Los Juegos de Verano en Bolívar, Cauca (I)

POR EFRAÍN PIAMBA GÓMEZ

Especial para El Nuevo Liberal

Equipo de baloncesto ‘Las Gaviotas’, años 50. / foto Efraín Daza Garcés.

Selección de futbol año 1928. Cortesía Efraín Daza Garcés.

Se tiene conocimiento que desde comienzos del siglo pasado, en temporada de verano, se practicaban algunas disciplinas deportivas. Por esas décadas no existía un ente u organización que direccionara el desarrollo de estas actividades. Estos eventos se cumplían cada año por iniciativa de algunas personas interesadas en mejorar su condición física y fortalecer las buenas costumbres.

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Estas programaciones ocasionales se cumplieron hasta el 20 de julio de 1963 cuando se inaugura la cancha de fútbol El Pinar. En esta fecha una dirección colegiada integrada por representantes de cuatro barrios de la ciudad, decide organizar los conocidos juegos de verano que para este año corresponde a la versión 54.

La retrospectiva la iniciamos con el fútbol, según el reportero gráfico, Efraín Daza Garcés, indica que en el año 1928, se practicaba este deporte y adjunta una foto donde se identifica a los señores: Rafael Garcés, Roque Castro, Marceliano Navia, Luis Carlos Delgado; las madrinas Bertha y Marina Paz.

De la década de los 50, hay más información sobre la actividad balompédica que se desarrolló en la cancha de la antigua escuela urbana de varones, hoy conocida como San Luis Gonzaga. El extenso patio en tierra bien compactada era el escenario de las grandes confrontaciones a nivel local como intermunicipal. Por el costado oriental de la vetusta edificación, en los corredores del primero y segundo piso, se ubicaba la fanaticada que alegraba con sus cantos y estribillos la actuación de la Selección Bolívar.

Entre los que integraban el seleccionado Bolivarense de aquellos tiempos mencionamos a, Libardo Rivera Zúñiga que oficiaba de portero, era la sensación, volaba de palo a palo y sacaba el esférico con los codos para cobro de tiro de esquina; el arquero suplente era Eduardo Hoyos; en los otros puestos estaban, Manuel Zúñiga Quintero, Pacho Narváez, Gerardo Ortega, Emiro Robles Burbano, Efraín Garcés, Álvaro Hoyos, Abel Bermeo Benavides, Hernán Rivera Zúñiga, José Delgado, Nelson Castro Mendoza, Libardo Marino Dorado, Alfonso “el micho” Rivera y hermanos, Bernardo López, Fernando Chilito García, Alfonso Maca, Álvaro Daza el popular “mosco”, los hermanos Mejía y el “poeta de la Zurda”, el paisa Giraldo.

Los oncenos visitantes fueron las selecciones de Timbío, Mercaderes, San Pablo, La Unión(N), Rosas y El Bordo. Los anfitriones para atender a los foráneos, disponían de un comité de recepción; las madrinas en el entretiempo ofrecían tajos de naranja que los acondicionaban en bandejas, al finalizar el encuentro se deleitaban con la exquisita frescola que se fabricaba en casa del comerciante Próspero Tomás Robles.

El jugador número 12 era la barra que se dividía en dos grupos para contestarse los estribillos, ¡Ha llegado un telegrama!, ¿de dónde?, ¡de la China!, ¿qué dice?… que Bolívar ganará, a este verso le cambiaban el lugar de procedencia y, habían otros cánticos para la animación, eso sí, con toda cultura.

Al finalizar la década de los 50, esta cancha se deterioró por la construcción de la carretera que une a Bolívar con el municipio de San Sebastián.

El baloncesto se practicaba en la cancha de la Normal Santa Catalina; entre algunos aficionados a este deporte mencionamos a, Efraín Garcés, Cecilio Mazorra, Gustavo López, Alfredo Chilito, Fidel Cabezas, Emiro Cajas Pabón, Carlos Alberto Ortega, Guillermo Bonilla, Jesús y Armando Bazante, Alirio Zúñiga Guzmán y los Hermanos Tello de Almaguer.

Entre las damas aficionadas al baloncesto citamos a, Nelly Robles Burbano, Cecilia Palomino, Fabiola Cabezas, Margoth Bazante, Adelaida Rivera Garcés y hermanas Pabón.

En lo pertinente al ciclismo, hubo varias competencias; se recuerda una doble al Rodeo que ganó Leonardo Rivera, cariñosamente conocido como “ñaño”. Algunos pedalistas que participaron en esa prueba, Gerardo Emiro Burbano, Marceliano Hoyos, Rafael Castro Gómez, Rafael Castro- de la casa del médico Felipe Castro-, Libardo Marino Dorado, Mauro Muñoz Zúñiga, Hildebrando Muñoz, Bernardo López, Lucio Gaviria, Alfredo Rendón, entre otros. El puente de Calle Nueva se tomaba como el punto de llegada; en ese lugar se concentraba el público que impaciente esperaba el arribo de los valientes ruteros. No faltaban las madrinas con los arreglos florales y los personajes típicos que hacían reír con sus ocurrentes discursos y bailaban con los temas fiesteros interpretados por la banda de músicos.




Otro evento de las bielas que causó sensación fue la prueba de resistencia de las 72 horas montados en el caballito de acero sin tocar tierra. Dos pedalistas foráneos a las 4 pm de un jueves iniciaron la faena recorriendo el perímetro del parque Vallecilla y, la concluyeron a la misma hora del domingo. Una vez logrado el objetivo, los ciclistas eran paseados en hombros por decenas de fanáticos con el fondo musical de la banda de Nuestra Señora de Lourdes.

En cuanto al atletismo, hubo competencias cuyo recorrido era un circuito por las calles de la cabecera municipal. Entre los que participaban en esta maratón, recordamos a Álvaro Daza “el mosco”, Gilberto Girón, Miguel Burbano Muñoz, Argemiro Burbano “chivirolo”, Guillermo Ruiz y los hermanos Néstor, Guillermo y Eliseo Mejía.

Por esos tiempos, un par de paisas que se establecieron en el sector de Calle Nueva, trajeron dos motocicletas tipo Harley Davidson, de la II guerra mundial; como no había mucha clientela para alquilar, los empresarios se vieron en la necesidad de organizar paseos hasta el cementerio por la vía a El Bordo.