Mujeres: espiritualidad, belleza y orden en la Semana Santa

 

Solo hasta el 2005 cuando las procesiones de la Semana Santa llegaron a sus 450 años, las mujeres pudieron ocupar el rol de ‘máxima autoridad’ durante las procesiones. Diez regidoras hicieron parte de esa fecha memorable para las payanesas. Actualmente estas mujeres son destacadas por toda la comunidad que participa y organiza la Semana Mayor.

Los regidores de las procesiones de Semana Santa en Popayán aún siguen siendo
en mayoría hombres. Sin embargo, desde el 2005, la mujer también encarna la
autoridad durante el desfile sacro, como regidora cuida todos los detalles para la
organización del desfile a fin de que la procesión mantenga su solemnidad. Ellas van
elegantemente vestidas con sastre de color negro, guantes blancos y una cruz de
madera que cargan a modo de bastón de mando. /Fotografías Dairo Ortega.

Por: Olga Portilla Dorado

“ ¿Cargueras?, eso ni lo piensen, es un concepto personal, pero hay unos pasos que tienen su grado de dificultad y la estructura de la mujer es algo muy especial, muy lindo, como para que se le generen los hombros como a nosotros”, opina Mario Córdoba, cuando se le pregunta si algún día la mujer podrá ejercer ese rol en las procesiones de la Semana Mayor en Popayán

Y es que si bien, la mujer ha estado presente desde la época colonial cuando surgió esta fiesta religiosa, lo ha hecho como alumbrante, sahumadora, dama del Santo Sepulcro o síndica, y solo hasta el 2005, año en el que la Semana Santa cumplió 450 años de existencia, las mujeres ejercieron como regidoras

“Es una función para personas con talante, seriedad y elegancia. La tradición semanasantera ha sido machista; a las mujeres sólo las han dejado que arreglen las túnicas de los cargueros o que decoren los pasos como síndicas”, mencionaría Tulio Mosquera, en una entrevista para el periódico El Tiempo.

Tulio Mosquera, era el Presidente de la Junta Permanente Pro Semana Santa cuando se le dio la oportunidad a las mujeres para que vestidas con sastre negro, guantes blancos y portando a manera de bastón de mando una delgada cruz, fueran las encargadas –junto a un grupo de hombres- de cuidar todos los detalles para la organización de la procesión.

“Hay regidoras en las cinco procesiones, la mujer llegó a ser regidora hace 11 años porque era una oportunidad que estaba pidiendo desde hace tiempo y que la Junta a bien tuvo hacerlo. La mujer es alguien maravilloso, y creo que el sitio logrado como regidora, como música, es espectacular y justo”, dice Mario Córdoba, miembro honorario de la Fundación Junta Permanente Pro Semana Santa.

De ahí que, desde ese año las sahumadoras no sean las únicas que se roben las miradas de propios y visitantes, sino también las regidoras. A estas mujeres la Junta se reserva el derecho de escoger y uno de los requisitos indispensable, es que haya vivido de cerca la tradición semanasantera durante varios años.

Detrás de todo paso hay una gran mujer que lo restaura

Nelly Fajardo Benavides, es una de las encargadas de la recuperación de paramentos de los pasos de las procesiones de Semana Santa. Los paramentos son la parte externa de los pasos: carteras, jarras, perilleros, sillas, entre otros; que están elaborados en madera con acabado en laminilla de oro

Nelly se dedica desde hace 17 años a esta labor, trabaja en el taller de paramentos de la Junta Permanente Pro Semana Santa junto a una compañera y en el taller de restauración de imágenes laboran 5 personas más, la mayoría son mujeres.

“El trabajo que hacemos es recuperar los faltantes utilizando los materiales originales, por ejemplo nosotros para la recuperación utilizamos el oro de 22 kilates. Los pasos a seguir dependen de la afectación que tengan los paramentos o las imágenes, eso se hace dependiendo del informe que nos dé el síndico de cada paso”, explica Nelly

En la restauración, se pueden demorar cerca de 4 meses por cada paso, ya que tienen que hacerle pruebas de limpieza, un estudio para ver si tiene repinte y las calas (para ver si tiene su color original debajo); en caso tal de que se compruebe que haya una pintura encima del color original, las restauradoras deben quitarla con todo el trabajo y la paciencia que requiere esta labor, pues deben cuidar que la pieza no se vaya a dañar.

“Son toda una serie de pruebas que nos llevan a hacer el trabajo bien, por eso nos podemos demorar hasta 4 meses en un paso, porque son muchos paramentos los que hay que trabajar”, puntualiza la restauradora.