La poesía tiene la palabra: A propósito de las elecciones

JOSÉ ANTONIO CONTRERAS

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No deseaba hablar de política, pero la situación lo amerita. ¿Por quién votar? No se preocupen que no daré nombres de candidatos conocidos ni por conocer, eso lo hará usted mismo. ¿Qué se busca en un candidato? Mejor dicho, qué debemos aspirar de un candidato a la presidencia de la república de nuestro país.

Primero dejemos en claro algunos puntos.

Usted mi querido votante, ciudadano de este país atropellado por la corrupción y la violencia, debe entender un par de cosas.

Usted no le hace ningún favor al país si vota al ojo, o por cuestiones económicas, o por gustos, o por complacencia, déjeme decirle que con esas actitudes le está haciendo daño a su país.

¿Y quiénes somos su país?: los niños huérfanos y los que tienen padres también, las personas de bajos recursos y los que tienen solvencia también, las madres solteras y las que tiene marido también, los hombres sin trabajo y los que tienen también: Todos.

Entonces ciudadano votante, no hay de otra, debe votar por convicción.

Ahora, usted señor candidato, déjeme decirle que está acostumbrado a realizar actos que lindan en el tráfico de prebendas y que constituyen delito, pero que nunca se ha castigado. Usted cuando ofrece ayuda económica a un ciudadano (regalos, dinero, promesas) no está ayudándolo, porque está creando en el votante ciudadano una dependencia que su partido y usted, aprovechan muy bien. Usted no está para hacernos favores, sino para conseguir que obras y proyectos redunden en bien de nuestra comunidad. Usted debe hacer su trabajo; si lo hace bien, estaremos complacidos y satisfechos y quizá le votemos de nuevo. No estaremos ni agradecidos ni le haremos loas con bombos y platillos, porque solamente estará cumpliendo con su deber, para lo cual le pagamos y para lo cual ha sido elegido.

Usted señor candidato deberá comprometerse con el pueblo en que los hospitales y escuelas que se construyan en los diferentes departamentos de nuestro país, serán los mejores de Latinoamérica, y que estas instituciones prestarán el mejor servicio, y para prueba de ello deberá sacar cita médica junto con todos los otros ciudadanos para ser atendido ante una eventualidad, usted y su familia. Todos sus ministros deberán de comprometerse en realizar estos trámites administrativos, que por ningún motivo serán simbólicos. El ministro de Educación deberá estar en la lista de algún colegio nacional que su gobierno construirá de la mejor manera, y sus hijos deberán estar matriculados en esos colegios, que se suponen son los mejores construidos en Latinoamérica. Por qué hasta ahora no se les ha exigido que realicen estos trámites que reclamamos; claro, no se atienden ahí porque nunca han construido buenos hospitales, nunca han construido excelentes colegios como para sus hijos.

Ustedes siempre vienen construyendo y haciendo obras para nosotros los pobres, no para ustedes, como si ustedes no fueran tan ciudadanos como nosotros para gozar de esos esfuerzos gubernamentales. Eso se acabó. No me da más espacio el periódico para el cual colaboro, pero necesitaría un libro para señalarles todas las desfachateces que han venido realizando desde que somos república. El ministro de transporte ya sabe lo que tiene que hacer. El de Economía, deberá salir a las calles y ver cómo nuestros muchachos no tienen calzado y las madres hacen magia para llevar la compra y alimentar a los suyos. El ministro de trabajo deberá interactuar con los trabajadores, no con los sindicatos ni con los empresarios sino con los que sudan la camiseta. La función estática de los policías y los militares debe ser reconsiderada, deben tener más participación en la vida activa de la ciudadanía, deben en otras palabras meter la mano para progresar.

Los presos deben ser mirados desde otra perspectiva. No debemos crear vagos y asesinos y delincuentes, debemos hacerlos trabajar, estratégica e inteligentemente. Bueno señores candidatos ya es hora de que se pongan bien los pantalones que el pueblo ya despertó, nada de promesas; hechos, señores. Estaremos atentos. Y usted señor ciudadano ¿sabe ahora por quién votar? ¿Ya sabe qué reclamar? ¿Ya sabe qué no debe aceptar? Bueno, pues, depende de usted, después no se queje que el país está jodido y sin esperanzas, porque si no vota bien o deja de votar por caprichos tontos e inmaduros, la esperanza se la estará matando usted mismo. He dicho.