.

Por su lado, la Corporación Autónoma Regional del Cauca, CRC, ha permanecido silenciosa ante la situación, o, por lo menos no se han escuchado los obligantes pronunciamientos que, para el caso pronosticado, ya debería tenernos a todos los caucanos, ciudadanos y campesinos, productores y consumidores, sin distingo alguno, completamente instruidos de las condiciones y riesgos que se van a presentar y de las elementales medidas de mitigación sobre las que ya deberíamos estar trabajando. Tampoco veo en el escenario regional, a los gremios del sector productivo, especialmente los relacionados con el sector más vulnerable, el agropecuario, tales como el Comité Departamental de Cafeteros del Cauca, el Comité de Ganaderos del Cauca, y otras asociaciones de productores en general, liderando acciones y movimientos enfocados a minimizar las potenciales pérdidas de sus asociados -y así no lo sean-.

Este es un país cortoplacista e imprevisivo y dentro de este, el Cauca, con mayor razón, por nuestra reconocida actitud pasiva y aletargada. Es triste darse cuenta que la preocupación de los responsables de prever medidas empieza al mismo tiempo de los estragos del fenómeno y solo logran entenderse y aplicarse cuando ya las pérdidas de vidas humanas, animales y de cultivos son irreversibles. La gran mayoría de veces los alivios van destinados a tratar de aminorar las pérdidas, -como por ejemplo rebajar los intereses de las deudas de los afectados- pero nunca se piensa en enfocar un verdadero plan de prevención que pueda aplicarse antes de las pérdidas. Es un país, como dije en anterior oportunidad, con un gobierno “forense”. Siempre se prepara para el levantamiento de los cadáveres pero jamás para evitar las muertes. Y los gobernados seguimos impasibles. Somos tan perezosos e improvidentes que la situación me condujo hasta el punto de recordar el viejo y mal chiste del par de campesinos que estaban desyerbando un potrero y, pregunta el uno: “Oí. Salustio, ¿vos tenés el remedio para la picadura de culebra?” Y contesto Hermencio: “No… ¿Por qué?”. Y dijo ´Salustio: “Es que ahí viene una…”

Pero, vaya y venga. En el resto del país, o por lo menos en la costa caribe ya comenzaron a disponer la construcción de pozos profundos y se oyen noticias sobre las reservas de alimentos y suplementos para evitar la caída vertiginosa de la producción de carne y leche y de pescado, por ejemplo, y de algunos productos agrícolas. ¿Cuándo se oirán esas noticias en el Cauca y para el Cauca?

Quiera Dios que las precauciones y medidas paliatorias frente a esta inminente calamidad que se nos vino encima, lleguen antes de las campañas electorales regionales, que seguramente comenzarán sobre de los primeros meses del 2015…