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    Las enseñanzas de Max-Neef

    MIGUEL CERÓN HURTADO

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    Manfred Max-Neef fue un economista chileno que había nacido en 1932 y la semana pasada abandonó definitivamente este mundo, donde dejó importantes pensamientos y productos intelectuales que merecen reconocimiento y aprovechamiento para abordar temas de trascendencia social, sobretodo en países latinoamericanos.

    En 1983 fue galardonado con el premio Right Livelihood Award, considerado el Premio Nobel alternativo de economía, diferente al premio que se otorga en Suecia, por la contribución para fortalecer al grupo económico que domina el mundo en ese momento. En época cuando se desmoronaba el paradigma del desarrollo construido en los años cincuenta para sostener el capitalismo industrial y el poder de las multinacionales; y que el capitalismo rentista, sustentado por el ideario neoliberal, se esforzaba por introducir su propio paradigma sobre el desarrollo, donde Amartya Sen fue un abanderado, este pensador latino expuso su enfoque de Desarrollo a Escala Humana que nos abrió los ojos sobre lo que debe ser la esencia del desarrollo.




    Max-Neef mostró que una cosa es el desarrollo como objeto real y otra las teorías y enfoques que nos habían vendido desde los años cincuenta, haciéndonos creer que desarrollo es satisfacer las necesidades humanas con los satisfactores producidos por la cultura, la tecnología y las fábricas de Norteamérica y Europa. Nos mostró que es posible satisfacer las necesidades con satisfactores autóctonos, en la medida en que rompamos con la alienación ideológica.

    La introducción de los conceptos de necesidad/satisfactor en la teoría del desarrollo, permitió precisar la razón del subdesarrollo cuando dijo que el desarrollo es histórico y tienen un fuerte factor mental. Una cosa es el desarrollo y otra la idea que la persona tienen sobre el mismo; y con ello también se comprendió a fondo el concepto de calidad de vida pensado más sobre factores humanos que sobre argumentos de mercado.




    En la gestión del desarrollo también hizo aportes importantes, cuando dejó claridad que las necesidades son estables y están dadas por la ley de la naturaleza, a pesar de que también existen necesidades creadas por factores ideológicos principalmente derivados del consumismo, de modo que la gestión se debe concentrar más en los satisfactores que en las necesidades, considerando la oferta cualitativa y cuantitativa y la distribución o asignación de los mismos, abriendo así un campo de acción muy claro sobre la intervención de los actores sociales, incluyendo al gobierno, sobre lo que se debe hacer para definir políticas públicas orientadas al mejoramiento de las condiciones de vida.

    Y así sucesivamente, se podría seguir enumerando las contribuciones conceptuales de este pensador chileno, quien introdujo elementos para comprender la realidad del subdesarrollo bajo el enfoque de la Economía Descalza, que permite a los países dependientes examinar con objetividad su propia realidad, derivada del poder que ejercen las fuerzas económicas globales con dominio en los países del norte. Así que hoy cuando ya ha partido para siempre y no podremos ver nuevos aportes a la teoría económica, es apenas justo reconocer las enseñanzas de Max-Neef.