Las “alertas tempranas”

EDUARDO NATES LÓPEZ

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Descansemos un poquito del tema electoral y hablemos de otro asunto no menos importante.

Las alertas, como su nombre lo indica, son informaciones anticipadas relacionadas con cualquier amenaza que pueda acarrear afectación o daño físico a cualquier persona o grupo de personas que se hallan en situación de vulnerabilidad o desprevenidas. Y se apellidan tempranas, precisamente porque son emitidas (deben serlo) con anticipación al hecho o al daño, obviamente, para que los potenciales afectados no resulten así y que los organismos de seguridad puedan asumir todas las precauciones conducentes a evitar o eludir el mal.

La semana pasada, los medios de comunicación nacionales dieron cuenta de una controversia surgida entre el Alcalde Mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa y el Defensor del Pueblo, Carlos Negret Mosquera a causa de unas “alertas tempranas” que la Defensoría emitió, respecto a la presencia de grupos armados y bandas criminales (Bacrim), pertenecientes a Los Rastrojos, Autodefensas Gaitanistas, Eln, disidencias de las Farc, etc. situadas en los límites entre Soacha y Ciudad Bolívar, dedicados a afectar a los habitantes con acciones delincuenciales como el tráfico de estupefacientes, mercado de armas, extorsión, prostitución y toda clase de delitos que causan temor y daño en la comunidad. Lamentablemente el alcalde y algunos de los secretarios distritales, en actitud más burocrática que de responsabilidad social, trataron de desviar la discusión hacia aspectos meramente procedimentales, arguyendo que la Defensoría tenía que haberles informado directamente a ellos.

La verdad es que la Defensoría fue no solo oportuna sino ajustada a los procedimiento establecidos en el Decreto 2124 de 2017. La Alerta Temprana se emitió el 3 de abril y, reglamentariamente, se remitió al Ministerio del Interior. El 16 de abril, a solicitud de este Ministerio se realizó una reunión a la que asistieron funcionarios distritales de alto nivel, -como el director de Derechos Humanos del distrito-, altos mandos de policía, ejército y organismos de seguridad. y el 3 de mayo, cuando la Defensoría hace pública la información, a través de los medios de comunicación, el alcalde Peñalosa se llama a sorpresa “porque no le habían informado a la alcaldía…”

La Defensoría no descansa un día. Sus funcionarios recorren palmo a palmo las zonas más alejadas e inhóspitas del país, en pro de apoyar a las comunidades en estado de vulnerabilidad –situación presente en casi todo el territorio colombiano- e informar, para auxiliar a quienes han sido víctimas de las violaciones de sus derechos fundamentales y/o prever, que es aún más importante, lo que pueda ocurrir en este sentido. Las acciones propiamente preventivas y curativas de estos casos, por supuesto, corresponden a las autoridades administrativas.

Pero lo más grave aún es que, a pesar de las alertas, los casos anunciados ocurren. Hubo alertas tempranas en Bojayá, en Buenaventura, en Tumaco, Medellín, Catatumbo, la costa pacífica caucana y muchos otros sitios. El último caso sucedió en estos días, en medio de unas acciones casi cinematográficas: Una misión de la Defensoría y de la Personería de Buenaventura, trasladaba al líder comunitario Iber Antonio Angulo en una lancha del SENA a través del río Naya (límites entre Cauca y Valle), desde el sitio donde había logrado esconderse para salvar su vida, hasta Buenaventura, donde se le iba a brindar protección. En ese trance otra lancha, con pasajeros fuertemente armados, en la mitad del viaje, logró interceptar a la de la misión humanitaria y obligó a Angulo a transbordar a esta y despareció con él. No se sabe del paradero.

Árida resulta la misión de una entidad humanitaria neutral, eficaz, efectiva y de los afectos de las comunidades más vulnerables, como es la Defensoría del Pueblo, si los demás organismos del estado encargados de la seguridad y de proteger la vida de los colombianos, especialmente de los desamparados e inermes, no se “pellizcan” y actúan en el mismo sentido y con la diligencia que implica atender esas bien llamadas “Alertas Tempranas”.